La anamorfosis es un procedimiento de deformación reversible conseguida a través de procedimientos ópticos o matemáticos. La grabación anamórfica, por tanto, consiste en la grabación a través de un objetivo que deforma la imagen achatándola por los laterales para posteriormente estirarla para conseguir una imagen ultrapanorámica; esta técnica es empleada en la cinematografía para conseguir una imagen con un ratio de 2,35:1 o el extraordinario 2,70:1 de 'The Hateful Eight'.
Grabación anamórfica, optimizando el celuloide
La grabación anamórfica se remonta a la grabación química en 35 milímetros, cuando se necesitaba una solución para grabar en formato panorámico sin tener que emplear más superficie fotosensible. La forma de grabación consiste en deformar la luz por los laterales apretándola contra el centro para posteriormente en el proyector, hacer que las lentes reestiren la imagen para conseguir un aspect ratio muy superior al clásico 4:3 de los 35 milímetros.
Este efecto no es gratuíto: los 'flares' salen con mucha más facilidad, y las esquinas se deforman perdiendo nitidez y redondeándose. Otra característica de la grabación anamórfica son los bokeh ovalados hacia arriba por la deformación con la que la luz llega. La zona central queda más o menos intacta, con una buena calidad, aunque con equipos de alta calidad como los que se usan en el cine, estos efectos secundarios se solucionan bastante bien.
Fotografía de Christian Watson
Por ejemplo, muchas películas hacen uso de una cámara de formato completo y emplean el Cinemascope para conseguir una imagen con un aspect ratio de 2,35:1. En el caso de la reciente 'The Hateful Eight' de Quentin Tarantino, se empleó en la grabación un negativo el doble de ancho (70 milímetros en lugar de 35 milímetros) al que se le aplicaron técnicas anamórficas para conseguir un brutal aspect ratio de 2,76:1. Cuanto más ancha es la superficie a la que se le aplica la anamorfosis, más destacado es el resultado.
¿Cómo puedo hacer fotos o vídeo anamórficos?
Es posible hacer fotografías o vídeos anamórficos con diferentes objetivos y adaptadores para nuestras cámaras. No son especialmente baratos, pero si nos dedicamos de forma profesional al vídeo de cualquier tipo, tal vez estaría bien considerar realizar una inversión de unos 800 euros para conseguir este tipo de imagen con un acabado tan espectacular.
Adaptadores como el SLR Magic Anamorphot 1.33x hacen el apaño por unas 750 libras esterlinas, consiguiendo efectos tan chulos como este cuando lo adaptamos a una Sony A7R II...
Fotografía de portada | Reduser
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