'Doce fotógrafos en el Museo del Prado' es el nombre de una de las exposiciones que podremos ver en dicho museo para conmemorar su bicentenario. Doce autores que se han inspirado en los grandes maestros para contar a su manera, con la ayuda de la cámara, los 200 años de historia de un lugar único en el mundo.
Atravesar las puertas del Museo de Prado es entrar en la historia del arte. Dentro encontramos todas las claves para pensar, sentir, pintar y fotografiar. Ahí están Velázquez y su luz, Tiziano, Rubens... Goya como el primer artista que fue capaz de mirar como un fotógrafo... Debería ser un templo para nosotros. Y como tal lo han sentido José Manuel Ballester, Bleda y Rosa, Javier Campano, Joan Fontcuberta, Alberto García-Alix, Pierre Gonnord, Chema Madoz, Cristina de Middel, Isabel Muñoz, Aitor Ortiz, Pilar Pequeño y Javier Vallhonrat.
12 autores y 24 fotografías que podemos ver en la Galería baja norte del edificio de Villanueva, al lado de la sala de las Musas, nada más entrar por la puerta de los Jerónimos. La exposición, comisariada por Francisco Calvo Serraller y que cuenta con el apoyo de Japan Tobacco International como entidad colaboradora de la Fundación Amigos del Museo del Prado, junta y reúne a muchos Premios Nacionales de Fotografía con autores que lo tendrán algún día.
Y la idea parte de la relación de la fotografía con el museo, con la propia pintura. El museo es solo unos años más viejo que la técnica fotográfica de Niepce. Es curioso como fue su espejo en los primeros años para terminar desviándose por otros caminos que le eran más propios. La fotografía pronto se dio cuenta de que la pintura solo debía servir de inspiración y de hecho, ayudó a la pintura a buscar nuevas rutas. Lo más curioso es que algunos siguen insistiendo con el pictorialismo...
Los fotógrafos de la exposición
Precisamente una de las relaciones entre la fotografía y el Museo del Prado es el trabajo que hizo Jean Laurent con su grafoscopio. El famoso fotógrafo utilizó dicho aparato para trasmitir a los turistas del siglo XIX la experiencia de visitar la galería central. Y es aquí donde podemos enlazar con la exposición actual.
Joan Fontcuberta ha fotografiado detalles de aquel trabajo para delatar con su máquina el paso del tiempo. Con dos fotografías es capaz de contar la historia de aquellos 200 años. Todo condensado en dos fotografías. Es verdad que exige conocer dicho trabajo pero ahí está la imagen para empezar a investigar.
Sería largo hablar de todos los trabajos que podemos ver. Como sucede siempre hay autores que pueden gustar más que otros, pero en este caso todos aportan su punto de vista sobre el Prado. Sin abandonar su estilo. El trabajo de García Alix llama sobremanera la atención gracias a la técnica de la doble exposición del negativo. Obliga a ver de otra manera el Descendimiento de Van der Weyden, esa obra perfecta del s XV que enseña cómo ajustar de manera precisa las figuras al entorno.
Isabel Muñoz juega con las poses barrocas de los bailarines debajo del agua. Se reconoce en su trabajo el recorrido por las salas buscando la piel y el baile de los maestros barrocos donde todo es carne y esplendor bajo formas sinuosas. Pero con la sencillez de la fotografía. Ballester vuelve a vaciar los cuadros. Y se atreve con las Meninas de Velázquez vaciando a su vez la sala a la que hay que ir por lo menos un día al año.
Javier Campano y Pilar Pequeño emulan a los maestros del bodegón. Esos productos humildes que la luz vuelve mágicos. Chema Madoz vuelve a fotografiar un espacio sin pisarlo, como ya hizo con una exposición sobre Asturias que realizó íntegramente en su estudio de Madrid. Bleda y Rosa vuelven a sus espacios de guerra pero fotografiando los cuadros que recuerdan aquellas batallas.
Pierre Gonnord hace quizás el trabajo más extraño, pues retrata a un ave disecada que mira a un espectador del museo que le llamó la atención, a la manera de los clásicos retratos que inundan las salas del Prado. Aitor Ortiz muestra la fuerza del espacio museístico con la fuerza de la luz y las proporciones. Vallhonrat baja la cámara al suelo para sacar la tierra y fundirla con fragmentos de cuadros de Goya. Y Middel intenta hacer reír.
Siempre tiene que haber una excusa para ver el museo. En esta ocasión tenemos esta exposición de fotografía. Siempre podemos volver y luego partir a perderse por las salas a la búsqueda de cuadros que nos dejen sin habla. No hay mejor escuela para un fotógrafo. Los doce fotográfos no dudan en decirlo una y otra vez.
‘Doce fotógrafos en el Museo del Prado’
Del 21/09/2018 al 13/01/2019 Museo Nacional del Prado. Sala Galería baja norte. Edificio Villanueva
Paseo del Prado, s/n, 28014 Madrid