¿Se puede captar a la policía cargando en las manifestaciones? ¿Nos pueden detener o multar por ello? El resurgimiento del conflicto racial en los Estados Unidos ha vuelto a poner de manifiesto una cuestión delicada que, por supuesto, afecta a todo el mundo y a todo fotógrafo o videógrafo, sea profesional o aficionado, español o norteamericano.
Tal y como os hemos contado, las manifestaciones en protesta por la muerte de George Floyd se están saldando con cargas y actuaciones policiales, tanto contra fotógrafos como simples manifestantes, que están avivando la polémica sobre si la actuación policial está siendo excesivamente violenta y discriminatoria.
Por este motivo, la revista TeenVogue (una versión de Vogue para un público muy joven) ha difundido una serie de consejos para filmar de manera segura y ética la mala conducta policial en las manifestaciones que se están produciendo en todo el país. La guía está redactada por Palika Makam una activista perteneciente a Witness, una “organización internacional sin ánimo de lucro que capacita y ayuda a personas para usar vídeos en su lucha por los derechos humanos”.
Es decir, se trata de un movimiento que, aprovechando que la mayoría de personas tienen una cámara en el bolsillo, promueve que la gente realice vídeos para denunciar abusos y ayuda a que esto se haga de una forma segura y ética, además de ofrecerles estrategias de defensa legal.
En este sentido sus consejos sobre cómo grabar los abusos policiales que se puedan producir en las protestas del movimiento Black Lives Matter en norteamérica tienen mucho sentido. Por eso nos ha parecido muy interesantes compartirlos y, de paso, ver su traslación a nuestro propio país.
Guía para grabar de forma ética y segura
Según Witnees, “en los últimos seis años hemos visto cuán crítica puede ser la documentación en vídeo al exponer la actuación policial violenta y discriminatoria”. Sin embargo, afirman que “con demasiada frecuencia los vídeos de violencia policial no acaban en condenas, a pesar de lo que parece una clara evidencia de abuso”. Destacan como la gente cada vez más se anima a grabar cuando ven que sucede algo alarmante, pero “esos vídeos no siempre se graban de una manera que pueda usarse como evidencia en un procedimiento legal o para apoyar la defensa de un acusado”.
Así, dicen haber aprendido que “el vídeo tiene una mayor probabilidad de tener impacto cuando se filma de manera ética y estratégica, y se lanza en coordinación con una buena estrategia legal”. Por eso, aseguran que “usar nuestra cámara de bolsillo puede ser una forma valiosa de garantizar que el mundo sea testigo de la violencia policial y el racismo sistémico, ayudar a responsabilizar a las autoridades y abogar por la seguridad real de nuestras comunidades”.
Pero para ello hay que hacerlo de forma segura, ética y efectiva, siguiendo los siguientes consejos (que resumen en el vídeo de arriba):
1. Tu seguridad es lo primero
Lógicamente, lo más importante a tener en cuenta al grabar una intervención policial es nuestra seguridad y la de la persona a la que grabemos. Hay que pensar que grabar a alguien puede agravar la situación y, a veces, los transeúntes pueden convertirse en blanco de la violencia policial.
Este riesgo, cuentan, puede depender de nuestra identidad (origen, raza, género, etnia, etc.), por lo que recomiendan pensar si nos sentimos cómodos grabando antes de presionar el botón de REC. Por supuesto, también podemos mantenernos a salvo filmando desde la distancia, como a través de una ventana o un balcón.
2. Conoce tus derechos
En los Estados Unidos, la Primera Enmienda da derecho a grabar cómo se aplica la ley en espacios públicos siempre que no se interfiera; pero nos recuerdan que determinar si se está interfiriendo o no en la intervención policial es algo que depende totalmente del policía implicado (más tarde de un juez o jurado). Por eso, recomiendan mantener al menos dos metros de distancia entre nosotros y lo que estemos grabando.
Además, si el policía nos pide que retrocedamos tenemos que cumplir sus órdenes, y recomiendan (para que quede constancia) grabar sus pies mientras nos echamos para atrás y al tiempo que decimos, en voz alta, “Estoy cumpliendo con sus órdenes”. Si nos piden que dejemos de grabar, hay que recordar al policía que tenemos derecho a hacerlo según lo que dice la primera enmienda, aunque nos exponemos a ser víctimas de la violencia policial.
3. Prepárate para grabar
Como una situación así puede ocurrir sin previo aviso, nos aconsejan tomar una serie de medidas para estar preparados para poner en marcha la grabación de la forma más rápida posible:
Bloquea tu móvil con al menos un código de acceso de seis dígitos, no solo la identificación táctil, la facial o el patrón de bloqueo. En su mayor parte, los tribunales han dictaminado que tenemos el derecho constitucional, otorgado por la quinta enmienda, de no renunciar a la contraseña de nuestro teléfono durante una búsqueda legal. Pero ese derecho es más confuso cuando se trata de identificación táctil, identificación facial o bloqueo de patrón, y los tribunales han dictaminado en ambos sentidos en el pasado. Por lo tanto, es más seguro tener un código de acceso de seis dígitos por ahora.
Configura el teléfono para hacer una copia de seguridad automática en un servicio en la nube como Dropbox o Google Drive. De esa manera, incluso si rompe, lo perdemos o nos lo confiscan por algún motivo, seguiremos teniendo una copia de seguridad del vídeo grabado (ya hemos visto que esta táctica funciona antes). Sin embargo, hacer una copia de seguridad de las imágenes en la nube podría hacer los datos vulnerables a las solicitudes legales de la policía, según la política de la empresa.
4. Cuenta una historia en el vídeo
Para que el vídeo sea efectivo, debe contar una historia de manera que quien lo vea pueda entender correctamente lo sucedido. Para ello, recomiendan que al grabar nos centremos en detalles como:
Número de policías presentes, uniformes, insignias, placas de matrícula o cualquier otra marca de identificación.
¿Los oficiales llevan máscaras y guantes? ¿Están respetando la distancia social?
¿Están usando fuerza o violencia excesiva? ¿Están pronunciando insultos raciales o empleando lenguaje discriminatorio?
¿Tienen armas? ¿Las están usando? ¿Han causado algún daño a la propiedad, ropa rasgada o lesiones?
5. Demuestra que lo grabado es real
En esta época de fake news y desinformación desenfrenada a través de las redes sociales, es importante asegurarnos de que nuestro vídeo sea lo más verificable posible. Para ello recomiendan:
Graba las placas con el nombre de las calles, carteles, letreros o cualquier punto de referencia, incluso el panorama alrededor con los exteriores de edificios, para ayudar a determinar tu ubicación.
Graba un reloj, la pantalla de inicio de tu teléfono, un periódico o algo que ayude a verificar la hora y la fecha.
Podría ser útil también indicar la hora, la fecha y la ubicación en voz alta en la cámara, o escribirlo en un papel y sostenerlo frente a la cámara.
Si activas la ubicación GPS del móvil también puedes ayudar a verificar la ubicación.
Graba continuamente en vez de detener e iniciar la cámara; esto ayudará a desmentir las afirmaciones de que las imágenes fueron editadas o manipuladas.
6. ¿Hablar o estar callado?
“A veces es más poderoso y útil permanecer callado y dejar que las imágenes hablen por sí mismas —cuentan—, pero agregar comentarios al metraje puede ser una excelente manera de ayudar a la audiencia a comprender lo que está sucediendo, especialmente si no puede filmar a corta distancia”. Sea como fuere, si decides hacer comentarios en la grabación recomiendan:
Atente a los hechos. Trata de no incluir ningún lenguaje parcial o emocional. Esto podría perjudicar la posibilidad de que las imágenes se utilicen como evidencia en un juicio.
Piensa como un comentarista deportivo. Concéntrate en la hora, fecha, ubicación… Es decir, “Son las tres p.m. y cuatro policías se acercaron a dos mujeres en la calle Fulton en Brooklyn. Los oficiales llevan armas taser y no llevan sus máscaras correctamente…”.
Si conoces a la persona que estás sufriendo el acoso policial, no digas nada sobre su historial criminal o situación legal ante la cámara; podría usarse en contra de la persona en un proceso legal.
7. Más consejos para grabar
Si bien todos estamos acostumbrados a grabar con nuestros teléfonos por diversión, según Witness hacerlo para dejar evidencia requiere un poco de práctica, por lo que añaden algunos trucos más para que los vídeos sean más efectivos:
Graba en horizontal en vez de en vertical para capturar más contenido en el encuadre.
Intenta mantener el plano al menos 10 segundos antes de mover el teléfono. Esto puede parecer incómodo, pero los abogados, defensores e investigadores necesitarán poder ver realmente lo que está sucediendo en la grabación para usarlo. A menudo escuchamos de los abogados con los que trabajamos que las imágenes son demasiado inestables o se mueven demasiado rápido para que tengan sentido.
Haz panorámicas y movimientos lentos y constantes en lugar de movimientos rápidos y espasmódicos.
Mantén los codos apretados contra el cuerpo, justo sobre las caderas (como un trípode natural para la cámara). Esto ayudará a evitar que tus brazos se cansen.
8. Compartiendo tu vídeo
Ya tienes un vídeo en el que se ve una actuación policial cuanto menos dudosa ¿y ahora qué? Pues, antes de nada sugieren tomarte una pausa y respirar hondo antes de compartirlo en redes sociales. Piensa que has podido ser testigo de un acto grave y/o traumático, por lo que es importante actuar con cautela y protegerte. Por ello recomiendan pensar en una estrategia o dirigirnos a un abogado o una organización que defienda los derechos humanos para asegurarnos de que el vídeo tenga impacto. Además, antes de compartir deberíamos preguntarnos:
“¿Tengo permiso de la persona que he grabado?” Incluso aunque lo hayamos captado en un espacio público, por cortesía, deberíamos consultar con ella, su familia o amigos antes de compartir públicamente imágenes de esa persona en un momento vulnerable. En muchos casos es posible que no se pueda obtener el consentimiento, pero cuando sea posible, hay que intentarlo antes de compartir el vídeo, o enseñarselo antes para que puedan decidir cómo usarlo.
“¿Necesito distorsionar la cara de alguien antes de subir el vídeo para proteger su identidad o ubicación?” YouTube ofrece una herramienta gratuita para esto.
“¿Queremos compartir las imágenes con un abogado?” Si consideramos hacerlo, es mejor enseñarles una versión sin editar. Si realizas modificaciones en el material de archivo (incluso el simple cambio del nombre del archivo), hazlo en una copia (sin tocar el original); de lo contrario, podrías perjudicar las posibilidades del vídeo de ser utilizado en un proceso legal.
“¿Quiero que asocien mi nombre al vídeo?" Tener tu nombre vinculado públicamente a un vídeo puede hacerte vulnerable a las agresiones de los trolls de Internet o incluso de la policía. En Witness hemos comprobado que puede ser útil compartir primero el metraje con un periodista u organización de defensa para que puedan compartirlo públicamente.
“¿Cómo me aseguro de que la gente vea el vídeo?" Lamentablemente, publicar un vídeo en las redes sociales y esperar que se vuelva viral no suele funcionar, y puede que ni siquiera sea la opción más estratégica. No se trata de cuántos ojos ven el vídeo; se trata de quien lo ve. Para ayudar a que llegue a la mejor audiencia, comparte tus imágenes con una organización como la nuestra que apoye tu trabajo de campaña y tus objetivos.
“¿Cuándo debo lanzar el vídeo?” Es útil colaborar con defensores o con un abogado para determinar cuándo lanzarlo en el momento que tenga el mayor impacto, porque no siempre hacerlo rápidamente es lo más efectivo.
Los consejos de Witness para grabar de forma ética y segura una mala conducta policíal terminan con una frase, más bien un eslogan: “Sigue luchando y sigue grabando.”
España y la “Ley Mordaza”
Como habéis visto, los consejos anteriores hablan básicamente de grabar en vídeo con un móvil, y están muy marcados por la situación concreta de los EE.UU (tanto por las protestas contra el racismo como por el coronavirus), pero sin duda hay datos valiosos para cualquiera que pueda verse implicado en una situación así.
Consejos que nos pueden venir bien a cualquiera, por supuesto también fotógrafos. Pero claro, hay que tener en cuenta las leyes que imperan en nuestro país para saber a qué tendríamos qué atenernos, si es legal captar imágenes de la policía, etc.
En España tenemos que atenernos a lo que dice la Ley Orgánica de protección de la seguridad ciudadana, más conocida como “Ley Mordaza”.
Por supuesto no queremos meternos en el trabajo de los fotoperiodistas que cubren eventos como estos, que sabrán mejor que nadie cómo actuar, pero sí nos parecía interesante trasladar lo contado a nuestro entorno, como una forma de orientar a quien se vea ante una situación semejante, de abuso policial, sobre cómo actuar de acuerdo a nuestra legislación.
Y para ello tenemos que remitirnos a la Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección de la seguridad ciudadana, popularmente conocida como “Ley Mordaza”. Una norma legislativa que fue aprobada con mucha polémica en 2015 y que, a pesar de que el actual gobierno prometió derogarla (o al menos reformarla), sigue vigente.
En su artículo 36.23, esta ley tipifca como delito grave el “uso no autorizado de imágenes o datos personales o profesionales de autoridades o miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que pueda poner en peligro la seguridad personal o familiar de los agentes, de las instalaciones protegidas o en riesgo el éxito de una operación, con respeto al derecho fundamental a la información”.
Por tanto, en contra de lo que se piensa, no está prohibido tomar imágenes de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, pero sí es sancionable el uso no autorizado de las fotos y/o vídeos. El problema, como ya estaréis imaginando, es cómo determinar que al hacer una foto de un policía se está “poniendo en riesgo” su seguridad y, sobre todo, quién lo determina. Porque resulta que es el propio agente, y que es una sanción administrativa, es decir que no existe un proceso judicial que determine si finalmente debemos ser multados.
Pero es que además, si las difundimos también podemos incurrir en otro delito según la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal al vulnerar el principio de consentimiento que propugna esta norma y que tipifica, en el artículo 44.3 b como delito grave: “Tratar datos de carácter personal sin recabar el consentimiento de las personas afectadas, cuando el mismo sea necesario conforme a lo dispuesto en esta Ley y sus disposiciones de desarrollo”.
¿Cómo actuar entonces?
Hace unos años la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información elaboró un Manual práctico sobre las #Leyes Mordaza en donde dice:
La policía no puede solicitarle a un periodista, ni tampoco a un ciudadano, que le entregue su cámara de fotos o teléfono móvil, y mucho menos borrar las fotos. Hacerlo puede suponer delitos de revelación de secretos y de daños informáticos, e incluso un delito contra los derechos individuales, en la medida que se impide a un ciudadano el ejercicio de un derecho. La censura previa es delito.
El problema es qué hacer en la calle, si un policía da una orden en este sentido, bajo el apercibimiento de ser detenido en caso de desobediencia. La solución en ese momento no la puede dar un abogado, sino las personas que rodeen al periodista, que podrán actuar como testigos de la vulneración de derechos. Al margen de ello, es muy recomendable tener activado el almacenamiento inmediato de las imágenes en la nube, al objeto de impedir el borrado de la exclusiva.
Si somos testigos de un abuso policial y lo grabamos, lo mejor es seguir las instrucciones que nos dé la autoridad y, antes de difundirlo en redes, consultar con un abogado especializado.
Como vemos, no hay tanta diferencia en las leyes ni en la forma de actuar de la policía en los EE.UU y en España, por lo que podríamos aplicar muchos de los consejos dados al principio para el caso de las protestas en norteamérica. Especialmente interesantes nos parecen las medidas de protección para el móvil, lo de hacer una copia de seguridad automática en la nube, lo de asegurarnos de dar veracidad a nuestra grabación y lo de actuar con prudencia antes de compartir.
Y es que, hoy por hoy, está clara la indefensión de quien graba o fotografía, sobre todo si quien lo hace no forma parte de un medio de comunicación. Éstos estarían amparados directamente por la libertad de información y, normalmente, por la empresa que gestiona el medio para el que trabajan. Pero si no pertenecemos a ningún medio estaremos bastante desprotegidos.
Por ello, si nos encontramos ante un caso de posible abuso policial (ojo y sólo en ese caso) y lo captamos, el mejor consejo es seguir las instrucciones que nos dé el policía (procurando que haya testigos de lo que suceda), y si nos requisan la cámara o móvil exigir que levanten acta y nos den copia. Y si no se percatan de ello, antes de difundirlo en redes sociales consultar con un abogado especializado.
Fuentes | BOE | PDLI | Red Jurídica | Seguridad Pública | Derechos Civiles 15M Zaragoza
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