Este es el primer post de una serie acerca de viajes. Trataré de reflejar por escrito algunas de mis reflexiones y experiencias viajando con equipo fotográfico encima. Espero que os resulte interesante y, sobre todo, útil.
A la hora de viajar son múltiples los quebraderos de cabeza a los que uno se puede enfrentar en el momento de escoger el equipo. A medida que vas teniendo más lentes e inventos varios, la cosa se pone peliaguda si se trata de cargar todo a la espalda durante varios días.
¿Qué me llevo? ¿Qué voy a necesitar? ¿Qué es lo imprescindible? ¿Qué lo prescindible? ¿Me arrepentiré de prescindir de esta lente? Si tu ilusión es captar las mejores imágenes posibles, la decisión no es fácil. Y la configuración del equipo cambia una y otra vez antes de tener la “alineación titular”.
Un poco de información acerca del destino puede ayudar a que tengas claro qué tipo de fotografía harás y qué requerimientos de equipo tiene ésta. Como para muchas otras cosas más, un paseo por servicios de photostock o el propio Flickr, ayudan a ver las posibilidades fotográficas que te dará el lugar.
Piensa además que no siempre tendrás que cargarlo todo. Diferentes días pueden tener diferentes requerimientos de equipo, siendo posible dejar el resto del material en tu alojamiento. Es recomendable que lo dejes siempre bajo llave. Toda precaución es poca cuando no estás en casa. No todos los entornos son como el tuyo, que es lo que tendemos a pensar todos. Es probable que te encuentres en lugares en los que el precio de una pieza de tu equipo exceda el sueldo base. Evita tentaciones sobre todo en países del tercer mundo y en los que están en vías de desarrollo.
No escatimes en llevar cargadores, baterías y convertidores de corriente si fueran necesarios. En ocasiones, un pequeño ladrón puede ser útil también y, por supuesto, la memoria o la película suficiente como para aburrirte de hacer fotos. Sabes que eso no va a ocurrir, así que actúa en consecuencia.
Lentes versátiles, un flash y un pequeño trípode o incluso una útil “bean bag”, de la que ya hemos hablado, en su lugar podrían ser un buen punto de partida. Una pequeña compacta con controles manuales puede ser útil para ciertas ocasiones en las que no te apetezca cargar o no sea pertinente llamar demasiado la atención. Si eres precavido, un segundo cuerpo de seguridad sería ideal. Y si te puedes permitir cargar más peso añade un portátil o un disco duro.
Si vas a un lugar desértico evita en lo posible cambiar de lentes al aire libre, tu sensor lo agradecerá. Antes de salir chequea todo tu equipo y límpialo, el resultado final de tus fotos será mejor.
Y ahora que has elegido qué vas a llevar, ¿has pensado en cómo llevarlo? Tranquilo, en el próximo post hablaremos de eso.
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