A todos los que os guste la fotografía y llevéis algún tiempo en esto, seguro que más de una vez os ha ocurrido que alguien os ha impedido hacer fotos en algún sitio. Y bueno, siempre que sean sitios privados puede llegar a ser medio entendible, pero cuando son sitios públicos, como me pasó a mi en un puerto deportivo, (probablemente por mantener contentos a los propietarios de los mega-yates de 1 millón de euros) cabrea tela sobre todo porque casi siempre se hace sin ninguna norma escrita, simplemente "no se puede".
El caso que os pongo y que leo en Caborian es distinto, ya no se conforman con decidir donde puedes o no hacer fotos, ahora tienen la cara de decidirlo en función de lo grande que sea tu cámara. Si tienes un camarón y un trípode lo tendrás más dificil, ya que te tacharán de profesional, aunque no lo seas.
Os dejo con la experiencia de Gorka Lasa (lur) en el Parque Nacional del Timanfaya, que merece la pena leer, no tiene desperdicio:
"Me animo a escribir estas líneas con el fin de que a nadie le pase lo que me sucedió a mí, y de paso intentar encontrar a alguien que sea capaz de darme una explicación racional de lo sucedido.
Mientras pasaba unas vacaciones en compañía de mi mujer en Lanzarote, el pasado día 16 de octubre (hoy hace exactamente un mes) nos dirigimos al Parque Nacional de Timanfaya con el fin de visitarlo y sacar unas fotografías ya que nos habían hablado maravillas del mismo. Efectivamente no era para menos. El paisaje resulta impresionante y digno de ser visitado. Dimos la vuelta al parque en uno de los autobuses de la organización y tras ver las demostraciones de los géiseres y presenciar el calor de la tierra, me dispuse a tomar una serie de fotos con un trípode de rótula panorámica. La hora no era la mejor y seguro que hay sitios mejores para sacar fotos, pero al fin y al cabo solo se trataba de una foto de recuerdo y de paso matar el gusanillo fotográfico.
Habiendo ya montado y nivelado el trípode, estaba midiendo la luz cámara en mano (una canon 1D Mark III con un canon 17-40 f4) cuando se me acercó un guarda del parque:
(guarda)”- Buenos días. ¿Es usted fotógrafo?”
Miré el trípode, mire la cámara y le dije sonriendo:
(yo)”- Sí claro.”
Ahí se acabaron las sonrisas.
(g.)”-Pues usted no puede sacar esa foto ya que no puede realizar actividades fotográficas profesionales sin autorización previa” (y.)”-Perdone Sr. Guarda, pero le he dicho que soy fotógrafo, pero en ningún momento le he dicho que sea fotógrafo profesional”
Esto es cierto y comprobable ya que yo no me dedico profesionalmente a la fotografía. Es mi afición.
(g.)”- Venga hombre. Con ese equipo usted es profesional. Eso está claro. Además, me ha dicho que es fotógrafo”
Aquel guarda ya había sacado sus conclusiones. Viendo el equipo, era profesional le dijera lo que le dijera. Pero, ¿desde cuando es potestad de los profesionales el ser fotógrafo o no?
(y.)”- El equipo sí es profesional pero yo no, no me dedico profesionalmente a ello. Y si me volviera a preguntar si soy fotógrafo le volvería a decir que sí, pero no por ello soy profesional”. (g.)”- No me engañe porque lo tengo claro, ese equipo no lo tiene un aficionado”. (y.)”- Se está equivocando. Pero, sin usar el trípode puedo sacar una foto como están haciendo esos señores? (un señor con una canon 5D y un objetivo canon 16-35 f2.8 L, y otro señor con una nikon réflex que no puedo precisar que modelo era)” (g.)”- Ellos sí pero usted no porque es profesional. Y no siga porque me veré obligado (una gran frase para quitarse el problema de encima) a llamar a la Guardia Civil y le quitarán el carrete.”
Acabáramos. Me iban a quitar el carrete…perfecto. Brutal. Ese guarda que era capaz de distinguir entre un equipo profesional y uno amateur no era capaz de saber si la cámara era analógica o digital. Estaba destinado a realizar una tarea (la de “cazar” al profesional) sin los conocimientos necesarios y sobre todo mediante una ley ambigua que no permitía a los fotógrafos profesionales sacar fotografías (que entre otras cosas, supongo que estos también tendrán derecho a sacarse unas fotos de recuerdo con su familia). Quedaba al albedrío del guarda el saber quien era profesional o no. Alucinante, ¿verdad? Pues tranquilos que todavía iremos a peor.
(y.)”- Me va a perdonar pero esto es una cámara digital y no lleva carrete.” (g.)”- Eeeeh…. pues…. entonces le confiscarán toda la cámara!” (y.)”- No me confiscarán nada porque entre otras cosas no soy profesional.”
Atención ahora porque viene un razonamiento fuera de lo normal:
(g.)”- Está claro que usted es profesional. Es como cuando ve a un señor con un Mercedes de 15 millones. Está claro que ese señor es empresario.”
Toma, toma y toma reflexión. Ahí es cuando lo di todo por perdido. Aquel guarda no iba a entender nada de lo que le explicara, entre otras cosas porque no me dejaba hablar y porque no hacía otra cosa que citar a la Guardia Civil.
Viendo que allí no iba a conseguir nada, me dirigí al centro de visitantes con el fin de que alguien me explicara que había hecho mal y por que no podía tomar aquella foto.
Allí me atendió amablemente la responsable del centro, explicándome que el problema era que lo que no estaban permitidos eran los equipos profesionales y los trípodes. ¡Anda! Antes eran los fotógrafos profesionales los que no podían tomar fotografías, pero ahora parece que el problema eran los equipos y el uso del trípode al que no estaban acostumbrados los guardas. En ese momento la pregunta del millón cambiaba. Pasaba a ser de “como distinguir un fotógrafo profesional de uno que no lo era” a “que se entendía como equipo profesional”. Obviamente no supieron contestarme a esa pregunta pero es que es normal. Quien de nosotros es capaz de definir “equipo profesional” cuando con ello estamos intentando evitar que no se publiquen imágenes del parque en revistas, folletos, en internet,…? Todo lo que he descrito se puede hacer perfectamente con una G6, o incluso una coolpix o una ixus! ¿Quien ha sido capaz de crear una ley tan ambigua y tan difícil de hacer cumplir? ¿ Y donde pone que no se puede usar el trípode?”
Como tampoco me quedé satisfecho con las explicaciones recibidas (que como veis no aclararon nada), me fui a Tinajo donde estaban las oficinas del parque y el Director del Parque Natural del Timanfaya el Sr. D. Aurelio Centellas Bodas, con el fin de que el máximo responsable del parque me pudiera aclarar que es lo que había hecho mal y así poder evitar en el futuro posibles problemas con más fotógrafos aficionados.
Allí me atendió amablemente otra señorita que, tras largas conversaciones, tampoco pudo aclararme lo que había hecho mal. Esperé entonces que el Sr. Director me atendiera y me solucionara la duda que tenía ya que ninguno de sus empleados pudo hacerlo.
Pero ahí empezó la parte más vergonzosa de este tema ya que el Director del Parque no me recibió. Viví una escena kafkiana en la que el Sr. Director llamaba por tfno a su empleada, ella me preguntaba a mi, yo le contestaba y ella le volvía a repetir mi contestación por tfno. Y así repetidas veces. ¿No era más fácil abrir la puerta del despacho que estaba a escasos dos metros de mí y preguntármelo en persona en vez de parapetarse tras una puerta, un tfno y una empleada? ¿A una persona con ese cargo no se le presume algo más de clase y educación?
Les dejé mi nombre, DNI, número de tfno, email,… pero nada. Allí no aparecía nadie. Al fin, la gran solución que aportó el máximo mandatario del parque (por tfno a su empleada, claro) fue la de ofrecerme firmar un papel en el que juraba no hacer un uso comercial de esa fotografía y de esa forma podía volver a hacerla. Le dije que mi fin ya no era sacar esa foto (dos horas más tarde). Que yo quería saber por que no pude hacer la foto y que si quería, que fuese él quien firmase un papel diciendo que yo soy un fotógrafo profesional.
Total, a día de hoy (un mes más tarde) no tengo ni idea porque no pude hacer esa foto. Y eso que me he leído el REAL DECRETO 1621/1990, de 14 de diciembre (Agricultura, Pesca y Alimentación), por el que se aprueba el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional de Timanfaya (BOE, nº, 303, de 19 de diciembre de 1990). El único apunte al respecto es el siguiente:
“Para la protección de la gea, queda prohibido: … Las actividades profesionales de fotografía, cinematografía, televisión, vídeo, etc.”
Nada sobre trípodes, ni aficionados a la fotografía ni nada por el estilo. ¿Entonces? ¿Donde está el problema?
Además, ¿el delito está en realizar una fotografía o en comerciar con ella? ¿Se trata de una ley preventiva? Porque siguiendo ese modelo sería conveniente el prohibir el beber sustancias con alcohol a cualquier persona que posea un permiso de circulación ya que es susceptible de coger un vehículo. No señores. El delito es conducir ebrio, no el beber.
Otra cosa que no entiendo es que te veas en la tesitura de tener que demostrar que no eres un fotógrafo profesional y de que no vas a comerciar con las fotografías. ¿No son ellos los que tienen que demostrar que lo eres? ¿Como es posible que haya que demostrar la inocencia y no la culpabilidad?
Sr Director, como máximo responsable del Parque le animo a que haga lo posible por explicar la ley de la que hablamos.
Y si por si solo no encuentra la fórmula para defender sus intereses (los del parque, me refiero), estudie o copie como lo hacen otros porque estos problemas ya los solucionaron hace mucho tiempo en otros países como en la India donde utilizan diferentes fórmulas: En algunos sitios (estoy seguro que esta le gustará un montón) cobran un canon por llevar una cámara, en otros la entrada lleva impresa una leyenda en la que dice que el simple hecho de adquirirla le hace responsable del uso de las fotografías o vídeos capturados, prohibiendo el uso comercial, de publicidad, etc,… Y seguro que hay un montón de fórmulas válidas para estos casos.
No persiga al presunto sino al culpable, porque de otra forma corre el riesgo de equivocarse como es el caso. Y si además le suma su desidia a la hora de atender al damnificado el error crece de forma exponencial.
También le animo a que cuide de sus empleados dándoles la formación necesaria para el correcto desarrollo de su actividad así como de ubicarlos en el lugar adecuado ya que como puede ver, no dudo que el guarda que me prohibió hacer la fotografía sepa mucho sobre fauna y flora volcánica, pero para el trato con humanos, entre otras cosas hay que saber escuchar, dialogar y no limitarse a repetir continuamente “que llamo a la Guardia Civil, que llamo a la Guardia Civil,…” (Amén de las conclusiones como la del Mercedes de 15 millones que son de poner los pelos de punta).
Agradezco la atención recibida por el guarda encargado de la recepción del Centro de Visitantes, de su responsable, así como de la empleada en la que se parapetó el Sr. Director. Supieron escucharme, dialogar e intentar explicarme una ley que difícilmente es defendible como quedó demostrado a la postre.
A día de hoy nadie se ha dirigido a mí para, o bien explicarme que hice mal, o bien para pedirme disculpas en caso de no haber incurrido en delito alguno.
Me despido de todos no sin antes animaros a todos a que visitéis el Parque Nacional de Timanfaya ya que se trata de un sitio sin igual que merece la pena ser cuidado, visitado, y como no, fotografiado.
Gorka Lasa"
Via | Caborian
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