Decir que el barrio de Malasaña se ha convertido en el laboratorio de pruebas de la gentrificación en Madrid no es ninguna novedad, con todo lo que ello implica: subida del precio de alquileres, cierre de muchos establecimientos históricos y en resumidas cuentas, un cambio sustancial del tejido social del barrio. Sin embargo, algunos espacios sobreviven, como El Palentino, lugar que conserva personalidad castiza del siglo pasado y del que no para de crecer su fama.
No es de extrañar por tanto que fotógrafos y cineastas se hayan fijado en él. Os enseñamos algunos trabajos.
Por la ineludible cualidad de congelar el tiempo y servir como memoria que tienen las cámaras de vídeo y fotografía, los cineastas y fotógrafos somos muy dados a intentar retratar aquello que se fue, o si no, aquello que sobrevive con el aroma de otro tiempo. Y el bar El Palentino es sin duda un espacio que se hace muy goloso.
Alex de la Iglesia se encuentra ahora mismo inmerso en su nueva película, El Bar, y que supone un nuevo capítulo en su particular revisión de los espacios que rezuman carácter puramente español. Tras los problemas de vecinos de La Comunidad y las tensiones de nuestras casposillas galas de año nuevo en Mi Gran Noche, El Bar sirve de homenaje a uno de los principales espacios en los que los españoles desarrollamos nuestras vidas. Y para ello, se ha recreado en un bar abiertamente inspirado El Palentino a través de un estudio con todo lujo de detalles.
El fotógrafo de Nophoto, Jonás Bel, también ha sido encandilado por los asiduos a El Palentino, sus cafés en vaso de cerveza y su inconfundible aire a bares de nuestra infancia. Lo estuvo visitando asiduamente durante el 2005 y como resultado, produjo el siguiente fotolibro que podéis adquirir en Phree.
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