Hoy es el Día Mundial de la Fotografía. Se celebra el 19 de agosto desde que en 1991 la Sociedad Fotográfica Internacional de la India lo propuso. Hoy es un día para celebrar algo que se ha vuelto totalmente cotidiano para muchos. Podemos celebrarlo de mil maneras o simplemente olvidarlo. Nosotros seguiremos haciendo fotos, como todos los días.
Hoy hace 181 años que François Aragó -un hombre que apostó por la limitación de las horas de trabajo o que luchó por la abolición de la esclavitud- presentó ante las academias de las Ciencias y de Bellas Artes de París el daguerrotipo, un invento que el gobierno de Francia cedía al mundo. Una maniobra política de la que no se esperaban el alcance que llegó a tener.
La historia de su invención está llena de nombres olvidados, pequeñas lagunas y muchas historias que darían para una buena novela. El daguerrotipo tiene el nombre de Daguerre, que olvidó el nombre de Nicephore Niepce, su socio y principal investigador que murió por culpa de los experimentos que realizó buscando la forma de suplir su poca pericia a la hora de dibujar.
Con el daguerrotipo, un solo hombre podría llevar a buen fin ese trabajo inmenso… Cabe esperar que puedan obtenerse mapas fotográficos de nuestro satélite. Es decir, que en unos pocos minutos se ejecutará uno de los trabajos más largos y delicados de la astronomía…
Pero para hablar de la invención de la fotografía no hay que quedarse solo con estos nombres... No está clara al 100% toda la historia. Hay nombres brasileños, españoles, descubrimientos similares con menos apoyo institucional...
Los olvidados de la invención de la fotografía
Parece que solo hay una historia oficial, la que aparece en las enciclopedias y en las efemérides oficiales. Pero poca gente recuerda a Hercules Florence, un inventor brasileño que ideó el sistema negativo/positivo pero que no tuvo repercusión alguna.
O como ya contamos en Xataka Foto, también deberíamos hablar este día de Ramos Zapetti, el inventor español del que se habla en una revista de 1902:
Asegurábales E,amos cuantas veces se encontraban que muy pronto había de darles á conocer los admirables resultados obtenidos con su cámara oscura, que redundarían en beneficio de todos y muy especialmente de los artistas sus compañeros que podían ahorrarse el modelo y maniquí. Un día, citados de antemano D. Carlos y don Federico, vieron asombrados reproducida en brillante lámina de cobre una figura y parte del etudio, que con júbilo grandísimo los mostró Ramos Zapetti comprobando cuanto les había anunciado. Fué éste un acontecimiento celebrado entre los artistas. Hubo quien hizo proposiciones para la adquisición del invento, que Ramos no aceptó. Unos dos años después se hizo público el invento de Daguerre.
O cómo olvidar la desgracia de Hippolythe Bayard, que inventó en 1837 un proceso similar al que presentó Daguerre dos años después. El problema es que no tenía amigos tan poderosos como él y el mismo Aragó ocultó su invento para no arruinar la famosa presentación que celebramos hoy...
Por estos motivos este día debería estar un poco en el aire hasta que se aclare la historia. Hasta que los estudiosos decidan cuál es la realidad en el siglo XXI. Pero en el fondo nos debería dar igual.
El placer de fotografiar
Está bien que se recuerde una fecha para que todos los fotógrafos nos juntemos para homenajear a lo que tanto nos gusta. A este instante sublime en el que apretamos el obturador y robamos un instante al tiempo.
Da igual que la fotografía sea insustancial. Lo que importa, y que muchas veces olvidamos, es lo que disfrutamos con el sencillo gesto del disparo. Tenemos que olvidarnos de la técnica una vez la hemos aprendido bien. Hay que ser natural, no presumir de pasar mil horas delante del ordenador.
Da igual que la fotografía sea insustancial. Lo que importa, y que muchas veces olvidamos, es lo que disfrutamos con el sencillo gesto del disparo.
La fotografía, si la entendemos de una forma clásica, se disfruta mientras andamos con la cámara al hombro. En ese preciso instante en el que todo pasa como tú quieres y eres consciente de que puedes congelarlo. Da igual que luego no consigas lo que buscabas. Es la emoción de haberlo intentado...
Luego, con el tiempo, vamos logrando buenos disparos. Empezamos a contar historias y a la gente le empieza a gustar lo que hacemos. A lo mejor incluso no nos gusta toda esta historia de salir a la búsqueda de la luz y preferimos encontrarla en la fría emisión de unos y ceros de la pantalla delante de un teclado....
Qué más da. Hay que hacer fotos. Es la mejor manera que tenemos de contar nuestra historia. A lo mejor dentro de unos años encuentran nuestros discos duros y alguien se emociona al ver nuestros pequeños logros y grandes fracasos. Y a lo mejor nos convertimos en Hippolythe Bayard, en Hercules Florence o en Ramos Zapetti... Hay que hacer siempre fotos porque nos gusta. El tiempo ya nos pondrá en nuestro lugar... Feliz día de la fotografía a todos.