Hay momentos en los que yo mismo me considero algo extremista y se que muchos por aquí piensan de una manera similar a la mía, pero vivimos tiempos de cambio y ya nada volverá a ser como antes. Siempre he pensado que la cámara es para sacar fotos y el móvil es para llamar por teléfono. ¿Pero qué está suponiendo la conjunción de ambos elementos? ¿Qué puede aportar un teléfono con una cámara más que aceptable con una conexión inmediata a Internet?
La fotografía reside en gran parte en conseguir capturar el momento, pero ¿y si cuando ocurre el momento no tenemos la herramienta a mano para capturarlo? Nos guste o no, los smartphones están supliendo esto, aunque puede no ser representativo realmente, servicios como Flickr están mostrando que cada vez se suben más fotos desde este tipo de dispositivos.
Está claro que aún teniendo cámaras de ocho megapíxeles, y con flash, nunca se podrá comparar con una cámara “propiamente dicha” (para entendernos). Pero estos pequeños ordenadores son capaces de muchas cosas y aunque un amplificador de transistores nunca suene como uno a válvulas, al menos cumple su cometido, no se si me entendéis la metáfora.
Redes sociales que se basan en compartir fotografías, más generales como puedan ser Flickr o Picasa, o totalmente orientadas a los Smartphones como son Instagram o Picplz. Tenemos un dispositivo que realiza y que distribuye la foto casi al instante, y servicios como WallGram o cualquier centro de revelado online que permite plasmarlos.
Pero las cosas aún van un poco más allá... Seguro que todos conoceréis las tarjetas SD Eye-Fi, que permitían geolocalizar tus fotos además de almacenarlas. Este fabricante acaba de presentar unas tarjetas que se conectan con una aplicación en tu teléfono Smartphone y descargar las fotografías a toda resolución para tratarlas y compartirlas.
Tenemos que pensar que todo esto es algo que ha ocurrido en tan solo cuatro escasos años y quien sabe lo que puede ocurrir en otros cuatro años más, hacia donde evoluciona la fotografía… No pretendo decir que las cámaras réflex estén abocadas a la extinción, pero tal vez si que no deberíamos ser tan inmovilistas.
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