Tras la grave crisis, económica y personal, que asoló a Annie Leibovitz hace un par de años, la popular artista realizó un viaje personal. De esos en los que uno se traslada a otro espacio físicamente, al tiempo que la mente y los sentimientos también realizan su peculiar recorrido. Un viaje a las cataratas del Niágara junto a sus tres hijas justo cuando estaba tocando fondo que le hizo revivir.
Acompañada de una cámara digital, capturó momentos de este momento crucial y ahora forman parte de una exposición que parece poner a Annie Leibovitz de nuevo en el mapa de la fotografía: 'Pilgrimage' (Peregrinación).
Igual no le hacía falta, pero es la forma de reivindicarse como persona, como apasionada de la fotografía de la que ha vivido y con la que ha tocado el cielo. Ahora, justo cuando descendía a los infiernos demuestra con sus imágenes su particular visión. Se aprecian sus inconfundibles referencias, pero eso sí, con una gran diferencia: no encontramos retratos.
Lejos del glamour y los flashes de la fotografía que ha practicado durante tantos años, Annie Leibovitz retrató en este viaje personal su verdadera herencia cultural. En total unas 64 fotografías tomadas entre abril de 2009 y mayo de 2011 forman parte de la exposición, que permanecerá hasta el 20 de mayo en Smithsonian American Art Museum, aunque recorrerá varias ciudades de Estados Unidos.
Una exposición que le ha devuelto la ilusión y que también ha tomado forma de libro (disponible en Amazon). Como ella misma ha manifestado, con este viaje toma forma un proyecto que fue un ejercicio de renovación. "Me enseñó a ver". Eso tan difícil en fotografía y que se supone que alguien del talento y experiencia de son las que forman parte de esta exposición, no debería faltar. Pero su confesión pone de manifiesto la necesidad muchas veces de reflexionar y recuperar la mirada fotográfica.
Vía | Culture Monster (LA Times) Sitio oficial | Smithsonian American Art Museum Foto | Photo Journal Vídeo | AFP
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