Hace poco ha vuelto a saltar una noticia que define la posición de muchos políticos ante el mundo de la cultura. Ese mundo que nos hace pensar, recordar y sentir. El fotógrafo Juan Manuel Díaz Burgos, al que no tengo la suerte de conocer personalmente, ha publicado que uno de sus proyectos más queridos, llamado 'Rota', ha sido suspendido por desacuerdos con el ayuntamiento de dicha localidad.
Juan Manuel Díaz Burgos (Cartagena, 1951) es uno de los fotógrafos más interesantes del panorama español. Auqnue siempre le ha gustado estar detrás de una cámara, no fue hasta que entró en la Universidad Popular de Cartagena cuando aprendió todos los pormenores del arte de la luz. Allí dio forma a una pasión que había empezado con ocho años.
Si atendemos a su currículo descubriremos que nunca ha dejado de mirar. Tiene decenas de libros, su obra está en algunas de las colecciones más importantes del mundo y, sobre todo, tiene amigos. Buenas señales para descubrir que estamos ante uno de los maestros del panorama español. No puedo olvidar su Historias de playa, donde nos cuenta como nadie la vida en el litoral. O cualquiera de los trabajos dedicados a su pasión que es Latinoamérica: 'Malecón de La Habana. El gran sofá', 'La Habana. Visión interior' o su último proyecto 'Trópico de cáncer'.
Uno de sus proyectos más queridos, en el que llevaba inmerso siete largos años era 'Rota'. Durante los ochenta y los noventa retrató a muchos de los habitantes de este pueblo gaditano en un exquisito blanco y negro. Estas fotografías, fiel reflejo de una época que se va y de la que solo quedaría constancia en la memoria de sus habitantes de no ser por la obra de nuestro fotógrafo, son un ejercicio perfecto. Quien haya visto alguna copia (de su propia mano) de la serie, expuesta en medio mundo, no habrá dejado de admirar el trabajo bien hecho.
El proyecto de Rota
La idea de Juan Manuel Díaz Burgos era donar la obra al ayuntamiento del pueblo de Rota con una serie de condiciones que siempre dejó claras:
...en ningún caso se contemplaba el percibir dinero alguno por la entrega gratuita de 100 fotografías de tamaño 50x50 cm. pero con la condición de hacer una exposición y publicación referente a este trabajo.
Todo parecía ir bien hasta el 29 de mayo cuando, por algún motivo, el ayuntamiento de la localidad gaditana rompe con las condiciones propuestas. Lo único que se mantendría es la exposición, pero la publicación del catálogo no se podría asumir. Y una exposición sin catálogo no tiene sentido. Es la única forma de recordar que una vez esas obras estuvieron colgadas, como bien dice en esta entrevista:
Un libro es la obra cumbre a la que un fotógrafo aspira, es ver su trabajo transportado a la memoria colectiva. Pero ojo, que hacer un libro no tiene por qué ser sinónimo de “bueno”. No hacerlo con criterio puede convertirse en el peor embajador de nuestra propia obra. Así que paciencia y mucha convicción de mostrar un producto lo suficientemente bueno para que, cuando pasen algunos años, alguien se acuerde aún de aquel libro.
Desde el primer momento en que el autor comenta la situación en las redes ha obtenido el apoyo de todos. Salvo de algunos que no merece la pena comentar por su visión sesgada, pero a los que muy bien ha contestado uno de sus muchos amigos:
Es como si Dalí donase obras a su pueblo y la condición que pone es que debe exponerse en un sitio digno con una publicación que recoja la obra y le dicen que no aceptan la donación porque Dalí lo hace para enaltecerse a sí mismo.
El desprecio por la fotografía
Y es que lo que ha pasado es algo que viene golpeando a la fotografía desde hace mucho tiempo. Y que poco a poco va lastimando a todos los que nos dedicamos a ella... o al menos disfrutamos con ella. La fotografía se ha convertido para muchos en eso que haces con el móvil y envías por whatsapp. No supone esfuerzo, no sirve para nada y desde luego no merece la pena gastar el dinero en ella.
No tiene sentido despreciar de semejante forma el trabajo de alguien que dona su obra a un pueblo para que sea disfrutado por las generaciones futuras. No estamos ante los disparos de algún desconocido que acaba de empezar. Juan Manuel Díaz Burgos está reconocido como uno de los mejores. Jamás pidió dinero a cambio. Pero el problema es, con toda seguridad, que estamos ante el trabajo de un fotógrafo... ¿Al fin y al cabo no hace todo el mundo fotografías?
La fotografía no vende ni llama la atención de los políticos ávidos de obras para conseguir nuevas legislaturas. Todos los que nos dedicamos a estas cosas hemos tenido diversas experiencias sobre lo poco que se valora nuestro trabajo. Una vez, la jefa de prensa de un conocido y prestigioso centro cultural madrileño me vio haciendo fotos en un acto. Estaba contratado por los propios artistas. Ella me dijo que si no me importaba darles las fotos porque se habían quedado sin presupuesto para pagar a un fotógrafo... Y muchas más historias que seguro que entre todos podemos recopilar.
Alguien tendría que contar a los que han rechazado el proyecto que la historia de los pueblos tiene un valor incalculable. Que si esa historia la cuenta uno de los mejores fotógrafos de nuestro tiempo, será algo que perdurará para siempre. Y que ese trabajo sin duda se revalorizará con el paso de los años. A lo mejor así algunos se enteran de lo que están perdiendo.
Pero no todo son malas noticias. Parece que el proyecto está interesando a mucha gente que saben valorar la mirada de los buenos fotógrafos. Estaremos atentos a ver en qué acaba todo esto finalmente.
En Xataka Foto| Los fotógrafos españoles también son solidarios
Fotografías de Juan Manuel Díaz Burgos reproducidas con permiso del autor para este artículo
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