He tardado en verla, pero al final me he enganchado a una de las series que más revuelo está causando en los últimos años. 'El juego del calamar' es adictiva y desde luego no es para los más pequeños de la casa. Destaca por muchas cosas, pero la fotografía me ha llamado poderosamente la atención. La dirección de fotografía es uno de los pilares de la exitosa serie.
La historia de violencia que cuenta la serie ha enganchado a miles de espectadores. Es un cuento de perdedores a los que les ofrecen una oportunidad para olvidarse de sus deudas. El problema es que ponen precio a su vida de la forma más cruel posible.
'El juego del calamar' triunfa por el uso de la violencia, por la incertidumbre que plantea en cada uno de los capítulos en los que no te puedes encariñar con ningún personaje porque no sabes cuando desaparecerá.
La fotografía está al servicio de la historia. Nos convierte en espectadores omniscientes, como si fuéramos los personajes VIP hartos y hastiados por su propia vida. Es un juego visual donde los planos y los colores son parte fundamental para entender qué está pasando.
El secreto de la fotografía de 'El juego del calamar'
Una de las cosas que más me ha costado es encontrar al director de fotografía de la serie. En ninguna de las bases de datos que suelo consultar aparece el nombre, o nombres, de los encargados de la dirección de fotografía. Todos los artículos se centran en el director, guionista y productor Hwang Dong-hyuk que se ha vuelto el rey Midas de las series.
En una serie de estas dimensiones es normal que cada capítulo tenga su propio personal técnico. Pero Hwang Dong-hyuk se encargó de todo a lo largo de los nueve capítulos de la primera temporada. Y todo parece indicar que los demás profesionales hicieron lo mismo.
En los especiales de la plataforma vemos a la directora de arte Kyoung-sun Chae, responsable del aspecto visual de la serie. Ella es la ‘culpable’ de todo lo que vemos.
Pero no he encontrado por ningún lado al director de fotografía. Así que si alguno lo conoce sería maravilloso que lo dijera en los comentarios. Esta serie tiene muchos efectos especiales. Aunque todos los escenarios son reales, están rodeados de un fondo azul y verde para recrear digitalmente esa realidad desasosegante.
La serie está rodada en 4K HDR, siguiendo las directrices de Netflix para garantizar la máxima calidad a sus espectadores. Y está rodada con el método de la multicámara.
Multiple-camera, como se conoce en inglés, es un método de producción que se utiliza sobre todo en el mundo de la televisión. Varias cámaras, desde distintos puntos de vista y con la misma configuración, graban todo lo que sucede en el set para no perderse ni un detalle.
Por este motivo vemos muchas cámaras en los platós de televisión y al típico director dando señales para que entre una cámara u otra… Es el papel que hizo Ed Harris en 'El show de Truman', para entendernos.
En esos escenarios tan grandes no se puede perder ni un detalle. Así que graban de forma simultánea y luego en el montaje se elige el mejor plano de cada escena. No puedo imaginar el esfuerzo para darle sentido a tal cantidad de metraje.
Y sobre todo los problemas de iluminación que pueden surgir si no está todo medido al milímetro. Es importante respetar los puntos de vista, evitar cruzarse y tener mucho cuidado con las sombras... Seguro que tiene que haber un responsable final al que me gustaría encontrar.
La fotografía al servicio de la historia
El aspecto visual de la serie es uno de sus pilares. La inspiración de la historia está clara. En todo momento encontrarás referencias a 'Battle Royale' (2000); y por supuesto a 'Los juegos del hambre' (2012) y la olvidada película de Arnold Schwarzenegger 'Perseguido' (1987) a partir de una historia de Stephen King.
Pero la fotografía distingue a 'El juego del calamar'. Esos campos de juego enormes en los que se simula la realidad nos hacen ver los juegos infantiles como algo terrorífico. Ya no queda nada de la seguridad que te daban los campos de juego.
Vemos planos abiertos, disparados con objetivos angulares que deforman la imagen como el guion deforma una realidad que nos resulta demasiado familiar. Otros planos nos acercan para ver el detalle, el rostro de sufrimiento o el rastro de la sangre sobre el suelo artificial.
El uso del color es impresionante. Si puedes ver la serie en una televisión HDR notarás la explosión literal del color. Y te darás cuenta de que todo tiene sentido. Por ejemplo, si queremos diferenciar a los jugadores de los soldados no hay nada mejor que vestir a unos de verde y elegir el complementario para los otros, el rojo.
El color es clave. Salvo alguna que otra escena donde la oscuridad tiene un papel relevante, la luz transforma la forma de contar una historia de terror y sangre. Sabes que vas a morir de una forma horrible, antes o después, pero en un escenario infantil todo parece más cruel.
Una de las escenas más impactantes son las famosas escaleras inspiradas en el artista Escher. Nunca sabes si suben o bajan. El punto de vista cenital, que nos sitúa como espectadores omniscientes, se inunda de color. Lo más duro es cuando te das cuenta de que esos colores saturados, que siempre asocias a la fiesta, se han convertido en el camino a la muerte.
Si todavía no la has visto, y te gusta la fotografía, seguro que tienes un motivo más para engancharte a uno de los últimos fenómenos televisivos.
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