Leica SL2-S, análisis: una cámara sin espejo que lleva a Leica al lugar que se merece en la actualidad

Leica acaba de presentar la Leica SL2-S, una cámara sin espejo de formato completo que sorprende desde el momento en el que la sacas de su caja. Tiene un sensor CMOS retroiluminado de 24 MP dentro de un cuerpo metálico que destaca por un diseño minimalista que hará las delicias de aquellos fotógrafos que solo quieren hacer fotos, no meterse en un ordenador como ocurre con muchos modelos actuales con miles de funciones.

Leica cambió la historia de la fotografía en los años 20. Ellos popularizaron el carrete de 35 mm, el tamaño de la película que se utilizaba en el cine. Fabricaron una cámara por aquel entonces diminuta en comparación con los modelos existentes.

Y desde entonces apostaron por construir máquinas que resistieran el paso del tiempo. Y por supuesto objetivos a la altura. La transición al mundo digital ha sido dura. Ya no se hablaba de Leica como paradigma de calidad fotográfica, solo como una vieja gloria del cine de la que siempre recordamos sus grandes actuaciones.

Pero en los últimos años todo está cambiando dentro de la fábrica de Leica. En Xataka Foto podemos constatar que sus cámaras siguen siendo exclusivas (probablemente de las pocas que no pierden su valor tan rápidamente en el mercado de segunda mano) pero ya pueden mirar de frente a otras marcas más asentadas en la actualidad.

Y la Leica SL2-S es la prueba más clara de lo que hemos afirmado en el párrafo anterior. Es una de las mejores cámaras digitales que han construido nunca. Hereda todo lo bueno del pasado y tiene todo lo bueno de la última tecnología digital. Vamos a verlo.

Características principales

Dentro de la gama SL solo teníamos hasta ahora el modelo SL2, una cámara con un sensor de 47 MP de precio imposible para muchos usuarios. Pero ahora han presentado la SL2-S, con un sensor con menos resolución pero prácticamente con las mismas prestaciones.

Diseño y ergonomía

Leica está destacando por los diseños minimalistas de sus cámaras digitales. Es verdad que beben de Panasonic en las cuestiones digitales pero no tienen nada que ver en el diseño. Mientras los japoneses destacan por los cientos de funciones de sus cámaras con infinidad de botones en sus cuerpos, Leica apuesta por un diseño atemporal. Las cámaras de ahora parecen coches de los años 80, mientras que Leica hace Rolls-Royce.

El cuerpo es metálico, parece de una sola pieza. Tan duro que da la sensación que romperá el suelo cuando se caiga. Nada que ver con lo que podemos ver actualmente en el mercado. Este diseño obliga a tener la pantalla LCD fija. Y puede que sea un lastre importante para muchos fotógrafos que estamos ya mal acostumbrados a las pantallas móviles.

Pero siempre hemos dicho que es la parte más delicada. Así que personalmente agradezco esta aparente limitación, como ocurre en la última EOS 1. Si quieres hacer vídeo con ella, no quedará más remedio que contar con un monitor externo.

Es muy pesada pero tiene una empuñadura que se adapta perfectamente a la mano derecha y permite sujetarla con firmeza. Y os aseguramos que no hemos hecho ni una sola foto trepidada. La suma del peso más el estabilizador de 5 ejes permite disparar a velocidades muy bajas sin problemas. Eso sí, hay que hacer gimnasia y tener un cuello de atleta.

Los botones no abundan. La palanca de encendido a la izquierda, para recordar que hay que usar las dos manos. Tres botones a la izquierda de la gran pantalla LCD. El joystick a la derecha del visor y una rueda moleteada es lo único que encontraremos en la trasera.

En la parte superior tenemos el disparador bien colocado en la empuñadura, una rueda sin fin y dos botones al lado de la pequeña pantalla LCD donde podemos ver los modos de exposición, los disparos que nos quedan... Y ya está, solo nos quedan dos botones en la parte delantera que podemos programar en el menú. Aunque siempre recomiendo dejarlos de fábrica para evitar futuros olvidos.

Es un canto, aunque resulte paradójico, al minimalismo, al diseño espartano que invita a hacer fotografías desde el mismo momento en el que sacas el equipo de su caja. Y precisamente por esta sencillez podemos tener ciertos problemas de manejo que veremos más adelante.

En la parte inferior tenemos la batería que se saca con dos toques y que no termina de convencerme su estanqueidad... Sí, la cámara es un bloque pero cuando sacas la batería no hay nada que proteja ese espacio. Sin embargo las dos tarjetas están a buen recaudo en el lado derecho del cuerpo.

El visor EyeRes® es uno de los rasgos más destacados de la SL2-S. 5,76 millones de puntos a 120 fps... Una auténtica barbaridad por la calidad de imagen que ofrece. No te pierdes nada, todo tiene un detalle perfecto y el color es fiel a la realidad. Y encima tiene un tamaño perfecto para los que dependemos de las gafas.

Y la pantalla de 3,2" es táctil y de un tamaño perfecto para observar las fotografías que hemos hecho y para elegir la función o el ajuste que necesitamos en cualquier momento.

Si nos detenemos en el menú nos daremos cuenta de lo sencillo que es aprender a manejar este modelo. Eso sí, el multidisparo no lo he encontrado y me hubiera gustado poder probarlo. Pero todo lo demás lo encuentras de un vistazo y lo controlas con comodidad gracias a la respuesta táctil de la pantalla.

Dispone de tres conexiones. Una HDMI, y dos jack para los cascos y el micrófono. Quizás un poco escaso si queremos convertirla en una cámara profesional de vídeo.

Y como dato final en este apartado hablaré de la batería, de su duración. He hecho más de 500 fotografías con una única carga. Y le quedaba poco cuando he tenido que devolverla. En las especificaciones hablan de 510 disparos, luego parece que por primera vez se acercan a la realidad. Estoy convencido que con un uso más lógico se podrá aprovechar mucho más los 1860 mAh de batería.

La calidad de imagen

Este sensor seguramente será el mismo que el de la Panasonic S5, pero controlado por el procesador Maestro III de Leica. Podéis ver por las fotografías que acompañan al artículo que estamos ante uno de los que mejor resultado dan en el mercado actual.

Es verdad que mucho tiene que decir al respecto el objetivo que hemos tenido para la prueba, el mastodóntico y perfecto SUMMILUX-SL 50 f/1.4 ASPH. Es una de las señas de identidad de la marca, tener las mejores ópticas posibles. Y un sensor retroiluminado como este merece tanta calidad. ¿Qué quiere decir retroiluminado? Como dicen en este blog:

Se trata de poner la zona fotosensible lo más cerca posible de las microlentes y toda la electrónica necesaria para que cada pixel funcione debajo. La idea es sencilla pero supongo que el proceso de fabricación es mucho más complicado que los típicos chips CMOS para que no empezase a verse en las cámaras hasta hace poco. De esta forma la luz recolectada por el fotodiodo es mucho mayor, haciendo posible de que a pesar de que el tamaño del pixel sea más pequeño (por la gran cantidad de megapixeles), este siga recibiendo suficiente cantidad de luz para que la relación señal ruido siga siendo buena.

Además contamos con una característica que no recuerdo que tengan otras cámaras. Cuando activas el enfoque, tienes la posibilidad de ver cuáles son las zonas enfocadas en el visor gracias al focus peacking. Parece una tontería pero es una maravilla ver qué tienes nítido según donde enfoques automáticamente. Todo un invento que espero ver en más modelos en un futuro.

Y es que una de las grandes noticias de este modelo es la rapidez del sistema de enfoque. Creo que es el más rápido que he probado en una Leica y sobre todo el más preciso. He podido enfocar sin ningún problema incluso en una fría noche invernal cerrada. Responde a la primera y permite olvidarte del conocido y eficaz enfoque manual de la marca.

El ruido con altas sensibilidades está muy contenido. El ISO manual va de 50 a 100.000 ISO y el automático empieza en 100. Empieza a ser visible a 12.500 ISO. Y se podría trabajar sin problemas o ajustes posteriores hasta 25.000 ISO. Y creo que podría hacer ajustes para llegar a los 50.000 ISO para hacer, por ejemplo, fotografía de estrellas.

El rango dinámico está a la altura de otros modelos que hemos probado de la marca. Casi no hay necesidad de hacer bracketing para registrar bien en una sola toma las luces y las sombras. Si controlamos el histograma conseguiremos imágenes con luces y sombras perfectas. Y podremos dar un empujón en el revelado sin miedo a perder texturas o colores.

Por supuesto dispara en jpeg. Pero creo que es algo totalmente innecesario en una cámara de estas características. Incluso te ofrecen tres meses en la Creative Suite de Adobe para animarte a revelar. Algo por otro lado que me sorprende mucho dado la nueva compatibilidad de la marca con Capture One.

Leica SL2-S: la opinión de Xataka Foto

Puedo decir que es la primera cámara digital de Leica que me compraría no por el mero placer estético de tener una en mi mochila, sino que la tendría como cámara principal. Es una cámara fabulosa que junta, como ninguna de la casa alemana, lo mejor de la tradición germana con los últimos hitos tecnológicos que tienen marcas como Sony, Nikon, Canon o Panasonic.

Es verdad que tiene algún que otro problema de control como la rueda moleteada de la parte trasera... Si la aprietas un poco no te cambia el diafragma, sino que te modifica el modo de exposición. Algo muy molesto que supongo que se podrá corregir en la configuración, pero que no he encontrado.

También es verdad que es una cámara muy pesada para los tiempos que corren. Casi pesa un kilo. Y hay que sumarle el peso de los objetivos. Pero hacia tiempo que no sentía algo tan pesado -para hacer fotos- en mis manos. Y da mucha seguridad porque sabes que el disparo no va a salir trepidado.

Pero la calidad y rapidez del enfoque automático en todas las situaciones, incluso con poca luz es impresionante. Por no hablar de ese invento que es el focus peacking con AF... Y la nitidez de los archivos alcanza lo mismo que podemos ver con las últimas Canon.

El precio que debemos pagar es muy alto. Esos 4540€ solo por el cuerpo pueden parecer demasiado, pero en las tiendas encontramos modelos similares por el mismo precio, como la Sony A7SIII por 4200€ . Pero la cámara vale lo que cuesta. No tienes la sensación de estar pagando por el legado histórico y por lo que significa el punto rojo. A lo mejor los puristas de la marca se sienten vacíos sin el telémetro de las M de toda la vida. Pero es una cámara casi perfecta.

No he tenido la sensación de tener un pedazo de historia sino una cámara actual que hace todo bien. Por supuesto que tenerla o no depende del dinero que tengamos en el banco. Pero será una buena elección y seguro que también será una buena inversión en el futuro. Creo que es la cámara que debería haber hecho hace mucho Leica. Ha llegado por fin -muy tarde, es cierto- pero ya tienen un modelo con el que mirar de frente a los demás fabricantes. Es muy buena.

La cámara ha sido cedida para el análisis por parte de Leica Camera AG. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.