Hoy se ha inaugurado en Madrid la exposición 'La España de Laurent (1856-1886). Un paseo fotográfico por la historia' en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Una ocasión única para conocer la vida y obra de uno de los fotógrafos más influyentes de finales del siglo XIX en España.
Una de los fotógrafos más influyentes de la fotografía europea de mediados del sigo XIX es Jean Laurent, nacido en un pequeño pueblo de la Borgoña francesa. Llegó a España después de aprender los rudimentos de la encuadernación de lujo y los principios de una nueva manifestación artística llamada fotografía.
Llegó a Madrid en 1844 dispuesto a triunfar en la corte, donde reinaba otro fotógrafo inglés: Charles Clifford, con una vida propia de detectives. En 1856, ya conocido como Juan Laurent, abre su estudio en la Carrera de San Jerónimo 39, en el mismo lugar donde estaba el estudio del inglés, muerto prematuramente.
Le tocó vivir uno de los periodos más convulsos de la política española: el reinado de Isabel II, el Sexenio democrático con el reinado de Amadeo de Saboya, la Primera República Española y la Restauración borbónica con la llegada de Alfonso XII. Desde 1856 hasta 1886. Todo en una única vida marcada por el poder del colodión húmedo desde el punto de vista fotográfico.
Y dentro de todos estos cambios estaba Juan Laurent, un fotógrafo que fue capaz de encandilar a todos los gobernantes y partidos con su labia y sobre todo con su profesionalidad. Todo lo que consiguió fue fruto de un trabajo incansable que le llevó a recorrer media España para documentar todo el progreso de la revolución industrial de este país y guardar para la memoria todo el arte de la península ibérica, pues llevó sus cámaras hasta Portugal, en una época en la que se intentó unir ambos reinos bajo un mismo gobierno.
La exposición de Laurent en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
Es una exposición organizada por el Ministerio de Cultura y Deporte, a través del Instituto del Patrimonio Cultural de España, en colaboración con la Academia, con motivo del Año Europeo del Patrimonio Cultural. La idea es ofrecer uno de los mejores testimonios posibles sobre los cambios que se produjeron en la España del siglo XIX.
Dentro de la exposición veremos representados todos los trabajos que realizó Laurent con su compañía. No debemos olvidar que la empresa se llamaba Laurent&Cia. Ahí estaban reconocidos José Martínez Sánchez y Julio Ainaud, dos de sus mejores colaboradores. De hecho, todos los estudios que surgieron aquellos años en Madrid tenían alguna relación que otra con nuestro protagonista en el artículo de hoy.
Cuando murió, todo el negocio pasó a manos de J. Lacoste. Luego el legado llegó a José Roig y al final fue el fotógrafo Vernacci quien vendió el fondo de J. Laurent al Estado en 1975. Desde entonces está en la Fototeca del Instituto del Patrimonio Cultural de España. Todos los negativos, los libros, positivos y hasta alguna de sus cámaras. En la exposición podemos contemplarlas, pero la mayoría son de la época, cedidas por la famosa y única colección Mur, de la que ya hemos hablado en otras ocasiones.
Según se entra a la derecha, enfrente de las salas donde está la colección de grabados de Goya de la Real Academia, iremos descubriendo sus retratos a la realeza, a los políticos y a los hombres ilustres de la época, cuando hacerse una fotografía era poco menos que una aventura y estaban de moda las famosas cartas de visita que se compraban e intercambiaban como cromos. Y los más prestigiosos eran desde luego los que hacían y vendían en la Carrera de San Jerónimo.
También veremos los originales y las copias digitales a partir de los negativos de cristal de las grandes obras de ingeniería civil. El trabajo que empezó Clifford lo continuaron Laurent&Cia. Llama mucho la atención las vistas de todos los rincones del país y la principal diferencia con su antecesor... pocas veces veremos personas en sus fotografías.
Y hay que reconocer que eran incansables. Experimentaron con todo tipo de formatos, desde las pequeñas cartas de visita hasta los grandes negativos de cristal de 60 cm, con sus respectivas cámaras, para hacer panorámicas que hoy harían palidecer a muchos. Incluso se atrevían con las imágenes estereoscopicas con las máquinas de doble lente que dan sensación de volumen.
Pero lo más llamativo, o lo que le ha parecido más llamativo al que escribe estas líneas, son las fotografías del patrimonio artístico, de los cuadros. Él fue el que hizo las fotografías con primitivos flashes de las pinturas negras de Goya en su ubicación original, antes de que fueran pasadas a lienzos.
Juan Laurent consiguió los derechos para fotografiar los cuadros del futuro museo del Prado para ilustrar los libros de historia del arte durante mucho tiempo. Logró sacar todos los matices en blanco y negro, con los delicados negativos de colodión húmedo, un proceso que utilizó a lo largo de su corta vida.
Precisamente este importante detalle es lo que marca toda la exposición. Hasta que no entiendes todo el proceso químico no alcanzas a comprender la grandeza de estos emprendedores. Primero había que preparar todos los químicos en una tienda portátil estanca a la luz, que tenías que llevar siempre. Luego vertías en una placa de vidrio impoluta el colodión que luego sensibilizabas con nitrato de plata.
Inmediatamente después exponías. Y no te quedaba más remedio que revelar a continuación para poder conseguir algo. Era imprescindible que el soporte no se secara... Nada que ver con lo que podemos hacer ahora.
La exposición hay que verla. El visitante descubrirá de primera mano un trabajo apasionante de una vida increíble. Y la principal protagonista es la fotografía pura.
‘La España de Laurent (1856-1886). Un paseo fotográfico por la historia’
Del 20 de diciembre de 2018 al 3 de marzo de 2019 Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
Alcalá, 13 28014 Madrid