¿Por qué el aumento de megapíxeles implica mayores exigencias?

¿Por qué el aumento de megapíxeles implica mayores exigencias?
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Con el anuncio de la nueva Canon 5D Mark IV han saltado a la palestra nuevos temas de debate como su abultado precio o en el caso de sus prestaciones, el renovado sensor de 30,4 megapíxeles. Sin embargo, más megapíxeles implican mayores exigencias que pueden pasarnos factura si no estamos prevenidos de los cuellos de botella que se nos pueden generar cuando usemos el equipo.

Sensores modernos de altísima resolución

En primer lugar, pongamos algunos datos sobre la mesa. Como ya sabemos, la 5D Mark IV ha aterrizado con unas cuantas novedades entre las que encontramos un mejor rendimiento en vídeo como el HDR Video o el enfoque Dual Pixel que ya encontramos en otros modelos como la 7D Mark II. El principal protagonista de la presentación es su nuevo sensor de 30,4 megapíxeles que aumenta en 8 puntos a la Mark III. Otras cámaras del mercado como la Sony A7R II cuentan con sensores de altísima resolución que superan los 40 megapíxeles.

Sensor

Más megapíxeles no implica de forma directa una mayor calidad de imagen a menos que uses siempre la cámara con trípode. Una mayor resolución implica que para congelar la imagen con todos sus detalles se tienen que usar velocidades muy superiores a las que usaríamos con cualquier otra cámara más modesta. Puede parecer poco, pero hablamos de dos o tres pasos en la velocidad de obturación que debemos compensar tirando de ISO o con objetivos muy luminosos. Donde antes podíamos ajustar la velocidad a 1/125, ahora tendremos que subir hasta 1/500 para no jugarnos a suerte que la imagen salga nítida o trepidada.

Cuellos de botella con los objetivos

Los objetivos no son construcciones eternas: se diseñaron en base a una resolución pero es lógico que si se actualizan las cámaras se actualicen los objetivos. ¿Por qué seguimos usando objetivos con diseños y calidades ópticas de hace más de 10 años? El resultado de esta práctica es que las imágenes aparecen con una falta de calidad debido a que el objetivo no está a la altura del sensor, algo así como una 'neblina' que malogra las fotografías.

Que Canon haya decidido actualizar dos objetivos no es un asunto baladí, es consecuencia de un problema real que se ha presentado con la subida de resolución. Se han actualizado el EF 16-35mm f/2.8L III y el EF 24-105mm f/4L IS II para poder aprovechar el potencial del nuevo sensor si además tenemos en cuenta que el 24-105mm actualizado vendrá en kit con la nueva cámara. Este modelo especialmente necesitaba un remodelado ya que se presentó hace ya 11 años y servía como objetivo profesional mientras Canon ha ido mejorando sus sensores.

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Cualquier marca puede presentar cámaras con un escalado brutal en su resolución, pero si no acompaña estas novedades con objetivos actualizados o si decidimos usar un 50mm ƒ/1.8, seguiremos teniendo la calidad que nos ofrece una 5D Mark I o una APS-C. El problema que conlleva una cámara nueva y un parque de objetivos actualizados hace que el precio del kit con el 24-105mm escale más de 4.500 dólares como ocurre con la Canon 5D Mark IV.

Accesorios y flujo de trabajo ralentizados

Un aumento de los megapíxeles conlleva un aumento de la información que se capta, en especial con la tecnología Dual Pixel RAW que ha presentado Canon con la que prometen ofrecer aún más información en un fichero en bruto. No sabemos hasta donde llegará este aumento, pero con la 5D Mark IV podemos esperar archivos de entre 30 y 40 MB de peso que podría suponer un grave problema para el flujo de trabajo.

En primer lugar, porque si disparamos una ráfaga y no disponemos de tarjetas adecuadas para soportar este torrente de bits, vamos a quedarnos colgados. En el caso de trabajar conectados al ordenador, la conexión USB 3.0 que ofrece la cámara dará la talla pero aún así es un torrente de información importante que hay que saber gestionar escogiendo cables de alto rendimiento y una conexión USB acorde para evitar colapsar nuestro ordenador.

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En segundo lugar y hablando de computadoras, habrá que disponer de un portátil o un sobremesa de alto rendimiento para gestionar estas imágenes si no queremos pasarnos varios minutos para abrir una simple fotografía en Photoshop. Y ya no hablemos de la gestión de la información cuando trabajemos clonando o realizando ajustes que se deben calcular para previsualizarlos correctamente.

No es la cámara, es todo lo que ello conlleva

Con la Canon 5DsR, la firma sobrepasó una línea roja muy clara que ha supuesto quebraderos de cabeza a muchos fotógrafos al tener que invertir un dinero extra para actualizar tarjetas, cables, objetivos, accesorios e incluso un ordenador nuevo. De momento nos situamos en una gama profesional de 30 megapíxeles que se notarán pero no obstaculizarán el trabajo que se realice con el equipo, pero debemos tener en cuenta estos detalles cuando pensamos en comprarnos una cámara nueva.

Así que ya sabéis, si necesitáis renovar vuestro equipo fotográfico pensad en los cambios del flujo de trabajo y la actualización de los accesorios porque os puede suponer un gasto no contemplado para aseguraros poder exprimir todo el potencial de vuestra nueva cámara.

Foto de portada | M Kemal

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