Nadie se libra de hacer una toma desenfocada. Que levante la mano aquel al que no le haya pasado jamás. Venga, sinceramente. Vale, a todos nos ha ocurrido, reconozcámoslo. Y es que, en muchas ocasiones, una foto movida, trepidada o desenfocada no es culpa de la cámara. Es culpa nuestra también.
En ocasiones, sí puede ser de la cámara o del objetivo como en los conocidos problemas de backfocus o frontfocus pero en bastantes ocasiones somos nosotros los que hemos adquirido malos hábitos, son las prisas que hacen que nos olvidemos de hacer algunos ajustes o bien o cualquier otro factor. En el artículo de hoy y los siguientes, veremos una serie de consejos y automatismos a interiorizar, que nos ayudarán a obtener mejores resultados.
1. Antes de nada, enfoca donde debes y donde quieres
No hablo de temas relativos a la composición de la imagen o que tengamos un objeto en primer plano y enfoquemos a él. Si no exactamente a qué punto debemos enfocar. No es raro, que en ocasiones, cegados por el propio deseo de realizar la fotografía empecemos a "volvernos locos" diciendo que esta cámara es un desastre y que no enfoca dónde debe.
Bien, en algún momento, sobre todo iniciándose esta situación es normal, y no solamente cuando las condiciones de luz son bajas, no, también en otros momentos. Entonces si acabas de iniciarte en esto de la fotografías sueltas unas cuantas maldiciones e insultos a la cámara y quedas frustado. Piensa que puede ser que no es tan fácil como parecía.
El método más común de enfoque de las cámaras modernas actuales se basa en la detección del enfoque por diferencias de contraste. Esto significa ya, a priori, que en una escena es más difícil (más lento o imposible a veces) enfocar o poner el punto de enfoque sobre aquellas partes de la misma que presenten un bajo contraste y que es más fácil (más rápido) enfocar sobre aquellas zonas de alto contraste.
Por eso, en los retratos por ejemplo, además de enfocar a los ojos para resaltar la mirada, el interior del ojo es una zona de alto contraste que permite un buen enfoque.
2. Postura y posición correcta
En primer lugar agarrar la cámara correctamente nos dará seguridad en dos frentes: evitar golpes y mejor técnica fotográfica. Si dispones de correa para la cámara, úsala, aún cuando sujetes la cámara sobre el trípode, no está de más una mano sobre la correa, ante un trípode que se vence por el viento.
Centrándonos en el asunto del agarre, la cámara debe cogerse con firmeza pero sin tensión. Conozco alguna gente que agarraba la cámara casi dejando las marcas de los dedos ahí, no, la fuerza debe ser la suficiente para moverte cómodamente y manejarte con la cámara. Recuerda: firmeza pero no tensión.
Los pies deben estar en una posición firme, evita moverlos constantemente, a la hora de disparar deberían estar quietos y bien apoyados.
La mano derecha debe agarrar, como hemos dicho, la empuñadura de la cámara. En el caso de los disparos en vertical es recomendable el uso de un grip, que permitirá utilizar la misma postura tanto en vertical como en horizontal.
La mano izquierda se coloca a modo de soporte sujetando por la palma el objetivo. Esta postura permite cómodamente sujetar el objetivo (como decíamos) al tiempo que permite hacer zoom, mover el diafragma, ajustar el enfoque en manual, ... etc. Hay gente coloca la mano por encima del objetivo no dándose cuenta de la perdida de equilibrio y estabilidad provocada ('¡Cómo pesa esta cámara!', claro, pero si la cogemos correctamente, mejor).
Por último, observa el tráfico de gente y de vehículos a tu alrededor en el caso de que te encuentres en una zona transitada. Cuando disparas pierdes la noción de lo que ocurre a tu alrededor y todo lo que ocurre, ocurre a través de ese maravilloso artilugio denominado visor.
3. No respires
Si estás disparando con trípode no hay problema. Puedes respirar. En caso contrario, me explico: cuando estamos disparando con una focal larga (tipo teleobjetivo), cualquier mínimo movimiento puede hacer que la foto salga movida o desenfocada porque al ser una focal más larga cualquier pequeño movimiento tiene más incidencia y si esto se corresponde con un teleobjetivo pesado, a pulso, es mucho más probable que ese pequeño movimiento se produzca. Si además la velocidad de obturación no es muy alta tienes más posibilidades de trepidación. No cojas ni inspires aire en el momento de disparar. Ese imperceptible movimiento de la respiración puede arruirnarnos más de una foto. Coge aire, suéltalo y, después, dispara.
No solamente es conveniente no respirar en el momento del disparo, hemos de controlar la respiración. Si estamos nerviosos o agitados probablemente esto haga que algunas de las tomas reflejen ese hecho. A la hora de realizar el disparo obtendremos mucho mejores resultados si aguantamos la respiración en ese momento sobre todo si nos encontramos en velocidades de obturación por debajo de 1/50-1/60". Esto depende de las personas. Hay gente que es capaz de sacar fotografías velocidades mucho menores pero el límite común de los mortales está en esas velocidades.
4. Evita la trepidación usando una velocidad de obturación alta
Llegar a este punto es casi obligado viendo los puntos anteriores. Es cierto que en ocasiones puede que necesitemos una velocidad de obturación baja (como hemos comentado) pero ya veremos cómo resolverlo. Se suele considerar velocidades altas a partir de 1/125" porque los pequeños movimientos de la mano son imperceptibles en la toma. Pero siempre que sean pequeños. Siempre podemos tirar a una ISO más alta para compensar la exposición, si nuestra cámara rinde bien a ISOs más altas.
Se suele recomendar (independientemente de Full Frame o APS) disparar al doble de la longitud focal, es decir con un 50mm la velocidad 'segura' estaría a partir de 1/100", para un 200mm la velocidad 'segura' estaría a partir de 1/400". Está claro que la imagen que conseguimos al tirar con un 50mm o un 200mm en FF y APS es diferente. El error que comete la gente es que piensa que se hace más zoom en este último formato. La distancia focal es la misma. La única diferencia es que en APS-C obtenemos un recorte de lo que se obtiene en FF (ya que el sensor es más pequeño), por lo que en cuanto a trepidación, será la misma. Otra cosa es la profundidad de campo obtenida.
Hoy en día, además, gracias a los estabilizadores de imagen (de los objetivos, principalmente), estas velocidad pueden llegar a disminuirse en dos-tres pasos, pero tanto si dispones de objetivos estabilizados o no, es recomendable conocer la regla de las velocidades de obturación tal como nos contaba nuestro compañero Rodrigo Rivas hace tiempo. Podéis verlo en la siguiente tabla que nos preparó:
5. Maneja correctamente la apertura y la profundidad de campo
Hay gente que compra un objetivo muy luminoso (f/1.2, f/1.4 o f/2.8 por ejemplo) y piensa que que ya que lo ha comprado y el bokeh es tan bonito pues vamos a disparar siempre a esa apertura. Creo que todos lo hemos pensado. Pero hemos de darnos cuenta que a aperturas tan pequeñas es más complicado enfocar, acertar bien con el enfoque. Hay algunas cosas que puedes plantearte. Pensemos un poco de nuevo, en la profundidad de campo.
Como vemos, con el sujeto a 5 metros con un 200m, mover la cámara 10cm hacia delante o hacia atrás parece altamente improbable con un buen agarre por lo que tendremos mayores posibilidades que enfoquemos donde realmente queremos enfocar. La profundidad de campo sigue siendo pequeña para obtener un buen bokeh (si es lo que buscamos) y tenemos un margen amplio para poder enfocar bien.
Cuanto mayor sea la distancia a nuestro sujeto y mayor sea la focal, más 'fácil' será enfocar correctamente usando una apertura pequeña. Esto ya lo dedujimos cuando lo vimos en nuestra Guía práctica sobre la profundidad de campo y cómo usarla a tu favor (I)|(II)|(III). Por esa razón, entre otras, se usan teleobjetivos en fotografía de moda, naturaleza o deportiva. No es un capricho.En resumen
Enfocar bien, depende de la cámara, sí, pero también mucho los ajustes que podamos hacer nosotros mismos, de aplicarlos correctamente y tomar las decisiones adecuadas.
En la segunda parte veremos como solucionar otras situaciones relativas a velocidades bajas de obturación, qué ventajas puede proporcionarnos usar disparo simple o en ráfaga, el reencuadre de la escena, los problemas del enfoque automático y la selección de puntos de enfoque automática, así como los ajustes del micro-enfoque.
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