A veces se levanta revuelo cuando hablamos de herramientas, de nuestras cámaras. Sabéis la opinión que tengo respecto a las limitaciones de las dSLR, pero siempre hablo desde la perspectiva de la comodidad y experiencia como operador de cámara. Las preferencias personales no deben limitar la capacidad para crear con cualquier herramienta que se nos ponga por delante. Y aquí tenemos un ejemplo.
"Love is Now" es una película australiana que se ha rodado con una Nikon D810 y lentes "de a pie". Y es que a veces vemos como se emplean cámaras dSLR en el cine para unos pocos planos, pero con lentes que están muy lejos de nuestro alcance. En este caso, parecían empeñados en realizar una película con el material mínimo que una pequeña productora siempre va a emplear.
Concretamente, las lentes empleadas fueron los Nikkor 35mm F1.4, 85mm F1.4 y un 70-200 f2.8, junto a algunas lentes más antiguas también de Nikkor. El director de fotografía de la película, Anthony Jennings, recomendaba a quienes se iniciaran un set de tres lentes: un 16 o un 16-35 luminoso, un 50mm y un 70-200 f2.8. No es casualidad: las ópticas más empleadas suelen ser las comunes 24, 35, 50 y 85mm. Abarcar un poco más, tanto en el extremo tele como en el angular es positivo para unos pocos planos que le añadan riqueza a la imagen.
Jennings destaca el perfil plano de la D810, a su parecer más que suficiente para un posterior etalonaje. Yo creo que tiene razón tras haberla probado: es un buen perfil. El etalonaje final no obstante ha optado por un estilo de imagen muy contrastado que, en mi opinión, no le es nada favorable.
Otros accesorios que podemos ver que se han empleado son habituales en toda producción: un visor electrónico, concretamente el Alphatron, imprescindible para visualizar el encuadre y el enfoque, una caja mate para poner filtros así como evitar el flare, un follow focus, una grabadora externa Prores, un monitor para el director y una fuente de alimentación, todo ello montado sobre un soporte de hombro.
La razón principal para emplear la Nikon D810 fue que la producción así lo exigía, no un tema de presupuestos. Al tener que variar entre muchas localizaciones, decidieron evitar las complejidades de Arri o Red. Aparte, también necesitaban hacer timelapses para la producción, algo que la misma D810 cubría.
No obstante, Jennings aprovechó para hacer una queja que hacemos muchos: el dichoso HDMI, que siempre se desconecta. Fue, según comenta, su mayor problema en el rodaje de la película con la D810.
Vía | CNET
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