Ha muerto Peter Lindbergh, el fotógrafo que revolucionó el mundo de la moda de los años 90. Su fotografía más famosa, la que recordamos todos, es la de las supermodelos en blanco y negro que ilustró la portada del Vogue británico de enero del 90. Su estilo, más limpio y menos recargado que el de los grandes maestros, marcó una época que ahora, con su muerte, termina.
A lo mejor no era uno de los fotógrafos más conocidos por la sociedad. Suena más Helmut Newton o Mario Testino. Pero era uno de los grandes, desde luego. Aún así seguro que muchos presumirán por las redes de conocerlo de sobra y se reirán de los que hablen de él ahora y digan que les gustaba. El mundo es así. Menos mal que queda su trabajo.
Nació en Polonia, en 1944, durante la ocupación del ejército nazi. Empezó muy pronto a trabajar, hasta que se matriculó en una escuela de arte de Berlín. Desde ahí partió a conquistar el mundo a través de su mirada. Y en París encontró el sentido de su vida dentro de la fotografía de moda.
Al contrario que los fotógrafos más barrocos de la época, él apostó por un estilo natural, el famoso efecto recién levantado que tanto memes ha generado en los últimos años; cuando descubrimos que al levantarnos no parecemos ni mucho menos supermodelos con la cara fresca. Incluso hubo un capítulo de 'Friends' en el que se jugaba con esta cruda realidad.
La fotografía que cambió todo
Hay que remontarse mucho... En los años 90 George Michael sacó una canción llamada 'Freedom'. Y para el vídeo contrató a algunas de las modelos más importantes de aquellos años. Allí están Cindy Crawford, Linda Evangelista, Christy Turlington, Naomi Campbell... con una estética rompedora, lejos de los maquillajes recargados. Más cerca del ideal de Avedon que el de Helmuy Newton, por ejemplo.
Dicen que el revolucionario pelo corto de Linda Evangelista fue idea de Peter Lindberh. Y que ahí, en la foto que se hicieron para la portada del 'Vogue' británico de enero de 1990 las modelos empezaron a soñar con no levantarse por menos de 1.000.000 de dólares.
La fotografía es en blanco y negro, marca de la casa. Cinco modelos, a distintas alturas, nos miran sin artificios. Sin aparente maquillaje. Con la cara limpia y el pelo con mechones sueltos, como por descuido. Nos hacen creer que están ahí por casualidad. Ellas están muy contrastadas, el fondo está desenfocado y muy claro. Empezaba una nueva época en la que las hombreras, los pintalabios fuertes y la exageración eran desterradas.
Y así hasta el último instante de su vida. Dicen que su último trabajo fue precisamente el número de septiembre del Vogue británico, en el que homenajea a las mujeres que están cambiando el mundo, de la mano de Meghan Markle. También ha fotografiado a la cantante Rosalía. Fue el elegido para la boda de la hija del multimillonario dueño de una conocida marca de ropa española presente en todo el mundo. Parece que estaba muy relacionado con España
Y siempre con el mismo estilo, ese que tanto nos cuesta encontrar y que él desarrolló desde el principio de su carrera artística. Y que le llevó a fotografiar a los más grandes, sin complicaciones. Con la única alianza de la buena luz. Como dicen en la introducción de uno de los libros que publicó con la editorial Taschen:
Considerado un pionero de la fotografía, introdujo un nuevo realismo al redefinir los estándares de belleza con imágenes intemporales. Ya sean retratos o poéticas composiciones de figuras y paisajes, sus creaciones utilizan un lenguaje cinematográfico y juegan con arquetipos femeninos en los que sus modelos adoptan poses de bailarinas, actrices, heroínas o mujeres fatales. Además, Lindbergh confiere a la fotografía un enfoque humanístico, priorizando la belleza natural y auténtica, en un momento en el que predominan los retoques, captando el espíritu y la personalidad tanto como el aspecto físico y rindiendo homenaje a la elegancia y la sensualidad de las mujeres maduras.
Es uno de los fotógrafos que más han marcado la imagen de finales del siglo XX y principios del XXI. Con él se va uno de los estandartes de la elegancia natural, un ojo increíble para descubrir a las modelos que marcan una época y una forma de contar la moda en la que lo importante son solo las personas. nos confirmó que la ropa no es más que un complemento y que lo importante es saber mirar.
Ver 5 comentarios