Hoy os traemos un post con el que pretendemos arrojar un poco de luz sobre un mundo, el de los intercambios gratuitos, que no todo el mundo conoce o practica y que sin duda no será por que el sistema no resulte atractivo. TFCD y TFP (Time for CD y Time for prints respectivamente) son las siglas de un primitivo y aparentemente justo intercambio de servicios pero ¿es oro todo lo que reluce?
Daremos un repaso al concepto, viendo las posibilidades que ofrece y atendiendo de igual manera a los problemas que puedan surgir con algunas recomendaciones para evitarlos en la medida de lo posible y para acabar charlaremos con Antonio García, fotógrafo por todos conocidos, que nos contará un poco sobre su experiencia personal.
Como decíamos en la introducción, tiempo por CD (con imágenes) o tiempo por impresiones (fotográficas, obviamente) ya nos da unas pistas más que claras sobre la concepción del sistema. Es algo tan básico como que el fotógrafo hace una sesión con una persona a cambio de cederle el uso de las imágenes. El intercambio resulta beneficioso para ambas partes: Ni el fotógrafo ni el/la modelo de turno pagan por los servicios prestados por el otro pero sí que reciben experiencia y el archivo fotográfico de la sesión para usarlas en su promoción.
Estos intercambios son ideales cuando se está empezando en la fotografía como medio para ganar experiencia o cuando queremos profesionalizar la afición y necesitamos tener un buen archivo fotográfico para enseñar a los clientes. Para participar tan solo tenemos que registrarnos en una de las muchas comunidades que encontraréis haciendo una pequeña búsqueda en la red y al momento tendremos acceso a un gran número de modelos, estilistas y profesionales o amateurs de la peluquería o el maquillaje. Aunque eso sí, a la hora de contactar o que nos contacten tendremos más éxito cuanto más y mejores trabajos podamos enseñar, los comienzos son difíciles aquí también.
Como veis, las posibilidades son muy amplias, tanto como queramos. En principio, estos intercambios tienen como fin ganar experiencia y archivo fotográfico y no es lo habitual (o no debería serlo) que se recurra a este sistema para trabajos profesionales y ahorrarnos así el precio de pagar a un modelo o un maquillador, aunque sería igualmente lícito si éstos diesen su consentimiento previo.
¿Cómo evitamos malos entendidos? Poniéndolo todo por escrito y firmado, recurriendo a contratos. Es la única manera de evitar problemas que luego pueden surgir, más cuando en una sesión participan muchas personas. Una vez que entre todos los participantes se acuerde qué se va a hacer, cómo se va a hacer y para qué se va a hacer hay que redactarlo y firmarlo. Algunas de estas comunidades cuentan incluso con un generador de contratos
El cómo proceder en cuanto a las fotos a entregar y el formato es algo que se debe pactar previamente pero sí podríamos, por sentido común, adoptar medidas como no entregar todas las fotos de la sesión y sí una cuidada selección. El motivo es evidente; difícilmente todas las fotografías sean extraordinarias y en ese caso será mejor que si alguien tiene que ver nuestro trabajo vea lo mejor que podamos dar de nosotros mismos y no el camino hasta conseguirlo.
Otro punto que deberíamos manejar con cautela es el del prestigio. Estas comunidades comparten ciertos aspectos sociales y ya sea en comentarios en las fichas personales o en los foros podemos encontrar valoraciones que no siempre atienden a la realidad. El ser humano tiene la increíble capacidad de desvirtuar cualquier cosa que se proponga y no será aquí donde deje de cumplirse esa máxima, por eso será relativamente frecuente encontrar guerras personales entre fotógrafos, modelos y demás personal. Id siempre con la verdad por delante porque os podría pasar a vosotros también.
Hablamos con Antonio García
Decimos que el intercambio es gratuito y en igualdad de condiciones pero (y esto ha generado mucho debate) el fotógrafo pone un equipo a veces valorado en muchos miles de euros y que tiene una vida limitada. ¿acaba compensando?
Antonio: Siempre se pondrá sobre la mesa la inversión que necesita el fotógrafo, porque es la más evidente y en muchos casos la más elevada. Sin embargo, tampoco hay que desmerecer la inversión que realizan modelos (en su propia belleza y estado de forma), y las maquilladoras (un material más caro de lo que muchos pensamos). Evidentemente no llega a los miles de euros que gastamos en nuestras cámaras, pero del mismo modo podríamos pensarlo al revés: si no contamos con esa parte del equipo humano, no tendríamos nada que fotografiar (al menos en mi caso, que hago retratos en un 99%).
A mí me ha compensado porque me ha dado la posibilidad no sólo de poder aprender y desarrollar mi portfolio, sino de enriquecerme creativamente, por ejemplo realizando fotografía de Beauty.
Supongo que habrá de todo, ¿es fácil encontrarse con gente informal o “con el ego desatado”?
Antonio: Lamentablemente es bastante fácil, y todos nos hemos encontrado más de una vez con el típico plantón de última hora. Esto, en cualquier caso, es más propio de la gente en general que del hecho de estar dentro de este mundillo, por lo que hagas lo que hagas, si no hay presupuesto de por medio, te encontrarás fácilmente con gente que no cumple y que no respeta el esfuerzo de los demás. Y si de egos hablamos, es un poco lo mismo, pero con el agravante de que esto es un mundo “creativo”, y por tanto los egos suelen ser bastante subidos.
Pero esto ocurre en todas partes, tanto con las niñas que se creen monas y te exigen, pero luego no saben posar y se presentan casi sin dormir, como con fotógrafos que se creen haber inventado la sopa de ajo, y muestran una total falta de respeto al equipo que ha colaborado en la sesión, no entregándoles las fotos o tardando meses en hacerlo, incluso una vez publicadas.
¿Alguna sesión de intercambio te ha conducido a algún trabajo remunerado?
Antonio: Para serte sincero, directamente no me ha conducido a ningún trabajo, pero sí que es cierto que la red de contactos que he podido establecer a raíz de realizar intercambios me ha conducido a varios proyectos muy interesantes, y a varios trabajos. Así que aunque la relación no ha sido intercambio-trabajo, sí que he conseguido trabajos por haber realizado intercambios en algún momento dado. A menudo es como sembrar, no sabes cuando, pero siempre recoges algo :)
¿Alguna de la que guardes un recuerdo especialmente bueno? ¿Y especialmente malo?
Antonio: Guardo muchos momentos buenos, sobre todo con gente a la que he conocido en este mundo de los TFCD y a la que ahora puedo llamar amigos. Normalmente, cuando intuyo que voy a tener una mala experiencia con la persona que tengo delante, o no hay feeling, intento no implicarme justamente para no llevarme ese mal sabor de boca, por lo que recuerdos malos de sesiones en TFCD tengo sobre todo cuando intento probar alguna técnica y no funciona, o cuando llego a casa y veo que no he conseguido lo que quería. Ese momento de asumir que practicamente has “perdido la tarde” es bastante frustrante, aunque aprendas de ello con el tiempo.
Nuestros lectores deberían probar el TFCD porque…
Antonio: Principalmente porque si están empezando y su interés es fotografiar personas (ya sea retrato, moda, etc), y alcanzar un nivel profesional, una de las mejores vías para aprender es entrenarte en un ambiente controlado y sin presión, donde puedas probar técnicas e incluso probarte a tí mismo, tanto en lo técnico como en lo humano.
Porque van a disponer de una libertad creativa que en muchos trabajos no van a poder desplegar, y podrán construir un portfolio mucho más personal. Y por último aunque no menos importante, porque si abren los ojos y las orejas, podrán encontrar gente maravillosa y dispuesta a trabajar duro para que tus fotos sean magníficas, se enriquecerán creativamente de ellas y podrán llevar su fotografía a un nuevo nivel.
Hasta aquí este repaso que hemos dado al mundo de los intercambios fotográficos, esperando que os pueda resultar útil a la hora de adentraros en él y agradeciendo a Antonio García que haya compartido con todos su trabajo y experiencia.
Fotos | Antonio García
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