¿Porqué medir la luz cuesta tanto? A pesar de los avanzados sistemas para medición de la luz con los que cuentan las cámaras de la actualidad frente a las de hace pocos años, sigue costando medir la luz y éste campo es uno de los que “aparentemente” parece avanzar menos frente a otras tecnologías dentro del mundo fotográfico que sí parecen hacerlo más. En realidad, hay muchas formas de medir la luz.
Lo primero que debemos entender no hay reglas fijas o exactas. Y todo depende del tipo de fotografía que estemos realizando pues nadie se imagina, por ejemplo, a un fotógrafo callejero sacando su fotómetro en mano y pidiendo repetir la escena. Todo tiene su porqué y su momento.
Los principales problemas al medir la luz
Medir la luz no es demasiado complicado, el problema es que hay muchas formas de hacerlo y, en última instancia, decidimos nosotros. A la hora de medir la luz no nos centramos únicamente en un solo elemento habitualmente, normalmente existen más elementos en la composición que influyen.
Otro de los problemas es que los fotómetros que incorporan nuestras cámaras miden la luz reflejada por el sujeto en lugar de la que se proyecta sobre él. Explicaremos ésto de forma más clara luego.
También, los sistemas de medición modernos de nuestras cámaras lo que hacen es medir la distribución de la luz por la escena, lo comparan con una base de datos y te devuelven un resultado. Evidentemente esto puede provocar errores claramente. Y les pasa a todas las cámaras, sin distinción de marcas. Por tanto esto a veces deja una cierta sensación de ensayo y error en determinadas ocasiones ¿verdad?
Tipos de medición de luz
A diferencia de lo que mucha gente puede pensar, fotografía, tenemos dos formas de medir la luz: de forma incidental o reflejada. Y no es lo mismo.
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Medición de Luz incidental: En este tipo de medición se mide la luz que incide sobre el motivo. Se mide con un fotómetro externo. Este tipo de medición es la mejor de todas porque mide la luz sobre el área de interés, siempre que éste sea alcanzable. Se utiliza sobre todo en cine, televisión, retratos o fotografía de moda.
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Medición de Luz reflejada: En este tipo de medición se mide la luz que refleja el motivo. Es el método que utilizan los fotómetros internos de las cámaras de fotos. Es un sistema cómodo, rápido y ágil que nos permite ser muy versátiles a la hora de trabajar pero depende de cómo reflejan la luz los materiales de lo que fotografiamos. En caso de que se refleje demasiada luz esto provocará errores con toda seguridad en la medición.
Los patrones de medición
Existen 3 tipos de patrones de medición comunes a la mayoría de las cámaras actuales que son la medición evaluativa o matricial, la ponderada al centro y la medición puntual. Estos patrones de medición se diferencian, fundamentalmente, en la cantidad de imagen considerada para aplicar el algortimo correspondiente.
Es muy importante medir bien la luz en función de lo que queremos hacer ya que de hacerlo así lograremos un resultado satisfactorio o no. No podemos confiarlo todo al procesado. Es más cuánto mejor tomada esa nuestra fotografía mejores resultados también podemos lograr al procesarla.
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Medición matricial. En este modo se divide virtualmente toda la escena en un determinado número de casillas y los cálculos que devuelve el exposímetro son el resultado de valorar con la misma importancia la luz captada por cada una de las casillas en las que se ha dividido la escena. Este es el sistema de medición más común, ya que tiene en cuenta toda la escena y suele ser bastante fiable pero cuando nos encontramos con situaciones de alto contraste, como por ejemplo un paisaje donde la diferencia de pasos entre cielo y tierra es grande, la cámara se encuentra con un problema y no sabe si hemos de recortar las luces altas o las sombras. También variará mucho en función de nuestro encuadre.
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Medición ponderada al centro. En este modo la escena, como en el anterior, se va a dividir en ese mismo número de casillas con la salvedad de que ahora al hacer los cálculos la información captada por las casillas centrales tendrá mayor peso específico que la de las casillas periféricas. Por ejemplo, un retrato en la calle, realizamos una la medición sobre el rostro (para exponerlo bien) sacrificando el fondo (que quedará más sobreexpuesto o subexpuesto).
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Medición puntual. Este modo de medición se centra exclusivamente en una minúscula área de la escena que gira en torno al 5%-10% del total de la misma y que coincide con el punto de medición. Si llegamos a dominar este modo habremos ganado mucho en la lucha contra las escenas complejas. Al medir medir una zona concreta de la escena discriminando toda la demás, es recomendable, por ejemplo, en las escenas de un teatro o de un concierto, donde el fondo es muy oscuro y solamente los actores o cantantes se encuentran iluminados.
Aún así podrás corregir tus errores de exposición mediante el revelado del archivo RAW, aunque no conviene subir mucho o bajar mucho la exposición, pues aunque en pantalla puede que no lo aprecies a la hora de imprimir la imagen sí que se apreciará.
¿El histograma entonces es la única herramienta para medir la exposición? No, hay más
Recordemos, que los tres parámetros que intervienen en la exposición de una fotografía son:
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Apertura del diafragma
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Velocidad del obturador
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Sensibilidad ISO
El histograma que ofrecen muchas de las cámaras digitales nos indican si las luces han quedado sobrexpuestas o las sombras demasiado subexpuestas. Esta información es de gran utilidad para ayudarnos a decidir si repetimos o no la toma.
La cuestión es que aunque nuestra cámara nos indique un determinado resultado con el histograma, con el tiempo iremos desarrollando un cierto instinto sobre la luz y el contraste de las escenas que estamos viendo. Además un problema añadido es que el histograma que nos muestra la cámara no está basado en el archivo RAW (salvo alguna excepción) sino en la miniatura en jpeg que genera la cámara para mostrarnos la imagen en la pantalla. Con lo cual es una interpretación del archivo RAW.
Aún así, también nuestros ojos nos pueden engañar, a veces, y, si queremos tomar el control, sobre todo en el estudio, deberemos usar un fotómetro.
El fotómetro: los ojos nos pueden engañar
Un fotómetro es un sistema para medir la luz, así de simple. Nuestras cámaras llevan uno integrado, pero, a veces no resultar ser tan preciso como un fotómetro de mano. Usar un fotómetro no es complicado si tienes claros varios conceptos. Un fotómetro o exposímetro nos ayuda a determinar la exposición correcta, ya que nuestros ojos nos pueden engañar.
Cuando lo que queremos es retratar en estudio a alguien lo mejor es utilizar un fotómetro de mano. Con el fotómetro de mano lo que mediremos es la luz que incide sobre el motivo y no la luz reflejada (como ya hemos comentado que es el caso del fotómetro de la cámara), así medimos de forma más “real” ya que no se requiere el depender de cómo el motivo refleje la luz.
La utilidad que tiene el fotómetro dentro del estudio es la de permitirnos calcular los contrastes entre la luz principal y las demás. Comentábamos al principio si la tecnología avanzaba, poco a poco pero sí, como vimos hace poco con Sekonic y su nueva generación de fotómetros.
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