La celebración del día internacional del fotolibro es algo relativamente reciente. Se celebra desde el año 2012 gracias a la idea del Photobook Club Madrid y Matt Johnson. Y la fecha del 14 de octubre es la elegida porque aquel día de 1843 Anna Atkins depositó en la biblioteca de su ciudad el primer fotolibro del que se tiene noticia. Así que vamos a celebrarlo como se merece.
Anna Atkins era una mujer de la época victoriana que se negó a seguir el papel que tenían asignado las mujeres. Gracias a su padre llegó a ser una respetada botánica y está considerada como la primera fotógrafa de la historia.
Su familia tenía amistad con Sir John Herschel, el famoso matemático y astrónomo, que inventó la cianotipia (1842), ese proceso fotográfico que se reconoce por las tonalidades azules, fruto de la reacción del hierro de la fórmula con la luz ultravioleta. Resulta que la primera persona que lo llevó a la práctica fue precisamente Anna Atkins.
Gracias a la cianotipia fue capaz de registrar con suma precisión los detalles intrincados de las diferentes algas que había recogido en la costa de su país. Hizo un libro que no dudó en dar a la biblioteca de su pueblo natal el 14 de octubre de 1843, hace 176 años. La fecha exacta de producción es una incógnita, por lo que se da como fecha segura el día del ingreso del libro en la biblioteca.
Hay que recordar que una cosa que comentó el fotógrafo Horacio Fernández del fotolibro, traducción directa de photobook (algo forzado a mi gusto):
Los libros se miran y se leen. Los fotolibros, además, poseen una particular característica definitoria: en ellos las imágenes son el texto, un texto que hay que leer. El sentido de la lectura se produce cada vez que se pasa de página, avivando así la llama de una narración que puede ser tan descriptiva o metafórica como cualquier otra que brinda sólo palabras
Y desde entonces se han hecho más y más libros de fotografía, fotolibros, photobooks o como queramos llamarlos. Personalmente prefiero la primera denominación. Me suena menos comercial. Cuestión de gustos.
La fiebre de los libros de fotografía
Hubo una época no muy lejana en la que si no hacías un libro de fotografía en los primeros seis meses de tu curso de fotografía te podías considerar poco menos que un fracasado en este mundo. Te atacaba la angustia de la inmediatez. Si no triunfabas y aparecías en los Cuadernos de la Kursala eras un cero a la izquierda. Y tu puesto te lo quitaban los alumnos del siguiente curso semestral. Habías perdido tu oportunidad.
De nada servía saber que los grandes libros, salvo alguna muy notable excepción como ´Los americanos' de Robert Frank, se gestaban, como mínimo, en más de dos años. Era el resultado de toda una vida con la cámara al hombro... Hace nada no hacía falta ni siquiera tener una carrera detrás. Bastaba con un curso en alguna prestigiosa escuela o ser hijo de alguien...
Esos tiempos pasaron. Ya no es tan fácil editar un fotolibro. Muy pocas editoriales se atreven a apostar por autores desconocidos. Incluso a los más grandes del lugar les cuesta encontrar la oportunidad de ver en formato libro sus fotografías. Muchos apuestan por la autopublicación, el crowdfunding o simplemente hacer obras únicas con la encuadernación japonesa por bandera.
Es muy difícil. Pero os podemos asegurar de que es una sensación maravillosa ver tus fotos en un libro. Es el destino ideal para nuestro trabajo. No hay nada comparable. Ni siquiera una exposición. El libro es lo único que permanece para siempre.
Pero os podemos asegurar de que es una sensación maravillosa ver tus fotos en un libro. Es el destino ideal para nuestro trabajo. No hay nada comparable. Ni siquiera una exposición. El libro es lo único que permanece para siempre
Así que para celebrar el día podemos hacer muchas cosas. Desde ir a una librería a comprar un libro de autor; acercarnos con una hoja de tamaño DinA4 a la Biblioteca de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid para hacer un fotolibro colectivo que formará parte del catálogo automatizado de la UCM; o sentarnos delante del ordenador y hacer nuestro propio fotolibro con ayuda de Adobe Lightroom...
¿Y qué libros de fotografía podríamos buscar? La mejor referencia puede ser precisamente la exposición de libros que hizo PhotoEspaña este año en la Biblioteca Nacional. Allí había unos cuántos seleccionados que puede ser interesante mirar y comprar:
Joel Meyerowitz '¡Mirar!' Editorial Gustavo Gili Es uno de los grandes fotógrafos de la historia. Con este libro nos cuenta cómo debemos trabajar la imagen de la fotografía para ser capaces de contar algo con ellas.
David Hornillos 'Ustedes, los vivos'. Dalpine
- Raúl Cancio y Marisa Flórez 'Españoles... Franco ha muerto'. Libros.com Dos volúmenes que cuentan a través de las fotografías de Raúl Cancio y Marisa Flórez, dos de nuestros mejores fotoperiodistas, la historia de España desde la Transición.
'Shomei Tomatsu', Fundación Mapfre Uno más de los excelentes catálogos que edita la Fundación Mapfre sobre las retrospectivas que hace de los fotógrafos. Todo es perfecto, desde los textos hasta la impresión. Y si encima habla sobre la obra de Shomei Tomatsu...
Ricard Terré 'TERRÉ'. Comunidad de Madrid. El catálogo de una de las grandes exposiciones de este año en la sala Canal de Isabel II de Madrid. Ricard Terré sería un clásico si fuera francés o estadounidense. Con este catálogo conoceremos mejor su obra.
- Antonio Pérez Río 'Obras Maestras-Masterpieces'. Underbau Como él mismo dice:
El resultado de estos cuatro años de trabajo y más de 500 kilómetros recorridos en las galerías del museo es un libro titulado Obras Maestras: un ensayo sobre los restos de un mundo devorado por sus imágenes.
- David Jiménez 'Aura'. Diseñado por: Lacasta Una joya de la fotografía en el que vemos la mirada onírica de los viajes a la India que hizo el autor a lo largo de diez años. En blanco y negro, con una edición muy cuidada donde se dice todo solo con la fotografía.
También podemos buscar por las redes algún proyecto de algún fotógrafo que necesite recaudar dinero para hacer realidad su sueño... Hay muchas formas de recordar este día. Los fotógrafos nunca deberíamos olvidarlo... Ahora solo toca celebrarlo.