Hacía tiempo que quería dedicarle un post a Bill Viola. Su trabajo como video artista me coaccionaba de algún modo a hacerlo, puesto que no es fotógrafo, pero sin embargo, siempre lo he tenido presente como base de inspiración en la fotografía, de ahí mi afán por presentároslo.
Estos días ha dado a conocer en Madrid su colaboración con la ópera "Tristan und Isolde" en el Teatro Real, con ello hace doblete gracias a una muestra en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y de esta forma era imposible no dedicarle un artículo.
Bill Viola en Tristan und Isolde de Wagner
Hace unos días vimos como JR iba a participar con sus fotografías en una instalación para el Ballet de Nueva York, en este caso Bill Viola lo que hace es formar parte de la pieza operística con unos vídeos que se proyectarán al son de la música de orquesta y de la actuación de los intérpretes en vivo.
Durante la rueda de prensa, tanto él como su productora Kira Perov, nos hablaron de los entresijos de esta gran super producción, porque no puede denominarse de otra forma a un trabajo de cuatro horas, grabado durante siete meses y financiado en parte gracias a las galerías y museos que han adquirido las piezas (reinterpretadas) para su posterior exhibición.
Los opuestos que tanto están presentes en la obra de Bill Viola, vuelven a repetirse en esta participación, que ya tuvo su primera representación en la Ópera de París en 2005, con los elementos que han hecho reconocible su modo de acercarnos al vídeo. Dualidades como la vida y la muerte, el agua y el fuego, el hombre y la mujer, el cielo y la tierra, todos ellos como piezas de una ópera con una escenografía a manos de Peter Sellars.
Bill Viola en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
No recuerdo un revuelo tan grande en Madrid con la presencia de Bill Viola desde su exposición en 2005 en las ya desaparecidas instalaciones de La Caixa en Serrano. Fue una exposición apoteósica en cuanto a obras mostradas y afluencia de público que a más de uno nos dejó con la boca abierta.
El Quinteto de los Asombrados, 2000
La capacidad del vídeo artista newyorkino para plasmar de un modo contemporáneo la maestría de las pinturas del Renacimiento (y Barroco, y si me apuráis del Gótico italiano y flamenco) llega a unos límites de amor odio por partes iguales en lo que a reacción del público se refiere. Soy de esas personas que defiende la obra de Bill Viola porque una vez me hicieron sentir, me hicieron sobrecogerme gracias al hiper slow motion que utiliza en sus presentaciones finales y, cuando un artista me hace vivirlo de esa manera, inmediatamente tiene un hueco en mi listado de preferentes.
Como comentaron durante la rueda de prensa en la Academia, su obra no trata de apropiarse de los clásicos sino emocionar dentro de un diálgo que en esta ocasión es absolutamente comprensible gracias a la exposición junto a las obras pictóricas que engalanan las paredes del Bellas Artes de San Fernando. Y como también llegaron a decir, las piezas de Viola representan "la expresión plástica del vacío".
Los viejos maestros eran justo un punto de partida. No me interesaba apropiarme de nada, ni volver a representarlo; quería meterme en el interior de esos cuadros, encarnarlos, habitarlos, sentirlos respirar.[...]
Si algo consigue transmitir Bill Viola no sólo con sus obras sino también con sus palabras, es ese halo místico que en parte entendimos cuando nos habló de que tenía como referente a San Juan de la Cruz. Hay un mundo interior detrás de todo lo que produce, una entrega pasional que responde a los latidos del corazón desde una perspectiva absolutamente sentimental.
Dolorosa, El Quinteto de los Silenciosos (os he compartido el vídeo del Quinteto de los Asombrados), Montaña Silenciosa y Rendición, son las cuatro obras que se presentan en los espacios del museo junto a Ribera, Goya, Alonso Cano, Zurbarán, El Greco y Pedro de Mena. Son unas piezas que ya había tenido ocasión de contemplar anteriormente pero que, presentadas en estas salas, adquieren un nuevo nivel de significado y nos dan la oportunidad de relacionar en un mismo espacio lo clásico con lo contemporáneo sin tabús de por medio.
En resumen
Como os decía, no es fotografía, pero son piezas que por su extrema lentitud en el movimiento nos hacen pensar en un primer momento que estamos ante la contemplación de imágenes fotográficas. En el caso de "Dolorosa" está sensación se acentúa, no es hasta que nos detenemos un instante cuando nos percatamos que se trata de una pieza de vídeo.
Por otro lado, siempre he pensando en Bill Viola como artista clave en la inspiración para la creacción fotográfica. Un pionero que siempre ha demostrado creatividad en todo lo que hace y que nos traslada al lado más puro de la historia del arte, a la soledad y al fluir de las emociones más profundas. La exposición tendrá lugar hasta el 30 de marzo, tomadlo como una ocasión excepcional para visitar este museo y contemplar el trabajo de los grandes y, de paso, conocer a este videoartista en relación con ellos.
Más información | Real Academia de Bellas Artes de San Fernando | Bill Viola