Recuerdo haber paseado por Nueva York en búsqueda de uno de los viejos fotomatones, esos que revelaban en el momento a la antigua usanza y que sacaban una tira por medio de cuatro disparos. No lo encontré. Pero meses más tarde, caminando por Viena, cual fue mi sopresa al toparme con uno de ellos en la zona donde se encuentran los museos dedicados al arte contemporáneo. No lo dudé un segundo, me debía a mí misma una de esas fotos y esa maquinita encantadora parecía estar esperándome para ello desde siempre.
No me habría planteado hablar del fotomatón si no llega a ser por “El cielo sobre Berlín“ y una de sus frases “Espero delante de un fotomatón, y sale la foto de otra cara.” Eso junto con la foto encontrada que me hice en la capital austríaca, me empujó a contaros la historia de esta leyenda de la fotografía, de los autores que hoy utilizan esta técnica para sus trabajos y de algún que otro guiño cinematográfico. Sentaos cómodamente delante de la pantalla y sonreir. Tres, dos, uno… disparamos.
Un poco de historia
Anatole Josepho con una de sus máquinas y Walker Evans
La primera patente data de 1889 y posteriormente Monsieur Enjalbert mostró una máquina similar en la Exposición Universal de París. Sin embargo aún estaban muy alejadas de ser autosuficientes. No fue hasta 1925 cuando se instaló en Nueva York, gracias al ruso Anatol Josepho, el primer fotomatón con cortinilla y pantalla de fondo, formato que lo hizo famoso. Es el que ha llegado a nuestros días y que se difundió a nivel mundial. Aunque la compañía que le dio el término Photomaton por el que lo conocemos era francesa, uno de sus distribuidores más conocidos es la empresa inglesa Photo-Me, que se ha ido renovando tecnológicamente en la era digital e incluso hace colaboraciones con aclamados diseñadores, como el pasado año cuando Philippe Starck les diseñó una nueva cabina.
Los primeros modelos venían equipados con flashes que se activaban a intervalos regulares, sistema que prosiguió hasta 1993 cuando se cambiaron por una cámara numérica. Tecnotron, empresa que se ha encargado de su distribución en España, retiró el último fotomáton antiguo que quedaba hace poco más de dos años. Según contaba su director técnico Alberto Bortolusi, el mantenimiento estaba siendo un problema, se optó entonces por “cambiar el revelador, el fijador y el agua por un ordenador y una impresora de sublimación térmica.” Si bien es cierto que a partir de los años 90 se pusieron de moda los fotomatones en los centros comerciales para la realización de fotos divertidas, hoy se están abriendo a otro tipo de mercado, como el alquiler de máquinas para eventos de bodas o fiestas de cumpleaños. Curioso, ¿verdad?
La evolución está muy bien, el cambio del analógico al digital veía venirse, era lógico. Pero, ¿qué hacíamos ahora los nostálgicos? Y la respuesta nos cayó del cielo en forma de máquinas vintage. Gracias al proyecto llevado a cabo por Photoautomat.de se volvía a recuperar el sabor de antaño, el formato de la tira en vertical y los cuatro míticos disparos. La única pega es que para encontrarnos estos fotomatones hay que viajar, sobre todo están dispersos por Alemania y Austria, como el de Viena que os contaba al principio, aunque también se han extendido a Italia al instalarse uno de ellos en Florencia.
Lo interesante de este proyecto es que han ido restaurando fotomatones antiguos para situarlos, principalmente, en lugares ligados al ámbito artístico. En su web, donde hay noticias curiosas, planos de situación y otras delicias, nos encontramos además una galería donde la gente ha ido enviando sus tiras fotográficas. De hecho podéis encontrar mi careto entre el resto de participantes. No dejéis de echarle un vistazo, merece la pena descubrir cómo han ido restaurando estas máquinas convirtiéndolas en auténticos objetos de deseo.
Introduzca 3 monedas, son 4 disparos por Maya Kapouski
Tiras fotográficas realizadas en un fotomatón por Maya Kapouski
Desde Martin Parr y la inclusión de las tiras de sus amigos en sus fotolibros, hasta el más reciente Yu Tsai que utiliza este formato para sus fotografías de celebrities, son varios los que han utilizado el fotomatón como fuente de inspiración para sus obras. Pero sin duda hay un trabajo que siempre me ha fascinado desde que lo conociera hace unos años. Estoy hablando de “Introduzca 3 monedas, son 4 disparos” realizado por Maya Kapouski.
Según nos cuenta, esta artista que vive a caballo entre España y Alemania, escogió ese título del eslogan que rezaba en los fotomatones, para englobar una serie que surgió gracias a la recopilación de fotografías suyas que su padre había ido guardando y que reflejaban el paso del tiempo. Al encontrarse con ese material pensó que podría continuarlo y de ahí pasó a engrosar la colección haciéndose fotos siempre que surgía la oportunidad. Conceptualmente es un trabajo cautivador, por todo lo que supone a nivel fotográfico y artístico, ya que nos encontramos con una serie de fotografías que han sido tomadas a lo largo de la vida de esta autora.
Pero su trabajo con el fotomatón no termina en sus autorretratos, sino que se atrevió a realizar bodegones, porque como ella misma nos comenta “en una época donde la fotografía digital mejoraba a la velocidad de la luz y los precios me parecian inalcanzables, poder disfrutar de una cámara de revelado instantaneo y con iluminación controlada me parecía un lujo.” Sin duda un trabajo distinto al que estamos acostumbrados. De paso os invito a navegar por su web, porque además de un estilo fotográfico muy fresco y joven, sus planteamientos visuales son francamente interesantes.
Amelie y su historia con el fotomatón
Y para cerrar, el guiño al cine que os había prometido. Aunque tenía Amelie en mente desde que empecé a darle forma a este post, quería sin embargo bucear por la Red para ver si encontraba otros ejemplos menos conocidos. Encontré un corto, pero por su carácter más ligado al cine de terror, preferí seguir con la película francesa. De todos modos podéis verlo en youtube, sobre todo hay un detalle que me llamó la atención, ese gesto del que va a fotografiarse, nervioso, que tras el primer flashazo, respira tranquilo. Y es que ponerse delante de la cámara del fotomatón impone, sobre todo si estamos buscando la foto para nuestro DNI.
Os dejo entonces con la película francesa, cuyo director de fotografía Bruno Delbonnel, la dotó de una estética inconfundible cosechando un gran éxito comercial y de crítica. El fotomatón (que también puede encontrarse en Francia en su versión vintage gracias a Fotoaumat.fr) es sin duda un protagonista más de la película, pero no cuento más para quien no la haya visto. Sin más os dejo disfrutando del trailer. Y recordad que si tenéis trabajos ligados a esta máquina fotográfica, nos encantará verlos, porque también es historia de la fotografía y casi todos hemos posado para ella.
Foto de cabecera | César Gil Montañés de nuestro grupo de Flickr
Fotógrafa | Maya Kapouski
Máquinas automáticas vintage | Fotoaumat.fr | Photoautomat.de
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