La noticia saltó hace apenas dos días en las redes. El fotógrafo y bloguero francés Mathieu Stern descubrió en una antigua casa familiar unas placas de cristal escondidas en una cápsula del tiempo de una niña. Estaban al lado de unos juguetes -un perro y unos recortes de papel- y datan del año 1900. Nuestro protagonista decidió positivar las placas con el clásico método de la cianotipia.
Entrar en una vieja casa familiar es una de las aventuras más grandes que se pueden soñar. Es increíble la cantidad de cosas que puedes encontrar en ellas... Recuerdo la casa familiar de una amiga donde encontraron restos celtas; o una casa en la que encontraron una vieja cámara de fuelle abandonada y en perfecto funcionamiento... Mathieu Stern tuvo la suerte de rescatar del olvido el tesoro de una niña de 1900. Y dentro había dos placas de cristal de su gato.
Las dos placas estaban guardadas en sendos sobres. Desde luego no sorprende el buen estado de las mismas. No están rotas, ni siquiera parece que estén sucias. Todo el que haya sido niño comprenderá cómo se cuidan los tesoros que decides guardar en una caja.
Nuestro protagonista decidió pasar a papel las placas con un proceso de aquellos años, el famoso cianotipo, quizás uno de las técnicas de revelado más sencillas que existen y que se caracteriza por el color azul de las copias.
La cianotipia, uno de los procesos antiguos más sencillos que existen
En los tiempos digitales puede sonar extraño que alguien quiera revelar químicamente unas fotografías... con lo fácil que sería escanear el negativo y hacer mil cosas con los píxeles... Pero algunas veces hacer algo con nuestras propias manos puede resultar gratificante.
La cianotipia es un proceso que aprovecha la sensibilidad a la luz de las sales de hierro, como la platinotipia o la calitipia. Lo inventó John Herschel en 1842. Este hombre fue el que introdujo en nuestras vidas las palabras fotografía, negativo y positivo (evidentemente en inglés). Alguna vez hablaremos de él en Xataka Foto.
Todo consiste en una reducción química por acción de la luz. Las sales férricas pasan a sales ferrosas y forman el conocido azul de Prusia. Una vez expuesto el negativo por contacto a la luz del sol, solo hay que revelar la hoja de papel impregnada de nitrato de hierro amoniacal y ferrocianuro de potasio... en contacto con el agua la imagen aparecerá y tomará su tono azulado.
El resultado fotográfico de Mathieu Stern
La verdad es que la noticia nos ha llamado la atención y más desde que hemos leído el blog de Mathieu Stern. Hace relativamente poco también tuvo la suerte de encontrar una antigua cámara de formato medio con un carrete en su interior y consiguió revelar las fotos.
Y siempre apuesta y busca los procesos clásicos y las cámaras antiguas para experimentar con ellas otra cosa que no signifique pelearse continuamente con Adobe Photoshop.
Esta noticia nos ha despertado las ganas de buscar por los rastrillos o en casas antiguas y tratar de encontrar fotografías o cámaras con las que jugar y experimentar algo semejante... incluso en mi propia casa tengo alguna que otra Brownie y negativos de cristal... ya veremos qué hago.
- Fotografías cedidas por Mathieu Stern
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