Víctor Lax está considerado como uno de los mejores fotógrafos de bodas del mundo. Es un título que le han otorgado en tres ocasiones y que le han abierto las puertas de todo el mundo. Se enfrenta a las bodas como un fotoperiodista que busca el disparo único en el momento oportuno, con la ayuda inestimable de las sombras. En 'Detrás del instante', la serie documental de RTVE que podemos ver ya en su página, nos cuentan la vida y obra de un fotógrafo que ha cambiado todo en el sector.
Víctor Lax es uno de tantos fotógrafos que tuvo que cambiar su vida por culpa de la gran crisis económica que sufrimos con el cambio de siglo. Tuvo que dejar de ser fotoperiodista y buscar trabajo en otros campos. Y encontró la respuesta en la fotografía de bodas, una especialidad que nunca le llamó la atención.
Su mujer también sufrió los estragos de la crisis y tuvo que dejar su carrera arquitectónica por la fotografía, donde también puede crear y enseñar su forma de mirar. Cada vez que vemos las fotografías de este equipo no dejamos de sorprendernos al descubrir otra forma de mirar, de encuadrar y de sentir la luz.
Porque las fotografías de Víctor Lax no se rigen por los cánones de la fotografía de bodas, donde todo se tiene que ver perfecto, en el que las caras de los novios siempre se muestran. Su trabajo es distinto y lo podemos ver desde el primer momento en el documental que le dedican en 'Detrás del instante' (que podemos ver ya en la página Rtve a la carta, donde lo primero que nos cuentan es cómo hizo la fotografía de los novios rodeados de buitres.
Victor Lax y la referencia
Esa fotografía de los novios, con los ojos cerrados, rodeados de buitres, le valió el premio Fearless Photographers. Así empezó a sonar su nombre a nivel internacional y poco a poco fue presentándose a más concursos hasta ganar el título de mejor fotógrafo de bodas en 2016, también otorgado por Fearless Photographers. Quién se lo iba a decir...
De pequeño la afición le vino por su padre. Su progenitor grabó y fotografió cada uno de los instantes de su vida, de su infancia. Y sus recuerdos se convirtieron en imágenes. no tenía que recordarlos, solo mirarlos en los álbumes y vídeos para ver cómo se tiraba por el tobogán con su abuelo.
Al final terminó estudiando Imagen y Sonido para aprender el mundo del vídeo pero el laboratorio, el cuarto oscuro y su luz roja le acabaron atrapando... Es increíble la cantidad de personas a las que nos cambió la vida después de meternos por primera vez en un laboratorio de fotografía.
De la universidad salió de becario en un periódico deportivo. Esa fue su verdadera escuela, donde aprendió todos los trucos del oficio, donde le enseñaron a tratar con la gente de forma natural. Poco a poco se ganó el título de fotógrafo, que solo se consigue trabajando.
Pero la crisis llegó y tuvo que cambiar de rumbo. Trabajaba de fotógrafo en una discoteca y también de camarero. Y allí conoció a su mujer. Todo iba mal hasta que decidió entrar en el mundo de las bodas, solo por el dinero. Porque no le motivaban en absoluto.
Así que decidió abrir un estudio junto con su mujer y descubrieron que la fotografía de bodas podía ser de otra manera. Y como decimos en el título, terminaron convirtiéndose en una referencia. Los dos encontraron la motivación, la forma de expresarse hasta convertirse en los profesionales más demandados y admirados del sector.