Tal vez te la hayas comprado hace poco, te la hayan regalado, o la tengas desde hace más tiempo pero nunca te hayas planteado disfrutar a fondo de la fotografía. Lo que está claro es que con tu nueva cámara vas a poder hacer mucho más que fotos anecdóticas o de recuerdo. Es más, si te propones aprender en serio, posiblemente te enganches a la fotografía más de lo que crees ahora mismo.
Para todos aquellos recién llegados a la fotografía digital de la mano de una cámara réflex digital, que quieran aprender a hacer buenas fotos y lograr expresar algo con ellas, aquí van unos consejos, desde la experiencia de un aficionado:
1. Usa tu cámara en manual
Los modos automáticos son más cómodos, claro. Pero con los modos automáticos, es el software de la cámara el que decide qué foto va a hacer, sin saber qué está fotografiando en realidad, o qué quieres expresar con ello. Sin embargo, el modo manual sirve para tener control total sobre tus fotos, y para aprender fotografía. ¡No se puede aprender fotografía con modos automáticos! Es necesario controlar tú los parámetros de exposición, equivocarte mil veces, estropear muchas fotos, y aprender de ello.
Mi consejo es que desde el momento en que leas estas líneas pongas el modo M (manual), y la ISO en control manual. Practica hasta que consigas buenos resultados, aunque eso implique perder muchas fotos en el camino. Entonces (y sólo entonces) pasa a usar, a veces, los modos Av y Tv, cuando lo necesites por comodidad o necesidad de rapidez.
Para las ocasiones clave, en que te quieras garantizar buenos resultados, como una celebración o un evento especial, y si aún no te desenvuelves bien con el modo M, usa los Av y Tv, y si aún así no consigues buenos resultados, pasa al modo P, pero no pases de ahí. Pronto descubrirás algo que muchos desconocen, y es que manejar la cámara con estos modos es casi tan sencillo como el modo automático, y te permite conseguir los resultados que tú deseas conseguir.
2. Céntrate en aprender lo básico
Tu cámara tiene montones de botones y tu manual montones de páginas. Sin embargo, muchas cosas son inicialmente prescindibles, y merece la pena ir avanzando de forma paulatina y ordenada. Comienza con lo importante, y deja lo demás para más adelante, que no hay ninguna prisa:
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Lo primero, controlar la exposición con el diafragma, la sensibilidad ISO y la velocidad de apertura. Aunque a la ISO tradicionalmente (herencia de las cámaras analógicas) no se le ha dado tanta importancia, tiene la misma que los otros dos, a efectos prácticos.
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Aprende a seleccionar el punto de enfoque central, el balance de blancos automático y la medición ponderada al centro. Más que nada, para saber dejarlos en su configuración inicial y no cambiarlos.
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Aprende a enfocar y reencuadrar. En la mayoría de cámaras, si pulsas a la mitad el disparador, la cámara enfoca lo que esté ubicado en el punto de enfoque (inicialmente no hace falta que uses otro diferente al central). Deja el disparador en esa posición hasta que reencuadres y completes el disparo. Trata de mantener esta práctica con cada foto que hagas, y acostúmbrate a descentrar el sujeto principal de la foto.
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Olvídate de opciones avanzadas, de los estilos de imagen, de los botones para impresión, de los modos de enfoque, de los menús interminables, el bracketing, la compensación del flash, etc.
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La composición sí es importante, aunque no se controle con ningún botón. No dejes al sujeto principal de la foto centrado en la imagen. Descéntralo un poco, tratando de buscar el equilibrio con el resto de elementos. Si te propones esto como principio básico en todas tus fotos, pronto notarás grandes diferencias en ellas.
3. No uses el flash
El uso del flash no está proscrito, ni mucho menos. Es más, es un recurso muy útil para ciertas fotografías. Pero inicialmente, es mejor olvidarse de que existe. El flash de tu cámara se dispara siempre con la intensidad apropiada para que esa foto en concreto quede bien expuesta. Sin embargo, la luz que arroja es fea, dura y artificial, y en escasísimas ocasiones es realmente necesario emplearlo.
En cuanto descubras que elevar la sensibilidad ISO o abrir el diafragma te permiten hacer fotos sin trepidación en casi cualquier condición lumínica, te darás cuenta de lo mucho que la mayoría de aficionados usan el flash innecesariamente. También es importante que sepas cual es la velocidad de obturación mínima con la que puedes captar la mayor cantidad de luz posible sin trepidación. Tus fotos serán más naturales y estéticas.
Limítate a usar el flash más adelante, y sólo cuando quieras modificar la iluminación de la escena por motivos estéticos, si dispones de un flash independiente, que puedas rebotar, disparar desde fuera de la cámara, o al menos suavizar con un difusor.
4. Equivócate, sin miedo
No hagas 10 fotos de la misma escena. Trata de hacer una, o dos como mucho, pero que sean buenas. Aunque es muy tentador hacer montones de fotos para que, por cuestión de probabilidad, alguna salga bien, conforme pasen los meses seguirás necesitando 10 disparos para conseguir una buena foto.
Es preferible obligarse a hacer como mucho una o dos fotos de una escena, de las que luego puedas aprender en qué has fallado si han salido mal, que hacer 20 de las que sólo se salve una, por puro azar. Cuando uno hace una buena foto por azar, ignora las que salieron mal y por qué le salieron mal, y no aprende nada para la próxima vez. Cuando uno, por no usar correctamente la cámara, hace mal una foto que podría haber sido buena, puede aprovechar la situación para aprender de su error y no volver a tropezar en él.
5. Haz fotografías en formato RAW
El formato RAW abre muchas posibilidades para la edición y el postprocesado de tus fotografías. Por ello, si quieres aprender en serio, es bueno que comiences a hacer tus fotos en RAW desde el principio. Si inicialmente no sabes revelar o editar tus fotos en RAW, una buena idea puede ser configurar tu cámara para que haga fotografías en RAW y JPG al mismo tiempo. Aunque por ahora sólo uses los JPGs, te aconsejo que guardes los RAW. Cuando con el tiempo vayas aprendiendo, podrás volver a los archivos RAW de todas tus fotografías, y sacarles todo el jugo. ¡En eso se fundamenta el barbecho fotográfico, un gran aliado del fotógrafo principiante!
6. Ve familiarizándote con el software
Hacer click con la cámara es el punto de partida, pero la edición y el postprocesado también son sumamente importantes. Has de saber que los ajustes que configures en tu cámara de saturación, contraste, nitidez, reducción de ruido, etc, sólo afectan a las fotos que hagas en JPG, pero no a las fotos en RAW, que guardarán la imagen “en bruto”, sin procesar, tengas la configuración que tengas en tu cámara.
Para editar tus fotografías RAW, o hacer ajustes adicionales a tus fotos en JPG necesitarás algunos programas informáticos. Los más populares, como Photoshop o Lightroom son muy caros, pero tienes opciones libres y gratuitas que ofrecen posibilidades similares para el fotógrafo aficionado. The Gimp te servirá para retoques más complejos, mientras que UFRAW o Raw Therapee te permitirán editar tus fotografías en RAW. En el CD que venía en la caja de tu cámara probablemente también tengas algún programa de utilidad.
7. Observa buenas fotografías
Ver buenas fotografías puede servirte como fuente de inspiración, o incluso también para ver qué podrías llegar a ser capaz de hacer si te vuelcas en esta afición. Aunque una de las formas más comunes de ver fotografías es visitar comunidades como Flickr, es bueno saber que las fotografías más accesibles y visitadas en este tipo de página son las más populares o impactantes, pero no necesariamente las mejores. No te dejes impresionar fácilmente, y trata de conceder más importancia a aquello que te gusta, que a aquello que te llama la atención por no saber cómo lograrlo. En Xataka Foto en ocasiones también hacemos mención a grandes fotógrafos o galerías de fotografías, de los que poder empaparse.
Por otro lado, si vas a hacer un viaje a algún sitio o vas a hacer cierto tipo de fotografía (deportiva, retrato o paisaje, por ejemplo) puede ser bueno hacer una búsqueda previa en Flickr de fotografías de ese lugar o disciplina fotográfica, para ir planteándote posibilidades e ideas que luego puedas plasmar con tu cámara. Tratar de hacerte una imagen mental de la foto que quieres hacer y luego intentar buscar conseguir el resultado más parecido con tu cámara puede ser un buen ejercicio de aprendizaje, alternativo al tradicional “disparar a todo lo que se mueva porque sí”.
8. Sé humilde, y trata de no dejar de aprender
Si te abres una cuenta en flickr y comienzas a participar subiendo fotos y comentando en las fotos de otros, pronto comenzarás a recibir halagos hacia tus fotos. Por mucho que quieras evitarlo, pronto comenzará a aumentar tu ego de manera exponencial, llegando a creer en muy poco tiempo que tienes un talento innato. Obviamente, eso hace mucho más divertida y emocionante esa afición, pero te aconsejo que recapacites con humildad y trates de seguir aprendiendo.
Esos halagos, en muchos casos, vienen de otros aficionados que también están empezando, cuyo criterio puede ser muy discutible, y cuya principal motivación para escribirte sea la de recibir así luego un comentario tuyo recíproco. Pisa tierra. Es imposible que en unas semanas o meses hayas desarrollado un estilo, o hayas llegado al cénit de tu aprendizaje. Es mucho mejor disfrutar de todo esto con algo de humildad, dándole a las comunidades sociales de internet la importancia que tienen, pero no más, y evitar encasillarse en un estilo, procesado o tipo de fotografía, por muy llamativa e impactante que le resulte a tus contactos. Haz las fotografías que te gusten, no las que más impacto vayan a tener entre los que te rodean. ¡Que tu principal criterio no sea el reconocimiento social!
9. No pienses más en el equipo fotográfico
Con tu nueva cámara réflex (la que sea), un objetivo (el que sea), una batería y una tarjeta de memoria tienes más que suficiente para comenzar a aprender e ir haciendo grandes fotos durante mucho tiempo. No necesitas una cámara mejor, ni más objetivos, ni un flash, ni un trípode, ni nada de nada. La experiencia, con los meses o años, te irá diciendo en qué te quedas corto. ¡Yo llevo 3 años haciendo fotografías y jamás he usado un trípode!
Cuando al poco tiempo de comenzar a hacer fotografías pase por tu cabeza la idea de mejorar o ampliar tu equipo fotográfico, piensa seriamente qué limitaciones reales te impone tu equipo, y qué limitaciones reales estás imponiendo tú a tu equipo. En la mayoría de ocasiones, las segundas ganan por goleada, aunque nos cueste verlo.
10. Practica, disfruta y diviértete
Yo aún no entiendo como no descubrí antes la fotografía, con lo divertida, adictiva y creativa que resulta. La clave probablemente esté en hacer muchas fotos (que no es lo mismo que muchas tomas de la misma foto), ser perfeccionista y tratar de seguir avanzando, y divertirse con ello.
No es necesario que hagas las mismas fotos que todos los demás. Prueba cosas nuevas. Tal vez si vas de viaje lo que más te guste no sea hacer fotografías de monumentos, sino captar escenas urbanas. Tal vez salgas al campo y en lugar de centrarte en los grandes paisajes prefieras captar pequeños detalles de la naturaleza. Experimenta y, con cuidado para no encasillarte en algo nada más empezar, disfruta con aquel tipo de fotografía que más te llene.
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