Ahora que se aproxima el tiempo estival y las escapadas a la costa son habituales, no hay nada mejor que llevarse consigo la cámara y atrapar algunas imágenes en la playa. Un lugar excelente, tanto por la belleza natural con el mar de protagonista, perfecto para disfrutar del buen clima y aprovechar sus muchas posibilidades de color y luz, perfectas para divertirse con nuestra máquina.
Pero, al igual que ya os comentamos en la nieve, es conveniente tener en cuenta algunos aspectos para sacar el máximo partido a nuestras fotos, puesto que es fácil que la potente luz del sol nos sobreexponga y nos cree sombras contrastadas, que pueden perjudicar alguna imagen.
Al igual que con la nieve, la arena hace de pantalla y refleja la luz solar provocando que el exposímetro de nuestra cámara tome las mediciones equivocadas y subexponga demasiado. Por ello, vamos a repasar algunos sencillos consejos a tener en cuenta.
Lo mejor es usar una medición puntual, no matricial o ponderada. Apuntamos a un lugar con una tonalidad intermedia y bloqueamos la exposición.
Hay que cuidar que el horizonte no esté caído. Es algo fácil cuando tenemos la línea del mar de fondo. Podemos usar las líneas de apoyo que muchas cámaras incluyen como opción de visualización en la pantalla. En las réflex, a través del visor, tomar una referencia y agarrar bien la cámara (después en el procesado podemos ajustar con detalle).
En las horas del mediodía hay contrastes muy fuertes, mejor prueba con la tamizada luz del amanecer o el atardecer, ideales para reflejar una bonita escena playera.
Hay que tener en cuenta la regla de los tercios, y no ubicar el horizonte en el centro del encuadre. Al igual, hay que cuidar la composición, intentando simplificar al máximo los elementos.
No desaprovechemos los días nublados o con viento. En la playa estas circunstancias provocan una luz muy interesante y el color del agua se ve distinto.
Es fácil caer en la tentación de fotografiar siempre con el mar de fondo, intentemos ser originales en las perspectivas y en los motivos. Hay muchos elementos interesantes: sombrillas, toallas, personas caminando, niños jugando, o detalles como conchas, pisadas en la arena, que también son interesantes.
Cuando hacemos retratos es habitual que la intensidad de la luz haga cerrar los ojos a nuestros modelos, por ello busca una ubicación en la que el sol no quede enfrente, mejor lateral. Y no te olvides del flash. Si, aunque parezca poco apropiado, con la luz del flash de relleno disminuirás sombras oscuras y aumentarás el detalle. Además de lograr un interesante brillo en los ojos.
Los filtros en las réflex son muy útiles en la playa. Por un lado, los UV son esenciales para filtrar bien la potente luz solar y los polarizadores lograrán sacar un estupendo color del cielo y del mar, además de evitar reflejos excesivos en el mar o en objetos.
La relajación del mar ayuda a que potenciemos nuestra experimentación. Si usas una compacta o no tienes filtros a mano, usa unas gafas de sol delante del objetivo, los resultados pueden ser muy curiosos.
Por último, hay que tener en cuenta algunas circunstancias. Cuidado con el calor (mejor las cámaras resguardadas a la sombra), con el agua salada (si no tienes un equipo a prueba de salpicaduras no te acerques demasiado a las olas), con la arena (es lo que más puede dañar la cámara y el objetivo), y con el viento y el salitre de la humedad (mejor protegemos la máquina).
Por cierto, mejor deja en casa todo el pesado material (trípode, flashes, objetivos...) y lleva un equipo lo más ligero posible. Y si tienes una compacta, mejor. Acaba siendo la mejor compañera para las escenas de playa.
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Fotos | 'One with the sea' de Luis Montemayor | 'Sunset at Cádiz'
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