Foto | jayhem
Con la avalancha de nuevas cámaras compactas sumergibles, parece que las fotos bajo el agua en la piscina, la playa, etc., están más de moda que nunca. Más aún en vacaciones y con temperaturas altas.
No hablo de fotografía submarina, para la cual se necesita un equipo profesional de precio más bien elevado, sino de esas fotos informales a poca profundidad que si se piensan bien pueden resultar buenas fotos además de buenos recuerdos veraniegos. ¿Te apetece apuntarte a esta tendencia refrescante?
Tienes varias opciones para poder realizar este tipo de fotografías, todo depende de los fines que busques.
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Si sólo planeas un uso esporádico o por diversión, puedes usar una cámara desechable sumergible. Son fáciles de encontrar, baratas, y aunque sus resultados no son los mejores, pueden sorprenderte en algún caso, o servir como primer acercamiento a la fotografía bajo el agua. Con ellas será básico disponer de una buena luz.
Foto | Έλενα Λαγαρία
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También existen cámaras analógicas sumergibles no desechables, cómo ésta, por 15 dólares (unos 11,60 euros, sin gastos de envío).
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Puede que ya seas poseedor o te estés planteando comprar una de esas bonitas compactas sumergibles que están poblando el mercado. Si de todas formas planeas comprar una cámara compacta, la opción de que sea sumergible es muy apetecible, más ahora en verano.
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Por último, también podemos optar por comprar una funda estanca tanto para nuestra compacta como para nuestra réflex. Se pueden encontrar por eBay fácilmente, o en tiendas especializadas. La marca Aquapac, especializada en este tipo de fundas, vende desde su página web en español y también ofrece información sobre puntos de venta físicos. La funda estanca de la réflex sale bastante más barata que una carcasa, aunque me parece que con ella más bien debemos sumergirnos con parámetros ya ajustados, porque lo que es accesibilidad a los botones, no le veo demasiada…
Foto | liberalmind1012
Estas son las opciones más económicas y que servirán bien para nuestro fin, aunque tengan sus limitaciones y no podamos hacer fotos técnicamente perfectas.
Si queréis algo más profesional, las carcasas subacuáticas serán la mejor opción, pero son sustancialmente más caras y están más dirigidas a la fotografía submarina. Para que os hagáis una idea, las carcasas para cámaras compactas más económicas rondan los 200 o 300 euros, aunque los precios pueden subir mucho dependiendo del modelo. Lo mismo sucede con las carcasas para réflex, que pueden encontrarse a partir de los 1200 euros.
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