Hemos estado meses hablando de cámaras de formato completo, pero no todos los usuarios necesitan un modelo de este tipo que, además, requiere de una gran inversión. Afortunadamente, las marcas no se han olvidado de otro tipo de cámaras menos sofisticadas (y también menos costosas) pensadas para usuarios avanzados (eso que suelen llamar entusiastas) o semiprofesionales. De hecho, el mercado de cámaras sin espejo con sensor recortado de gama media se ha puesto muy interesante con la reciente presentación de varios nuevos modelos.
El último se ha producido hoy mismo, con el anuncio de la Olympus OM-D E-M5 Mark III, pero sólo hace unos días conocimos la Nikon Z50 que es la primera sin espejo con sensor APS-C de esta marca. Además, hace poco que se presentaron la Canon EOS M6 Mark II y la Sony A6600, y tenemos otros modelos como la Fujifilm X-T30 y la Panasonic Lumix G90 que son también de este segmento y han sido presentadas este mismo año.
De todos estos lanzamientos seguramente el más significativo es el de la Nikon, ya que supone la entrada de esta marca a un ámbito donde nunca antes había estado (como sabréis, tuvieron su línea de cámaras sin espejo, las Nikon 1, pero con un sensor muy pequeño) y, por tanto, es un espaldarazo al segmento y una confirmación de que el formato APS-C va a seguir teniendo su importancia.
Así lo demuestra que sea el elegido por Canon, Fujifilm, Nikon y Sony para los modelos que vamos a mencionar, en contraposición con Panasonic y Olympus que siguen con el pequeño sensor del estándar Micro Cuatro Tercios (aunque alguien dudara del apoyo de Panasonic cuando presentó su sistema de formato completo). Todas ellos, aparte del sensor recortado, reúnen una serie de requisitos más o menos comunes que las hacen adecuadas para usuarios intermedios.
Resumiendo mucho, podemos hablar de unas prestaciones relativamente avanzadas dentro de un cuerpo que incluye controles más o menos generosos (para facilitar el uso de todas estas posibilidades) y un visor electrónico integrado (con salvedades que explicaremos en cada caso) para poder concentrarse en la imagen. Luego hay otros aspectos (cuerpo sellado, estabilizador integrado, ráfaga más o menos rápida…) que ya dependen mucho de cada marca.
Y por lo que respecta al diseño, podemos encontrar cámaras de este tipo en dos formatos: Las de visor central, que se asemejan a pequeñas réflex con la típica mocheta en la parte superior, y las de visor lateral, con un diseño más compacto muy apreciado entre los street photographers y los viajeros. Así que vamos a ir repasando la oferta de cada una de las principales marcas en este segmento (por riguroso orden alfabético), incluyendo todos sus modelos actuales.
Canon
Comenzamos precisamente con la excepción a la regla, ya que el modelo más reciente que encajaría con el tipo de cámaras que estamos hablando es la ya mencionada Canon EOS M6 Mark II que carece de visor electrónico integrado. Sí lo tiene en cambio la EOS M5, un modelo ya algo antiguo que probablemente sea renovado en no mucho tiempo.
De todos modos la apuesta de Canon en este segmento es algo confusa, sobre todo porque se da la circunstancia de que cuando se lanzaron, hace tres años, ambos modelos (la EOS M5 y la EOS M6 original) se situaban en lo más alto de su portfolio de sin espejo. El motivo: que no existían las EOS R de formato completo, ni había seguridad de que Canon fuera a lanzarlas. Por eso, aunque parece claro que estas serían los modelos elegidos por un “entusiasta”, tampoco descartaríamos la Canon EOS M50 como posible alternativa.
En cualquier caso, estos modelos de Canon apuestan por incorporar sensores APS-C de probada eficacia (son los mismos que llevan sus réflex), ofrecen la calidad que es marca de la casa y tratan de convencer a sus muchos usuarios gracias a la compatibilidad de sus objetivos, vía adaptador eso sí. ¿Su talon de Aquiles? De momento seguramente la escasez de ópticas nativas (EOS M) de alta calidad.
Fujifilm
Una de las que lleva apostando firmemente por el APS-C como la mejor combinación de tamaño de cámara-calidad de imagen sí que tiene un par de modelos que se sitúan claramente en el segmento medio. La más reciente es la Fujifilm X-T30, tercera versión de un modelo que apareció con el sello de “hermana pequeña de la X-T1” (ahora X-T3) pero que en estos años ha ganado entidad.
Así, se trata de un cámara de un formato muy reducido pero que ofrece toda la calidad de imagen del reconocido sensor X-Trans exclusivo de la casa, así como elevadas prestaciones y un sistema AF de calidad, todo ello heredado de los modelos superiores. Algo similar ocurre con la otra apuesta de la casa para el usuario avanzado, la Fujifilm X-E3. Un modelo que, aunque es algo más antiguo, es equivalente a la X-T30 pero con visor lateral, y está orientado sobre todo a los fotógrafos de calle (a los que esta marca cuida con especial mimo).
Sea como fuere, ambos ofrecen una apuesta atractiva, con un cuerpo muy compacto de diseño retro pero con tecnología de última generación que ofrece unos resultados muy buenos (siempre se ha destacado la reproducción del color de las Fuji). Además, esta firma sí que ofrece un completo sistema de objetivos para sus cámaras con muchas referencias de lentes fijas de buena calidad.
Nikon
Como decíamos, la llegada de la Nikon Z50 ha supuesto que esta tradicional marca abra una nueva vía en su catálogo, el de las mirrorless de formato APS-C. Y lo hace con una cámara que mantiene la misma montura (Nikon Z) de sus hermanas mayores de formato completo y con unas características que sobre el papel tienen muy buena pinta.
A falta de poder probarla (al ser un segmento nuevo no tenemos muchas referencias), apostamos a que tendrá una buena acogida. Sus sensores deberían ser los mismos que usan sus réflex, y por tanto garantizar la calidad de imagen, y el resto de características son bastante competitivas dentro del sector (lástima que se haya desterrado el estabilizador integrado en el cuerpo) y seguro que muchos usuarios de sus DSLR la encontrarán atractiva.
De momento no podemos decir mucho más salvo que, como en el caso de Canon, la compatibilidad con las ópticas F será un elemento crucial, aunque el hecho de que se necesite un adaptador pueda tirar para atrás a algunos. En cualquier caso, será importante que la firma desarrolle pronto una buena gama de objetivos nativos de calidad.
Olympus
La primera Micro Cuatro Tercios de la lista es la recién anunciada Olympus OM-D E-M5 Mark III, un modelo que viene a renovar la cámara de gama media de la casa. Esta renovación no trae novedades revolucionarias pero sí una puesta al día que incluye componentes de su hermana mayor (la Olympus OM-D E-M1 Mark II), haciendo que la nueva cámara se acerque mucho a las prestaciones de una de las cámaras profesionales de la casa.
Además, gracias a su apuesta por el pequeño formato del sensor de este estándar puede presumir de tamaño muy reducido (incluyendo los objetivos) para un cuerpo también muy clásico y reconocible que hace magníficas fotos. Por eso puede que sea la mejor apuesta para quien priorize el tamaño ante todo, y también para los muchos fans del “toque Olympus” que hace que sus cámaras sean distintas al resto. Por otro lado, el catálogo óptico de Olympus incluye un montón de buenas referencias así que ninguna pega en este sentido.
Panasonic
Es la otra marca que monta sensores de tipo Micro Cuatro Tercios con los que lleva desde el principio desarrollando un montón de modelos que presumen de tamaño compacto al tiempo que prestaciones y buena calidad de imagen. De hecho, como en el caso de Fujifilm, esta marca tiene cámaras tanto con visor central como lateral.
En el caso de las primeras tenemos la Panasonic Lumix G90 que es la más reciente y recoge con fidelidad la idea de “pequeña réflex”, ofreciendo un producto muy interesante que da la talla en casi todos los terrenos y destaca por unas prestaciones de vídeo muy interesantes. Por otro tenemos la Panasonic Lumix GX9 con visor lateral, otro modelo muy versátil que presume de cumplir en prácticamente todos los terrenos a pesar de un cuerpo muy compacto.
Ambas cuentan con el apoyo de un buen cátalogo de ópticas, quizá menos "exquisito" que otras marcas pero con la ventaja de poder utilizar cualquier objetivo del sistema Micro 4/3 (con lo que los objetivos de Olympus también son compatibles).
Sony
Y por último tenemos a Sony, otra cuyo cátalogo necesita una explicación. Y es que, por mor de su alto ritmo de actualizaciones y una política según la cual los nuevos modelos se solapan con los "antiguos" (que no se retiran del mercado), podemos decir que tiene hasta tres modelos distintos, pero muy similares, dentro de este ámbito: La Sony A6400, A6500 y A6600.
Esta última es la más reciente, ya que fue presentada este mismo verano como “sucesora natural” de la A6500 (y recordatorio de que no se olvidan de este tipo de cámaras), y también la más completa y potente. Por su parte, la A6400, que también fue lanzada este año, sería el modelo más sencillo y asequible de las tres. Todas ellas, en cualquier caso, con visor lateral (aunque se lleva especulando hace tiempo con una futurible A7000 con sensor APS-C y visor central).
Sea como fuere, esa triada de cámaras se aprovecha de toda la tecnología e innovación que Sony vuelca en sus modelos, con sistemas AF que son referencia en el sector y procesadores rapidísimos que las permiten realizar muchos disparos por segundo. Eso sin olvidar que esta marca es uno de los principales fabricantes de sensores de imagen del mundo, lo que también permite presumir en este ámbito.
Por último, en el campo de los objetivos quizá la oferta no sea excesivamente refinada pero sí suficiente. De hecho al anunciar el último modelo también presentaron dos nuevas lentes para el sistema (para un total de 54) y hay que tener en cuenta que sirven los desarrollados para las CSC full frame de Sony (con el consiguiente recorte en la imagen, eso sí).
¿Cuál elegir?
Una vez repasados los distintos modelos disponibles (si se nos ha pasado alguno ya sabéis que sólo tenéis que decirlo), llega la gran pregunta ¿qué camara me compro? Como siempre, no tenemos una respuesta clara, porque se trata de algo en lo que entran en juego muchas variables. Entre ellas apuntaríamos tres fundamentales: la comparación pura y dura de sus características, las preferencias del usuario (con la posibilidad de que tenga lentes y/o accesorios compatibles) y, cómo no, el precio.
Respecto a esto último, todas las cámaras de las que hemos hablado se mueven en el entorno de los 1.000-1.200 euros (considerando comprar sólo el cuerpo), que pueden subir o bajar bastante dependiendo de si se trata de un modelo recién presentado o con determinada antigüedad. Por ejemplo, en nuestro Cazando Gangas hemos recomendado varias veces la compra de una Canon EOS M5 por unos 400 euros (toda una ganga para un modelo que, como hemos apuntado, es posible que se renueve en breve), mientras que una Sony A6600 tiene un precio recomendado de 1.600 euros.
Luego decidir cuál comprar debe ser tarea de cada uno dependiendo de sus circunstancias. Lo que sí podemos apuntar es que todas ellas son modelos muy interesantes, que ofrecen una calidad de imagen y prestaciones que en muchos casos rivalizan con sus hermanas mayores de tipo profesional y deberían satisfacer (en mayor o menor medida) al público al que van dirigidas.
Lástima que muchas marcas sigan capando ciertas características (como el cuerpo sellado) como una manera de distinguir entre modelos de una gama y otra cuando, por el precio que tienen, bien se justificaría que lo tuviera. En cualquier caso, está claro que el mercado de cámaras sin espejo de nivel medio se ha vuelto a poner muy interesante, para beneficio de todos.
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