Gregory Crewdson es un fotógrafo estadounidense que se ha ganado a pulso un puesto de honor entre los grandes de la historia reciente de la fotografía. Tengo que reconocer que su estilo fotográfico es mi debilidad y quizá eso me haga un poco menos objetivo de lo habitual, pero no podemos negar la impresionante calidad de sus trabajos.
Este gran profesional, es famoso por sus fotografías surrealistas sobre los suburbios de Estados Unidos. Escenas ficticias que él diseña concienzudamente – con todo lujo de detalles – para construir visualmente la sensación que está en su cabeza, lo que el llama momentos congelados, habitualmente inquietantes y que nos recuerdan a las películas clásicas de terror, gracias a una estética profundamente cinematográfica.
En palabras del propio Crewdson, dice haber estado siempre fascinado por la condición poética del crepúsculo y su poder de convertir lo ordinario en algo mágico y sobrenatural, algo que se evidencia en todas y cada una de sus fotografías, que se caracterizan por esas luces frías tan propias del anochecer combinadas con la luz artificial de vehículos, farolas, viviendas… y añadiendo toda clase de elementos recreados como la niebla o la lluvia.
No sé si podemos llamarle fotógrafo o sería más acertado llamarle director de fotografía, puesto que trabaja a una escala que a muchos no nos deja de asombrar y actúa de una manera más parecida a un director en el cine y no tiene que preocuparse por la cámara o cualquier otro detalle en particular sino “simplemente” de que todo esté exactamente como él lo ha imaginado, ayudado por sus colaboradores. De hecho, habitualmente ni siquiera dispara él la foto, sino que suele hacerlo otro fotógrafo, como Daniel Karp.
Cámara de gran formato, iluminación como la que emplearíamos en una superproducción de Hollywood, todo un completísimo equipo de profesionales que ya les gustaría a muchos cineastas en sus rodajes, modelos o mejor dicho actores estáticos, muchísima preparación previa y sobre todo horas y horas de trabajo montando cada detalle de la escena. Todo un ejercicio de producción con recursos casi ilimitados y un despliegue de medios impresionante para una única fotografía, que nos puede llegar a parecer una locura, pero así trabaja este profesional de la imagen que aprovecha al máximo esos recursos y los traduce en la perfección de sus fotografías finales.
A algunos incluso no les llamará especialmente la atención, pues en Flickr nos solemos encontrar con muchísimos trabajos de este estilo, pero… ¿dónde está la diferencia? Bueno, principalmente en que Crewdson consigue todos los “retoques” que quiere en toma – que para algo contrata a todo un equipo más propio del mundo del cine y dispara en placas – y no en Photoshop como hacemos la mayoría en la actualidad.
Si os digo la verdad, a pesar de tener por supuesto una técnica impecable – sólo faltaría que no fuese así con la de medios que utiliza – a mí lo que más me impresiona de Gregory Crewdson no es el aspecto técnico de sus imágenes, que por supuesto me maravilla, ni los presupuestos que maneje que serán de órdago, sino el tremendo significado y las potentísimas sensaciones que expresan sus trabajos. Creo que es capaz casi de condensar toda una historia en solo uno de esos momentos congelados y hacer volar nuestra imaginación.
A continuación os dejo una galería con lo mejor de su trabajo que espero que os entusiasme tanto como a mí.
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