Parece que la búsqueda de la fama es más importante que la vida. En ocasiones pasadas hemos hablado sobre las buenas prácticas que ayudan a una red a ser ventajosa para nosotros. En esta ocasión es otra muestra sobre aquellas cosas que deberían ser obvias no hacer, pero que aún así la gente sigue haciendo en búsqueda de corazones.
La laguna azul
Esta historia nace de una tendencia que llega desde el norte del país. En Galicia se encuentra Monte Neme, una antigua mina de wolframio en cuyo terreno se encuentra un lago de color turquesa, producido por años de desechos liberados ahí. El color se genera debido a los componentes del agua mezcla de algunos metales diluidos, sales producidas al reaccionar en el ambiente y otros componentes.
En este lago artificial, algunos senderistas encontraron la oportunidad de aprovechar los hermosos colores del lago. Colores que asociamos con una escena paradisíaca de mar y una vida increíble. Escenas que para un paisaje está bien, pero que la fama de ‘instagramer’ tienta a otros a meterse en esas aguas por conseguir ‘una foto única’. Con el resultado de dejar a varias personas en el hospital con reacciones alérgicas producidas gracias al chapuzón.
Como reporta el New York Post, varias personas que se han metido ahí reportaron esas alergias. Incluso Público reporta que en ese proceso, una chica pasó por dos semanas de reacciones alérgicas, pero que para ella “la foto lo valía”.
Esto ocurre algunos meses después de que una historia similar surgiera en Rusia, como reporta DIY Photograhy. Varios locales y turistas que visitaban Siberia se estaban metiendo y capturando fotos en las Maldivas de Novosibirisk. Un hermoso lago artificial creado para ser el punto de depósito de las cenizas de la fábrica. Al igual que en Monte Neme, los componentes del agua como las sales de calcio y los óxidos de metal crean el color característico. Su contacto con la piel genera reacciones alérgicas.
La planta de carbón tuvo que liberar un comunicado al público, informándoles que es peligroso para la salud meterse a estas aguas. Y que, debido al tipo de terreno lodoso, puede ser incluso letal.
Lo más frustrante, la gente terca que sigue buscando lo que no se le ha perdido.
Una vez más…
Es agotador el hecho de que hay que seguir insistiendo que hay que pensar antes de entrar en un terreno, en especial por conseguir la misma foto que los demás. Lo hemos visto con el irrespeto a lugares como Auschwitz, con territorios afectados como el lago Wanaka en Nueva Zelanda y a través de las demandas que hacen otras cuentas para que paren de dañar las cosas bonitas por una foto.
En esta ocasión es solo un recordatorio más sobre la importancia de pensar antes de arriesgar la vida. Usualmente estas minas y lagos artificiales son de difícil acceso para los ciudadanos debido a sus riesgos. No es necesario tener un letrero que diga que el fuego quema para que no lo toquemos y, bajo ese mismo pensamiento, no debemos acercarnos a entornos que no se pueden producir naturalmente. Pueden ser altamente tóxicos, pueden no ser peligrosos a nivel de terreno e incluso pueden ser radioactivos.
La vida vale más que un post en instagram. Y no debería ser necesario estarle recordando esto a las personas.
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