El mercado de la fotografía está en constante cambio. Ya no hace falta pensar en Nikon o Canon para comprar los mejores objetivos. Tamron demostró con el 28-70 que ellos también podían hacer grandes cosas. Ahora han presentado el Tamron 17-28mm F/2.8 Di III RXD, un zoom angular que promete llevar a otro nivel la calidad de nuestras fotografías.
Las nuevas cámaras tienen muchos millones de píxeles, una resolución mayor y necesitan mejores objetivos para aprovechar todo ese potencial. Es más, si equipamos nuestras cámaras con objetivos de mala calidad desaprovecharemos, como bien sabéis, el sensor de nuestras cámaras.
El problema, en muchas ocasiones, es el precio que debemos pagar para conseguir un objetivo que sea capaz de sacar toda la resolución que ofrecen nuestros sensores. No tiene sentido comprar máquinas punteras sin un buen ojo. Por este motivo es de agradecer el renacimiento de marcas que buscan ofrecer equipos de calidad sin precios altos.
Tamron (y antes Sigma) es una de estas marcas. Cada nuevo producto que sacan al mercado le llueven las alabanzas. El último gran éxito ha sido el Tamron 28-75mm F2.8 Di III RXD y ahora acaban de lanzar el Tamron 17-28mm F/2.8 Di III RXD, con el que quieren cosechar los mismos éxitos y alabanzas.
En Xataka Foto hemos tenido la posibilidad de probarlo con una Sony A7 III para hacer una pequeña toma de contacto que sirva para hacernos una primera idea de sus posibilidades. Vamos a verlas a continuación.
Diseño del Tamron 17-28mm F/2.8 Di III RXD
Lo primero que llama la atención de este objetivo angular zoom es lo contenidos que son su peso y su tamaño. Nada que ver con lo que estamos acostumbrados cuando hablamos de objetivos con estas distancias focales. Realmente no hay en el mercado un objetivo semejante.
Canon tiene un 16-35 mm y un 17-40 mm; Nikon ofrece un 16-35 mm y el clásico 14-24 mm... Así que estamos ante una nueva propuesta óptica que complementa a la perfección con el Tamron 28-75mm F2.8 Di III RXD. Para el futuro apostaremos por un 75-300 f2,8 que podría ser muy interesante y conformar un trío que me gustaría ver.
Porque la apuesta es ofrecer calidad óptica para las cámaras sin espejo de Sony de formato completo a un precio sin competencia con un peso y tamaño comedidos.
Este objetivo en cuestión mide 9,9 cm y pesa apenas 420 gr. El diámetro del filtro es de 67 mm. Un peso pluma si lo comparamos con cualquiera de los objetivos de la competencia que hemos señalado. Y todo con una abertura constante de f2,8.
En su diseño se ha tenido en cuenta a su pareja perfecta, el Tamron 28-75mm F2.8 Di III RXD. Ambos tienen el mismo diámetro de filtro. Juntos no alcanzan el kilo de peso en la mochila y cubren desde los 17 mm para tomas angulares hasta un 75 mm para los retratos con una abertura constante f2,8.
Es un diseño espartano. Negro, sin concesiones. Con buenos materiales y acabados. No tiene botones, ni un anillo para el diafragma. Solo el anillo del zoom y el del enfoque manual un poco más estrecho. Tal como deberían ser todos los objetivos de las cámaras sin espejo. ¿Por qué tenemos que cargar con objetivos tan grandes cuando la cámara sin espejo por excelencia, la Leica M, siempre tiene objetivos mucho más pequeños? Parece que Tamron conoce el camino a seguir.
Calidad de imagen
Pero todo lo anterior no sirve de nada si la calidad de las imágenes que podemos tomar con él no están a la altura. Este objetivo tiene un esquema óptico de 13 lentes en 11 grupos. Y el diafragma tiene 9 palas para lograr ese famoso bokeh con el que tantos fabricantes se publicitan.
Tiene 3 lentes asféricas, 2 LD de baja dispersión y 1 XLD de extra baja dispersión, para minimizar los distintos tipos de aberraciones. Y tiene el revestimiento de la casa BBAR (Broad-Brand Anti-Reflection), para reducir imágenes fantasma y destellos.
En principio nos encontramos con varios problemas con estos objetivos tan angulares. La distorsión es muy difícil controlarla, el rendimiento en las esquinas y el temido viñeteado con diafragmas abiertos. Así que en esta pequeña prueba vamos a ver qué tal se comporta.
Una de sus grandes ventajas es la distancia mínima de enfoque: 0,19 m. Pero la distorsión aparece. Es verdad que hoy en día se puede corregir posteriormente. Pero sin retoque alguno las líneas rectas horizontales se curvan hacia arriba, la tristemente famosa distorsión de barrilete. Está presente en todas las distancias focales. No es muy acusada, pero está ahí.
Otro problema es el viñeteado. A f2,8 es evidente y con ayuda del software se puede quitar pero es algo con lo que debemos contar a la hora de exponer y trabajar con este objetivo. Como suele ocurrir, con solo cerrar dos pasos evitaremos este efecto tan molesto.
Por último hay que hablar de la pérdida de nitidez en las esquinas. Otro problema de este tipo de objetivos. En este caso se observa una caída de calidad importante. Algo que debemos valorar si queremos ampliar mucho nuestras imágenes.
¿Quiere decir que es un objetivo malo? En absoluto. Es muy bueno, sobre todo si valoramos la relación calidad/precio. Estos problemas son inherentes a todos estos tipos de objetivos zoom. Si queremos más calidad deberíamos apostar por los fijos. Pero esto es otra historia.
La opinión de Xataka Foto
El Tamron 17-28mm F/2.8 Di III RXD es uno de los objetivos más interesantes que podemos comprar hoy en día para nuestras cámaras Sony sin espejo. El sistema de enfoque es rápido y silencioso gracias al** motor RXD** (Rapid eXtra-silent stepping Drive). Y permite usar todas las posibilidades de enfoque de las últimas Sony.
Las famosas curvas MTF confirman los problemas que hemos mencionado. Pero todos los objetivos de este tipo tienen las mismas curvas. Y no se puede juzgar a los objetivos solo por ellas.
Este objetivo es muy cómodo de usar. Apenas pesa, por lo que no cuesta llevarlo encima todo el día. La nitidez general es impresionante y las distancias focales permiten jugar con todo tipo de encuadres. Es útil para la fotografía de paisajes, callejera y social.
Es un objetivo que tiene un tamaño y un volumen acorde con las cámaras sin espejo. Es un verdadero placer ir con él por la calle en busca de puntos de vista distintos y el mejor para aquellos fotógrafos que quieren acercarse a las cosas, que quieren tocar con las manos la realidad que fotografían.
Y con este **
** se puede hacer. Ojalá Tamron se dé cuenta del tesoro que tiene entre las manos y empiece a ofrecer más objetivos compactos luminosos, rápidos a la hora de enfocar y con un peso tan liviano como este. Confesamos que nos gustaría probarlo con más tiempo para descubrir todas sus posibilidades. Es el objetivo perfecto para los que quieren salir con la cámara todo el día.
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