El propósito del Fondo de Emergencias de la Fundación Magnum es absolutamente nítido: dar la oportunidad a los fotógrafos independientes de investigar y documentar los problemas sociales de corto y medio alcance que habitualmente no son recogidos por los grandes medios de comunicación.
Para lograrlo, esta organización proporciona asistencia técnica y realiza tareas de asesoramiento que, sin duda, pueden ser decisivas a la hora de dar a conocer muchos problemas sociales que, de otra forma, pasarían inadvertidos. Pero esto no es todo. Además, anualmente concede unas subvenciones que a menudo resultan determinantes para ayudar a arrojar un poco de luz sobre lo que sucede en las comunidades con problemas.
La cuantía económica de estas gratificaciones oscila entre 4.000 y 7.500 dólares para los fotógrafos que documentan realidades cercanas a su comunidad, y entre 7.500 y 12.000 dólares para las coberturas de carácter internacional. Pero lo más interesante es que los trabajos que acaban de recibir este reconocimiento en la edición de 2014 son absolutamente heterogéneos, algo que, por otra parte, es comprensible.
De hecho, abarcan desde la situación de los refugiados en Bulgaria hasta un homenaje a las víctimas palestinas asesinadas en Chatila, pasando por los efectos del uranio utilizado como combustible nuclear. Todas ellas realidades que es necesario mostrar al mundo.
Estas ayudas económicas son importantes, no cabe duda, y pueden marcar la diferencia. Pero, además, el mecenazgo de la Fundación Magnum permite que muchas de estas historias lleguen a los medios de comunicación de gran difusión, como las revistas National Geographic, TIME y The New Yorker, o el diario The Washington Post. Una gran labor.
Imagen | Oscar B. Castillo, Our War – Our Pain Vía | TIME LightBox Más información | Magnum Foundation En Xataka Foto | Los niños sirios recurren a la fotografía para denunciar su dramática situación