Hasselblad es uno de los fabricantes de cámaras más legendarios que existen, y sin embargo optan por una estrategia basada en el 'rebranding' descarado. Lo peor es que en este caso, se trata de un rebranding a la Sony A7R con su sucesora, la Sony A7R II asomando a la vuelta de la esquina.
Hasselblad Lusso, rebranding rancio y tardío
Ha sido hoy mismo cuando a través de la web china de Hasselblad se ha filtrado una nueva cámara, la Hasselblad Lusso, el sobrenombre que esconde bajo una piel de sofisticación, una Sony A7R. En el titular hablamos de rebranding rancio porque aún sabiendo que esta línea de cámaras ha sido duramente criticadas, la compañía ha seguido ofreciéndolas con modelos como la Lunar, Stellar y la HV que iba acompañada con un objetivo Zeiss. También hablamos de tardío porque con la inminente salida de la Sony A7R II al mercado, podrían haberle hecho el lavado de cara al modelo nuevo.
Lo más característico de esta línea de productos no ha sido nunca la calidad de su hardware ya que la mayoría de las tripas eran idénticos a los equipos de Sony. Su recubrimiento y construcción sí que eran diferentes, contando con una construcción de calidad premium como el aluminio y el titanio con recubrimiento PVD en la HV, o las empuñaduras de madera italiana que encontramos en los modelos Lunar y Stellar.
El fructífero mercado del rebranding
No sólo Hasselblad practica esta estrategia para vender cámaras fotográficas, sino que en las líneas de otros fabricantes como Leica encontramos este tipo de equipos como la Leica V-Lux (Typ 114) o la D-Lux(Typ 109) que corresponden a una Panasonic TZ10 y LX100 respectivamente. Así que, con estos datos sobre la mesa, ¿por qué grandes fabricantes optan por este tipo de estrategias corporativas?
Que sólo las marcas asociadas al prestigio y al lujo opten por el rebranding es un signo claro de que la ignorancia existe en todos los estratos sociales. Si nos pasamos por una feria del lujo, podremos observar multitud de personas pudientes negociando coches de lujo, yates o joyas. En estos casos, Hassel o Leica meten un stand para ayudar a quien quiera comprarse una cámara fotográfica. A su vez, quien se la compre preferirá un modelo que refleje su buen estatus social aunque el interior sea el mismo que una cámara que valga menos de la mitad de su fabricante original.
La justificación de todo este teatro se encuentra en que una cámara se usa para enseñarla en sociedad, por lo que muchas veces la cámara deja de ser una cámara y se convierte en un accesorio de moda. Estas situaciones son un arma de doble filo, ya que toman por tontos a quienes las compran y se desprestigian ante los que sabemos que estos fabricantes podrían invertir mucho más en desarrollar equipos de tecnología puntera.
Debe ser un mercado fructífero, ya que Hasselblad anunció la Stellar II, que con un precio de 1.650 eurazos (es decir, 1.000 euros de sobrecoste) trae una apertura f./1.8-4.9 que me parece un auténtico despropósito. Personalmente, 1.000 euros por una empuñadura de madera me parece demasiado caro.
Fuente | PhotoRumors
Fotografías | ChipHell
Ver 9 comentarios