Los sensores planos son un estándar alrededor de la mayoría de campos fotográficos. Sin embargo, desde principios de los 2000 se han presentado algunos prototipos de sensores curvos que buscan resolver los problemas que llegan debido a la curvatura de los objetivos y la proyección de luz sobre el plano focal. La start-up francesa Curve-One quiere ser la primera en ofrecer sensores curvos a nivel comercial.
El sensor fue desarrollado por Curve-One en asociación con la Comisión Europea y el Consejo Europeo de Investigación. El prototipo actual es un sensor de 12 MP con una curvatura de 150mm y un ajuste de superficie de 5 micrones. El sensor está pensado para capturar imágenes en sistemas científicos como la captura de tomas del hueso cortical.
Con los sistemas actuales, obtener una imagen nítida y sin aberraciones de esquina a esquina usualmente requiere sistemas ópticos más complejos. Esta es la razón principal por las que existen las lentes asféricas, ya que ayudan a corregir el camino de la luz a través del objetivo. Sin embargo, estas lentes adicionales aumentan la complejidad, el tamaño, el peso y el costo de los objetivos. Como menciona PetaPixel, la ventaja de un sensor curvo es que emula el funcionamiento del ojo, lo que permite crear diseños de objetivos más sencillos, con mayor transmitancia y con la posibilidad de obtener imágenes de mucha mejor calidad.
Como es usual en este tipo de proyectos, el lanzamiento de este tipo de sensores en sistemas de fotografía de consumidor puede demorar un tiempo adicional, en especial porque crear sensores de este tipo requiere que los objetivos diseñados para ello cuenten con las características de proyección equivalente. Sin embargo, un gran mercado de cámaras de entrada y compactas podrían adoptar este sistema para potenciar su calidad de imagen y seguir manteniendo precios económicos.