Quien esté familiarizado con el tema de los drones sabrá que un buen gimbal puede hacer maravillas en los vídeos que grabamos con estos equipos, pero ¿qué pasa si montamos una cámara RED en un gimbal y aceleramos más de 500 kilómetros por hora? Peter Degerfeldt nos lo muestra con este clip en el que es capaz de grabar un caza en pleno vuelo con una estabilidad increíble.
Peter Degerfeldt forma parte de Blue Sky Aerial, una empresa especialista en trabajos aéreos para el cine y la televisión que cuenta en su cartera con clientes como Magnolia o Universal. A su experiencia aérea se une el uso del estabilizador GSS 520, un gimbal de 5 ejes de altísima calidad que es posible montar en cualquier aparato como un avión, un helicóptero o una furgoneta para rodar cualquier escena sin problemas de vibraciones.
En drones más modestos o estabilizadores como el RONIN o un MoVI, la teoría es la misma. Se trata de un** estabilizador motorizado que a través de acelerómetros y sensores determinan el movimiento del equipo y lo compensan** para conseguir una imagen estabilizada. Un gimbal de calidad profesional estabilizará de forma más efectiva movimientos más bruscos, mientras que los más baratos tan sólo podrán compensar pequeñas vibraciones.
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