Si recordáis el último artículo de la serie de “Backup para Fotógrafos”, planteábamos la nube (los servicios con almacenamiento online) como un complemento a un sistema de backup, pero nunca (o en muy pocos casos) como un sustituto.
Eso pensaría el suizo Mirco Wilheim cuando se encontró con que Flickr le había borrado su cuenta (de la modalidad gratuita de pago), con nada más y nada menos que 3400 fotos. Mirco les había informado recientemente de que un usuario estaba usando sus fotos, y al técnico encargado de solucionar la incidencia le bailó el dedo en el último momento, y borró su cuenta en lugar de la infractora.
El problema vino cuando Flickr le dijo al usuario que no podía recuperar sus fotos de ninguna manera, y que para compensarla le regalaba un par de años cuatro años de su servicio de pago. Afortunadamente, y gracias a la enorme repercusión que ha tenido este problema, han acabado cediendo, y han recuperado su cuenta con toda su información, y han ampliado su regalo hasta los 25 años (si es que para el 2036 continúan dando servicio).
Resumiendo, Wilhelm se ha llevado un pequeño susto, que se verá más que compensado con los miles de visitas que la noticia le va a dar a su galería, pero el trasfondo es bastante más amplio: ¿hasta qué punto debemos confiar en estos servicios?
Yo tengo que decir que he intentado encontrar algún punto en las condiciones de servicio, incluso en las cuentas de pago, que especifique su responsabilidad en caso de pérdida de fotos, y no he visto la información clara en absoluto. Lo que sí está claro es que si vas en contra del “espíritu” de sus condiciones (incluyendo lo que se considere “ofensivo“ o “indecente“, signifique eso lo que signifique), te pueden borrar la cuenta sin asegurarte que jamás vayas a recuperar nada.
Mi conclusión, en cualquier caso, es que nuestras expectactivas pueden muchas veces depender de la finalidad del servicio en cuestión: si hablamos de Flickr, lo que mueve al servicio es principalmente su vertiente social y su carácter viral (de hecho, lo que más me dolería si me pasara lo mismo serían mis comentarios, ya que mis fotos las tengo por duplicado en casita). Por eso, la reputación es un valor vital para la empresa, y (como se ha demostrado en este caso), la mala prensa será el principal motor para que arreglen sus errores.
Un caso muy distinto es un servicio específico de backup, contratado previo pago. Ahí el boca a boca puede que no sea tan relevante, y la decisión de compra vendrá por sus características o su relación calidad/precio. Por tanto, será mucho más importante la relación contractual que les ligue con nosotros.
Flickr se puede permitir ser ambiguo en sus condiciones de servicio, y hacer sufrir un poco a sus usuarios, si luego es capaz de compensarlo de una manera medianamente convincente.
Memopal, Carbonite, o Amazon S3, por otro lado, son servicios profesionales para usuarios profesionales, y más les vale darnos por contrato parámetros concretos de tiempos de restauración, arquitectura de backup, indemnizaciones en caso de incumplimiento, etc., para que cuando los contratemos sepamos a ciencia cierta qué podemos esperar en caso de fallo del sistema.
En caso contrario, y si no cumplen lo pactado, se juegan una buena demanda, de esas que tanto se estilan en el otro lado del charco. Como consumidores debemos tener claro, por tanto, hasta dónde podemos confiar en estos servicios, estudiar bien sus condiciones, y no tener miedo en hacerles frente si no estamos satisfechos.
Fotos | Chema Concellón y Anu@r, de nuestro grupo de Flickr
Vía | The New York Observer
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