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Fotoshop by Adobé: ¿Realidad o Ficción?

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Sí, no lo he escrito mal. Fotoshop by Adobé. Bueno, no es cosa mía sino de Jesse Rosten que ha publicado este divertido vídeo parodiando un poco el mundo de la publicidad en cuanto al tema de los retoques “excesivos” que últimamente están generando tanto debate en la red. Hecho con un toque irónico y humorístico, no hay que verlo como una censura al uso del programa de edición ni mucho menos sino, en mi opinión, como una reflexión sobre el “exceso” que comentaba. El anuncio de este vídeo, por supuesto, es totalmente ficticio y, como se suele decir en estos casos, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Hace poco uno de los fotógrafos que he entrevistado para Xataka Foto, off the record, me comentaba que una cosa son realizar ajustes sobre corrección de luz sobre la piel o pequeñas manchas (un grano, por ejemplo) y otra cosa alterar “exageramente” la morfología del rostro de una persona, haciendo que finalmente ni la propia persona se reconozca. La clave era, según él: Exageración. Y, por supuesto, usaba el programa de edición en cuestión y entendía perfectamente el realizar un “beauty”, dependiendo del tipo de trabajo. También supimos hace unos meses, que en EE.UU. se quiere impulsar una normativa para prohibir/advertir del uso del retoque digital en las imágenes de prensa y publicidad.


Como en todas las disciplinas hay un límite que creo debe decidirlo el profesional de acuerdo a una serie de requisitos y según el tipo de trabajo a realizar. Las herramientas ni son buenas ni malas, puede serlo el uso que les demos. Si queremos crear una ficción “consentida” no hay nada de malo, en mi opinión, en usar la herramienta adecuada para crear esa ficción. Sea la herramienta el programa de edición, sean las luces, un buen maquillaje o vestuario.

Making of de este divertido anuncio ficticio

Ni la post-producción es el demonio ni es un milagro. Tal vez, con algo de tacto, respeto, simple ética o sentido común logremos un término medio. Aunque en muchas ocasiones todo pueda depender de lo que se quiera ofrecer al espectador. Poniendo un ejemplo visual, todos aceptamos, hoy en día, el uso de efectos especiales en el cine que nos permiten ver, pensar, soñar o simplemente disfrutar viendo personajes fantásticos o imposibles frutos de la ficción. No por ello los despreciamos. Como ya hemos hablado muchas veces determinadas especialidades fotográficas han de guiarse por no usar la postproducción como medio de manipulación de la imagen original trantando así de esta forma de ser lo más fieles a la realidad (fotografía documental y fotoperiodismo serían los máximos exponentes) pero en el campo de la fotografía artística (en general) esta limitación no debería existir. ¿O sí? ¿Realidad o Ficción? ¿Cuál es el límite?

Vídeo | Jesse Rosten en Vimeo | Making of Fotoshop By Adobé (Jesse Rosten)

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