Todo tiene una primera vez. Y este fin de semana hemos vivido el momento histórico de ver recibir el Goya a la Mejor fotografía a Daniela Cajías por su trabajo en la película 'Las niñas' de Pilar Palomero. Fue la película triunfadora de la noche del cine español.
Este año ha sido distinto para todos. El cine también ha sufrido el cierre de salas, los problemas de rodaje y todas las cosas de las que nos hemos privados. Pero sea como sea hemos continuado, con más esfuerzo para conseguir sacar adelante los trabajos que teníamos entre manos. A pesar de todo, muchas películas han podido salir adelante.
'Las niñas' es una película con tintes autobiográficos sobre la vida en un colegio de monjas de los años 90. Los que vivimos aquellos años ya estamos viendo películas que nos cuentan cómo éramos. La magia del cine es que nos cuenta el punto de vista de una persona con la que puedes coincidir o no.
Celia, una niña de 11 años, estudia en un colegio de monjas en Zaragoza y vive con su madre. Brisa, una nueva compañera recién llegada de Barcelona, la empuja hacia una nueva etapa en su vida: la adolescencia. En este viaje, en la España de las Olimpiadas del año 92, Celia descubre que la vida está hecha de muchas verdades y algunas mentiras.
Pero cuando vemos que lo que cuentan se parece a nuestra vida puede llegarnos más. Yo pasé mi infancia en un colegio de curas en el que negaban que Lorca hubiera muerto asesinado, en el que nos enseñaban vídeos de fetos abortados y te echaban del colegio sin avisar a tus padres por llevar pantalones cortos e ir provocando.
La fotografía, como siempre, es uno de los pilares del conjunto. Y la mirada de Daniela Cajías ha conquistado a los académicos este año. Una fotografía realista que ayuda a meternos en la vida de las protagonistas. Algo que no fue precisamente fácil.
Daniela Cajías, la primera directora de fotografía que ha conseguido un Goya
La película narra el paso a la vida adulta de unas alumnas de un colegio de monjas de la España de los años 90. La directora Pilar Palomero necesitaba acercarse a las actrices para dar ese aire íntimo y personal que se respira a lo largo de toda la película.
Este era el mayor reto para la directora de fotografía. Daniela Cajías (1981) ha nacido en Bolivia. Estudio fotografía en Buenos Aires (Argentina) pero muy pronto se metió en el mundo del cine en la Escuela Internacional de Cine y TV de San Antonio de los Baños en la misma ciudad argentina.
Según cuenta su biografía ha rodado en Bolivia, Cuba, Colombia, Brasil, México y España. Y dos de las películas en las que ha participado han llegado a presentarse en la Berlinale, uno de los festivales de cine más prestigiosos del mundo.
Ha ganado premios en festivales de México y Costa Rica, a los que hay que sumar el premio Goya a Mejor dirección de fotografía. Un auténtico hito dentro de la industria del cine español.
El trabajo de Daniela Cajías en 'Las niñas'
No podemos olvidar que la directora Pilar Palomero ha estudiado fotografía. Y tenía muy claro el resultado que quería. Daniela Cajías consiguió este trabajo por la mirada que aportó en la película brasileña 'Las dos Irenes', donde también filmó a jóvenes actrices.
Su forma de trabajar facilita la actuación. Trata de quitar del set de grabación cualquier elemento que obligue a moverse por un espacio demasiado cerrado. Así que elimina todos los cables que sean posibles, lleva la cámara al hombro para quitar los trípodes. Rueda como si estuviera haciendo un documental.
Consigue convertir a la cámara en un personaje más. Los actores saben de antemano cómo va a moverse. Y saben que pueden improvisar porque no hay líneas marcadas en el suelo o luces colgadas por todo el escenario. Es una fotografía natural que recuerda a lo que hacían los franceses en la época de la nouvelle vague cuando no tenían presupuesto. Ellos lo convirtieron en un estilo.
La iluminación, la luz, intenta ser natural en todo momento. Dicen que recuerda en algunos momento a la luz de 'El sur', esa maravilla de Victor Erice fotografiada por Jose Luis Alcaine. Pero creo que tiene personalidad propia. De hecho, en las entrevistas reconoce que al final buscaron las texturas de las películas de aquella época, por lo que simularon, a partir del digital que les daba la Alexa Mini de Arri, el aspecto del negativo Eastman Color de Kodak.
Y el formato es una de las cosa que más ha llamado la atención. Todo el mundo vemos el 4:3, un formato casi cuadrado que nos acerca a la acción y puede resultar más agobiante que el panorámico al que estamos ahora acostumbrados. En realidad es 1:37, el formato académico que se utilizó desde los años 30 hasta los 50, cuando la televisión exigió formatos más grandes para llamara la atención y llevar a la gente al cine.
El éxito de la fotografía es que parece sencilla pero en realidad es sumamente compleja. Es luz natural pero rebotada y filtrada en muchas ocasiones. Y cuando tenía que utilizar iluminación artificial huía de los led que tenemos ahora, porque en los años que está ambientada no existía.
Una buena película que podremos ver ahora en más cines por el éxito en los premios y que seguro colgaran en las plataformas para uso y disfrute casero. Pero seguro que será en la sala oscura del cine donde todo cambiará y podrás sumergirte mejor en una historia marcada por el paso a a la adolescencia.