Voy a volver a recurrir al siempre sabio refranero popular porque, si eramos pocos, acaba de parir la abuela. A poca gente se le escapa que, crisis aparte, el de la fotografía es un sector que se encuentra en un momento un tanto complicado. Los nuevos precios del material (al alza), nuevas tendencias y formas de compartir la información hace que el sector atraviese una época de transición más cercana a la refundación que a la mera actualización. Google aprovecha esta nueva forma de distribuir contenidos para pervertir aun más el negocio del microstock.
Cuenta la leyenda que hace no tantos años había gente que ganaba dinero, por poco que fuese, vendiendo sus fotografías de vacaciones o esas que hacía de manera casual. El microstock daba los primeros pasos y era el momento de hacer buena la oportunidad.
Hoy en día las agencias están colmadas de fotografías y lo que vende es contenido muy concreto, enfocado al mundo de la empresa y los negocios. Eso y lo que imponga la moda de turno, ahora quizá la fotografía culinaria y el póker, mañana puede que el culturismo y el kitesurf.
El caso que nos ocupa es el movimiento de Google, que ha comprado a razón de 12 dólares la fotografía, un archivo de aproximadamente 5.000 imágenes de la colección de Getty para ofrecerlas gratuitamente a sus usuarios de Google Drive, servicio de almacenamiento y creación de documentos online.
Es lícito que una empresa, en este caso Google, quiera y pueda ofrecer a sus clientes las mejores condiciones posibles por cuestiones de fidelización y demás. Google ha pagado por cada fotografía 12 dólares al fotógrafo, pero si tenemos en cuenta que esa fotografía estará disponible para fines comerciales y con libertad de modificación para unos 425 millones de usuarios, el valor de la imagen acaba rozando el cero.
Recordemos que el modelo de microstock más popular es aquel en el que el fotógrafo vende una fotografía muchas veces por una poca cantidad de dinero cada una de las veces. Resulta obvio que esto afectará directamente a las estadísticas de ventas de algunos usuarios ya que serán muchos los que antes de pagar intenten encontrar lo que buscan de manera gratuita.
Habrá que esperar a la reacción de la comunidad de fotógrafos de Getty. Los mejor pagados, los que reciben encargos, no tendrán problemas, pero el grueso de colaboradores ocasionales, de los que habrán salido muchas de estas fotografías, ya está quejándose e incluso abandonando la agencia. ¿Estamos ante el principio del fin del modelo de microstock?
Vía | La Fotografía Hoy Foto | Robert Scoble en Flickr
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