Seguro que en más de una ocasión habéis oído mencionar los tubos de extensión cuando se habla de macrofotografía o fotografía de aproximación. Y seguro que ya tenéis una idea más o menos aproximada sobre su utilidad en este campo.
Vamos a intentar acercarnos un poco más a ellos y explicar bien como funcionan y para que sirven.
¿Qué es un tubo de extensión?
Un tubo de extensión no es nada más que un tubo hueco, sin ningún tipo de elemento óptico, que se coloca entre el cuerpo de la cámara y el objetivo. En teoría sirve para cualquier óptica, pero la práctica nos hará ver que en algunos casos no podremos utilizarlo, sobre todo trabajando con objetivos ultraangulares. Pero sirven perfectamente para utilizar con objetivos medios y teleobjetivos, tanto si son objetivos normales como macro.
El tubo de extensión es un elemento tan simple que podemos intentar construir uno nosotros mismos, pero si lo hacemos deberemos tener en cuenta varias consideraciones ya que podemos poner en riesgo la integridad física del objetivo:
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El material elegido para la construcción del tubo debe ser lo suficientemente rígido como para que no tenga flexiones.
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Las juntas entre el tubo y las bayonetas deben estar pegadas con firmeza, ya que el peso del objetivo podría causar el desprendimiento de éste y su caída al suelo.
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Tendremos que controlar que tanto el tubo como las juntas sean totalmente opacos y no dejen pasar nada de luz.
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Al no tener comunicación entre el objetivo y la cámara perderemos todos los automatismos, incluido el control del diafragma, a no ser que utilicemos un objetivo manual.
Pero si no somos unos manitas o simplemente no nos apetece ponernos con el bricolaje, tampoco debemos preocuparnos demasiado ya que en el mercado podemos encontrar varios tipos de tubos de extensión y a precios que no son muy alarmantes, aunque qué precios no son alarmantes en este mundo de la fotografía. Cuando vayamos a comprarlos deberemos asegurarnos de que sean tubos con conexiones. Hay juegos de tubos muy baratos que no llevan conexiones y no nos servirán de mucho si queremos usar un objetivo automático ya que perderemos los automatismos que lo controlan.
Casi todos los fabricantes de cámaras tienen sus propios tubos y hay otras marcas que fabrican juegos de tres tubos con diferentes longitudes y de buena calidad y a precios muy competitivos, suelen rondar entre los 170 y los 190 Euros los tres tubos, dependiendo de la montura y la tienda donde los compremos.
¿Cuál es su función?
La función básica de un tubo de extensión es aumentar la distancia entre el sujeto y el plano focal. Con ello se consiguen dos ventajas para la macrofotografía que van muy unidas, reducir la distancia mínima de enfoque del objetivo que utilicemos y por consiguiente aumentar el tamaño del sujeto en el sensor. Pero el uso de tubos también lleva aparejados algunos inconvenientes: al reducir la distancia mínima de enfoque perdemos la capacidad de enfocar a infinito y al aumentar la distancia entre el objetivo y el plano focal perdemos algo de luz por el camino, la profundidad de campo se hace menor y le abrimos un poco más las puertas a la difracción. Pero si trabajamos con un buen sistema de iluminación, un flash normalito vamos, este tema no debe preocuparnos en exceso.
Utilidad
Vale, sí, todo muy bonito y bien explicado, bla-bla-bla, bla-bla-bla, pero… ¿para que sirven realmente los tubos de extensión? Pues sirven simplemente para acercar más el motivo que estemos fotografiando y, dependiendo del tipo de objetivo que utilicemos, podremos obtener diferentes resultados y darle multiples usos.
Si usamos los tubos con un objetivo normal podremos conseguir una ampliación brutal y llegar a utilizarlo como objetivo macro con una calidad muy buena. En la siguiente fotografía he hecho la prueba con un objetivo de 50 mm normalito. En la parte superior está la ampliación máxima que se consigue utilizando simplemente el objetivo, llegando a un 1:6,5 a una distancia mínima de enfoque de 43 centímetros del plano focal. En la parte inferior vemos la ampliación lograda con el mismo objetivo y tres tubos de extensión, 68 milímetros de extensión total. Con esta combinación podemos acercarnos hasta sólo 19 centímetros del plano focal y conseguimos una ampliación muy cercana al 1:1, todo ello sin perder la calidad de la lente.
Otra opción es usar los tubos con un objetivo macro, ampliando entonces las posibilidades de aumento de éste y pudiendo llegar a ampliaciones realmente asombrosas, aunque en este caso se complica un poco más el tema, ya que a medida que ganamos aumento perdemos profundidad de campo y la luz a esos aumentos ya juega un papel importantísimo.
Más allá del uso estrictamente para macrofotografía pueden utilizarse también en combinación con teleobjetivos. En este caso también perderemos la capacidad de enfoque a infinito, pero ganaremos en enfoque cercano, pudiendo obtener excelentes fotografías de aproximación desde una distancia prudencial.
Como véis, los tubos de extensión son un complemento muy recomendable tanto para iniciarse en macorfotografía como para completar nuestro equipo fotografico de naturaleza.
Fotos | Mario Ximénez
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