La fotografía sigue de moda, cada vez se venden más cámaras y las DSLR, a su vez, han pasado de ser un lujo para apasionados a una especie de necesidad de primer orden a la que sucumben tanto fotógrafos avanzados como noveles y casuales. Esta creciente demanda repercute directamente en la seguridad (o falta de la misma) del fotógrafo y especialmente de su equipo.
Hasta ahora había dos grupos de fotógrafos cuyos equipos debían estar especialmente protegidos: los sufridos corresponsales de guerra y demás conflictos peligrosos, por razones obvias e inherentes a su profesión y los paparazzi quienes se arriesgaban al arrebato destructor del famoso de turno. Ahora los amigos de lo ajeno nos han puesto en el punto de mira, veamos cómo.
El caso que os traigo tuvo lugar hace pocos días en Barcelona cuando un compañero de afición, miembro de canonistas, paseaba cámara en mano por la ciudad ajeno al mal rato que estaba a punto de pasar, como vamos muchos en otras tantas ocasiones, buscando una bonita instantánea que inmortalizar.
Su paseo fue interrumpido por alguien que tras, supuestamente, mancharlo intencionadamente con alguna mezcla casera le avisaba de que un pájaro lo había manchado. En el momento en el que nuestro compañero deja la cámara y la mochila en el suelo para limpiarse el cómplice del primero entra en escena para huir con la cámara a toda prisa. Ya no hay nada que hacer, al menos logró conservar la mochila. Permaneced atentos ante esta nueva estrategia.
Dicen que en la educación la superespecialización produce superimbéciles, entre los cacos la superespecialización produce superladrones. Reconocen equipos y las marcas y modelos de las mochilas fotográficas más usadas con solo un vistazo y en cuanto entramos en su juego hemos perdido.
¿Cómo podemos protegernos?
Cuando vamos por la calle con la cámara lo que debemos procurar es guardarla siempre que no la vayamos a usar inmediatamente y en caso de llevarla en la mano deberíamos, aunque resulte incómodo, asegurarla con alguna solución casera a la ropa o la mochila usando, por ejemplo, la rosca del trípode.
En cuanto a la mochila ya no basta con tapar el nombre de la marca para evitar que sea reconocida, hay que agarrarla en toda ocasión en la que sospechemos o no nos sintamos seguros. Yo, por ejemplo, he optado por cambiar de mochila y ahora tengo una que puedo llevar por delante cómoda y seguramente.
¿Qué métodos usáis vosotros para proteger vuestro equipo?
Vía | Twitter y Canonistas
Foto | liss_mcbovzla
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