Parecen invisibles pero no lo son. No son jóvenes musculados y promíscuos sino personas mayores homosexuales, bisexuales y transexuales que generalmente vivieron su sexualidad de forma escondida y que ahora, pasados los 60, temen volver a tener que esconderse. Esa es la idea de ‘Flores de Otoño’, un proyecto de la fotógrafa Hanna Jarzabek que ha retratado la vida de muchas de estas personas y el miedo que afrontan en el otoño de su vida.
“Frente a los estereotipos, el proyecto invita a reflexionar sobre esta realidad cercana pero, a menudo, ignorada —explica Hanna— La realidad de las personas LGTBQ mayores no es radicalmente diferente de la de cualquier otra persona de edad avanzada. Pero en muchas ocasiones sus problemas se manifiestan con más intensidad. En general viven solos, e incluso si tienen pareja, en su juventud no pudieron formar familia o tuvieron conflictos con ella. Acercándose a la vejez, algunos temen la 'vuelta al armario', sobre todo si deben entrar en una residencia para ancianos”.
‘Flores de otoño’ es un proyecto documental que lucha contra los estereotipos e invita a reflexionar sobre estas realidades tan cercanas como generalmente ignoradas. El trabajo forma parte del ‘Programa Crisálida’, un línea de mecenazgo puesta en marcha por Signo Editores para subvencionar hasta seis trabajos al año con el fin de “dar visibilidad a todos aquellos proyectos que tienen mucho que aportar al tejido de la cultura visual, pero que por falta de financiación se han quedado en una idea.”
Ya el año pasado os hablamos de este otro y en esta ocasión se ha elegido el proyecto de esta fotógrafa polaca afincada en España (que combina trabajos personales con otros de fotoperiodismo) por su calidad, “el exhaustivo trabajo documental y el componente social” de ‘Flores de otoño’: “No hemos dudado en dar nuestro apoyo al proyecto de Hanna Jarzabek, un trabajo que da visibilidad a la diversidad sexual y de género desde la belleza plástica de sus fotografías”.
Este reconocimiento se materializa en una aportación económica de dos mil euros, que se destinará a la impresión de una treintena de fotografías para una exposición itinerante que, en principio se podrá ver en el Festival Imaginària (Castellón) y en Santa Coloma de Gramanet (Barcelona). Aunque también supone un espaldarazo para la carrera de Hanna y “una puerta de entrada a nuevas oportunidades que van mucho más allá del respaldo económico”.
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