Llevo ya casi cuatro años con el mismo cuerpo, el de la cámara, con el humano llevo alguno más y, aprovechando que las novedades en este mercado son constantes, empecé a pensar en cambiar la cámara por una de un segmento superior. Como me gusta reciclar me puse a rebuscar en los mercadillos de segunda mano de los foros de fotografía.
Al principio me ilusioné bastante ya que hay muchísima oferta, pero en cuanto empecé a leer los mensajes con detenimiento pude comprobar que casi todas las ventas seguían un patrón común:
cámara en perfecto estado, indistinguible de una nueva, entre 10.000 y 20.000 disparos, unos dos años de antigüedad, con caja y cables, precio…
Y aquí viene lo gordo, el precio suele ser de un 30% menos de lo que costó en su día, que si se compró ayer es un chollo, pero para una cámara con dos años, que ya está descatalogada y que aún se puede encontrar nueva en algunos comercios por un precio un poquito superior (no más de un 15%) pues no es ningún regalo.
Está claro que a todos nos gusta perder la menor cantidad de dinero posible al vender algo de segunda mano, pero deberíamos ser un poco más realistas. En la mayoría de las ocasiones acabamos dejando esa cámara como segundo cuerpo porque no queremos perder dinero y pensamos que ya se venderá y lo que realmente ocurre es que seguramente no vuelva a salir de nuestra mochila nunca más.
¿No sería mucho más lógico poner precios más acordes con el producto que se vende, al igual que ocurre con otros artículos, y dar más movimiento al mercado de segunda mano de cámaras fotográficas? Además sería una forma un poco más verde de consumir, ya que estaríamos reciclando más producto. Si me voy a comprar una cámara de segunda mano que tiene ya bastante uso y me va a costar sólo un 10% menos de lo que me costaría nueva, no lo dudo y me la compro nueva, y otra más a meter en el círculo.
Yo creo que el mercado de segunda mano de cámaras fotográficas está sobrevalorado, ¿y tú?
Foto | rhurtubia
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