Hace unas semanas conocimos el lanzamiento, por parte de Vanguard, de la nueva familia de bolsas y mochilas VEO GO. Ya nos vienen acostumbrando a lanzar este tipo de bolsas fotográficas muy enfocadas para viajeros, por ligereza y en diferentes tamaños y formas. Ahora, esta nueva gama tiene un aire diferente, más pensada en fotógrafos que andan por la ciudad, que quieren discreción, pero que no quieren renunciar a todas las prestaciones de una completa bolsa fotográfica.
Eso sí, la gama VEO GO está más pensada para equipos ligeros, es decir, para aquellos que cuentan con cámaras pequeñas, sin espejo o réflex no muy grandes o que no quieren transportar más que lo esencial. Según el fabricante, con estas bolsas vienen a llevar a cabo la escucha activa de usuarios que demandaban un producto específico de estas características. Para equipos ligeros, con diseño discreto ideal para viajeros. En esta gama, además, el diseño destaca un poco más, es más cuidado como detallamos en nuestro análisis tras unas semanas probando la mochila modelo 42M.
Vanguard VEO GO 42M: bonita y elegante por fuera
Como indicamos ideada para fotógrafos viajeros, esta mochila cumple con la máxima de ofrecer la máxima funcionalidad para transportar nuestro equipo, con lo que tiene que tener una mochila fotográfica: espacio suficiente para uno o dos cuerpos (no muy grandes, más bien para cámaras mirrorless o réflex APS-C), algunos objetivos y accesorios. Además de bolsillos y compartimentos para guardar a buen recaudo otros objetos, incluida una tablet (no muy grande o sin funda, eso sí), como cargadores, cables, incluso la opción de transportar un trípode compacto acoplado en uno de los bolsillos exteriores.
Uno de sus puntos fuertes es que no parece una mochila fotográfica, con un acabado elegante, con calidad en un tamaño compacto
Como indicamos, por fuera, no parece una mochila fotográfica, y este quizás sea uno de sus puntos fuertes en diseño. Han logrado un acabado realmente elegante, con unos acabados de gran calidad y con una forma muy compacta que parece una mochila al uso.
Cuenta con un asa superior y dos amplios bolsillos exteriores en los laterales. Eso sí, son abiertos, por lo que nos hubiera gustado más la opción de contar con una cremallera aquí para que no quedaran tan expuestos y proteger mejor su contenido. Poseen un acceso con elástico para evitar que nada se salga. Lo hemos probado con alguna botella de agua e incluso un trípode compacto que se puede fijar con una correa específica que incorpora y queda bastante bien sujeto y seguro.
En la parte posterior posee un amplio bolsillo que se accede desde una cremallera que lo abre de arriba a abajo y que es aprovechable para objetos planos como libretas, libros, documentos…
En la parte anterior, la que llevamos pegada a la espalda está muy bien acolchada, con un tejido de rejilla que nos protege y transpira haciendo más cómodo el transporte. Precisamente la apertura principal de la mochila se realiza por esta parte con doble cremallera, así que cuando la llevamos a la espalda todo el interior queda bien asegurado sin que nadie pueda abrirla.
Esto la convierte en una mochila segura aunque nos obliga a tener que retirarla completa cada vez que queramos extraer o introducir parte de nuestro equipo. Así que para sesiones en las que cambiemos constantemente de objetivo o necesitemos acceder a accesorios con frecuencia, tenemos que quitarla y apoyarla vertical para abrirla y acceder a su interior.
En la parte superior cuenta con otra apertura que nos da acceso a un compartimento complementario pero accesible también cuando la abrimos en su apertura completa posterior. Este pequeño compartimento es ideal para un segundo cuerpo, un objetivo, un flash,… o algo que queramos llevar más a mano y no queramos tener que abrir por completo la mochila. Eso sí, con una funda con cierre que protege bien el interior. Y en la solapa incluye un práctico bolsillo donde también podemos guardar la funda impermeable que se incluye (plegada y que ocupa muy poco pero siempre interesante llevar a mano).
Interior totalmente aprovechable y personalizable
En el interior de la mochila encontramos los habituales compartimentos acolchados y suficiente velcro para que podamos personalizarla a nuestra necesidad y colocar cámara, objetivos y demás donde mejor nos encaje. Si llevamos un cuerpo con un objetivo de tamaño medio, además hay una cinta que permite una sujeción suficiente para evitar cualquier movimiento, quedando bastante bien asegurado.
En el interior no encontramos muchas sorpresas, es lo que uno espera de una mochila fotográfica de tamaño mediano o pequeño. Es decir, no es para llevar mucho equipo, pero suficiente para un cuerpo, dos o tres objetivos, filtros, flash compacto y algún otro pequeño accesorio. Hay que añadir que en la “tapa” que es la parte posterior, hay un bolsillo ideado para una tablet. Que hemos probado con un iPad pero resulta algo justo, sobre todo si lo llevamos con funda. Así que un pelín más de holgura no le hubiera venido mal a este bolsillo para dar cabida a más tamaños de tablets y fundas.
El interior es tan personalizable como si queremos extraer todas sus parte movibles y desalojar el espacio para convertirla en una mochila normal. No posee demasiado fondo, pero suficiente para que la usemos para transportar un pequeño portátil, algo de ropa u otros objetos. Aunque claro, dejaría de cumplir su función de mochila fotográfica, al menos nos puede dar ese apaño si lo necesitamos en alguna ocasión.
Conclusión
Con un diseño sobrio y elegante está pensado para llevar un equipo ligero y no demasiado amplio
Se trata de una mochila con un diseño sobrio, elegante, especialmente pensado para fotógrafos urbanos, para llevar un equipo ligero y no demasiado amplio. No la vemos como mochila principal, esa en la que llevamos de todo, lleno de compartimentos e ideal para llevarnos un equipo completo para largos viajes. Es más una mochila de uso diario, donde no queremos llevar más que lo esencial, con un tamaño contenido pero suficiente, con gran comodidad y donde valoramos más que tenga un diseño nada llamativo (disponible en dos colores, negro y verde khaki) como mochila fotográfica y buena ligereza.
Por lo demás, en cuanto a la calidad de los materiales, las costuras y cremalleras, el hecho de incluir una funda impermeable (porque el tejido de la mochila no lo es y esto hubiera sido un acierto para convertirla en una mochila urbana más todo terreno y resistente) y resto de acabados en la línea habitual de Vanguard, la convierten en un producto con correcta relación calidad - precio.
Recordemos que el coste de este modelo es de 89,90 euros (hay un modelo superior, el 46M, algo mayor por si necesitamos un poco más de espacio por 10 euros más), que sin ser especialmente barata no nos parece excesivo por contar con un diseño bien cuidado y una calidad que aparentemente hará que la mochila sea bastante duradera y en la que no tiene grandes pegas.
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